La OTAN acordó mantener la presencia militar en Libia en caso de
que Muammar Al Gaddafi caiga. Mientras, los opositores,
siguen intentando tomar los últimos bastiones leales al líder de la
“Revolución Verde”.
Representantes de los 28 países miembros de la Alianza Atlántica se
reunieron en Bruselas para planificar la continuidad de la intervención
por mar y aire cuando sus aliados en el país logren tomar el poder.
Fuentes de la OTAN consultadas por las agencias DPA y Ansa indicaron
que al menos por ahora se había descartado totalmente el posible envío
de tropas terrestres a Libia.
La Alianza mantendría los vuelos de vigilancia y el patrullaje de
barcos ante las costas por un tiempo determinado si así lo solicita
expresamente el futuro gobierno libio, indicaron.
De acuerdo a ello, la OTAN seguiría controlando el tráfico de buques
ante la costa libia con el fin de impedir el contrabando de armas.
En otras palabras, la marina continuaría la labor que comenzó a
realizar poco después de que se inició el conflicto, en febrero, para
detectar proveedores de armas al gobierno de Gaddafi.
Por su lado, la fuerza aérea suspendería los bombardeos diarios y
supervisaría el espacio aéreo para controlar la situación en todo el
país.
Mientras tanto, en Bengazi los opositores alistan sus fuerzas para
atacar Sirte, la ciudad natal del líder libio, y otras poblaciones que
defienden la revolución instaurada el 1 de septiembre de 1969.
Los combatientes respaldados por la OTAN han dado a los pobladores de
Sirte un ultimátum hasta el próximo sábado para deponer las armas bajo
la amenaza de lanzar una ofensiva militar para hacerse con el control de
la ciudad.
Las fuerzas leales a Gaddafi ignoraron este miércoles el ultimátum en
un mensaje enviado desde la clandestinidad por el portavoz del Gobierno
libio, Moussa Ibrahim, quien rechazó la intimación y dijo que “ninguna
nación honorable aceptaría el ultimátum de una banda armada”.
En medio de los preparativos militares, nadie cuenta con información
certera sobre el paradero de Gaddafi, quien supuestamente abandonó
Trípoli el viernes pasado.
El presidente del Consejo Nacional
de Transición, Mustafa Abdul Yalil, quien también estuvo en Bruselas
durante la reunión de la OTAN, rechazó las acusaciones formuladas contra
el líder militar opositor Abdelhakim Belhash, calificado como
“terrorista de Al Qaeda” por algunos observadores, por haber luchado en
el pasado en Afganistán .
Telam