LOS ANGELES TIMES – La mujer más poderosa de México porta bolsas marca Hermes de 5 mil dólares y puede allanar u obstaculizar el camino hacia la Presidencia.
Ella es la lideresa del principal sindicato de maestros del país, el gremio más grande de Latinoamérica, y en alguna ocasión regaló Hummers a los profesores leales.
Elba Esther Gordillo, conocida como “La Maestra”, encabeza a más de un millón y medio de docentes, y en años electorales, eso significa un millón y medio de votos.
Casi todos los partidos políticos la cortejan.
Y sin embargo, los escándalos parecen seguirla, incluyendo acusasiones de enriquecimiento inexplicable y hasta de homicidio.
No se le han formulado cargos, convirtiéndola en intocable en apariencia.
Supuestamente, su sindicato acepta millones en fondos del gobierno mientras que ella, otrora una humilde maestra del empobrecido sur mexicano, vive gran parte del tiempo en propiedades lujosas al sur de California.
Los críticos de Gordillo dicen que sus 22 años de extravagancias como líder sindical tal vez no fastidiarían tanto si la situación de la educación en México no fuera tan precaria.
Aun cuando su gremio ha trabajado con éxito para mejorar los salarios y las condiciones de trabajo para los maestros, ha fracasado en mejorar la calidad de la educación.
El año pasado, poco más de la mitad de los estudiantes de preparatoria reprobaron Matemáticas en los exámenes estandarizados, mientras que más de un tercio reprobó Español.
Los estudiantes mexicanos obtuvieron las calificaciones más bajas en lectura entre los países en desarrollo en la más reciente encuesta de la Organización de Cooperación Económica y de Desarrollo.
En tanto, en 2010, el 75% de los maestros en proceso de capacitación reprobaron el examen que los hubieran colocado en una plaza de trabajo, y el año pasado apenas el 1% de los trabajadores en activo aprobó un examen que les hubiera aumentado el salario.
Aún hay más: muchas escuelas no tienen servicio de agua, y una inspección de 2008 halló que 33 mil escuelas a nivel nacional necesitan reparaciones importantes.
Gordillo está otra vez ante los reflectores porque México empieza a sentir la campaña electoral para elegir al presidente de la República en julio de 2012.
El apoyo de la lideresa fue considerado decisivo en la victoria por estrecho margen de Felipe Calderón, abanderado del conservador Partido Acción Nacional (PAN).
Y hoy día, ella parece estar preparada para emitir su y sus votos a favor del amplio favorito, el opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Yo diría que tengo muchos adversarios”, dijo Gordillo durante una entrevista radial este mes cuando le preguntaron sobre la constante lluvia de críticas que recibe. “Mi conducta incomoda a mucha gente. …
Aunque usted no lo crea, mi verdadera causa es el país”.
Gordillo, con su afición por los vestidos de diseñador y joyería extrema, y al parecer, cirugías plásticas, es de hecho un producto del estilo autocrático del antiguo PRI que rigió el país durante siete décadas hasta 2000 y que es muy posible que regrese al poder. El PRI controlaba casi todo, incluyendo los sindicatos.
En 1989, el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari ungió a Gordillo como presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), luego que ella había pasado años como una trepadora infatigable y feroz dentro del PRI y del sindicato.
En 2007, durante una reunión a puerta cerrada y protegida por escoltas particulares, la cúpula del gremio supuestamente hizo a Gordillo “presidenta vitalacia”.
Desde entonces, un grupo disidente de maestros sindicalizados ha estado amenazando con denunciarla ante la Organización Internacional del Trabajo por abuso de poder.
Muchos en México la consideran como un símbolo de la corrupción y de la concentración del poder que desde hace mucho tiempo ha plagado al país y que ha sido un obstáculo hacia la modernización y la plena democracia.
Ella es temida, y ningún gobierno ha dado señales de emprenderla contra ella.
Recientemente, Gordillo reconoció que hizo un pacto con Calderón en el que él acordó dar plazas de trabajo en el Gobierno a los amigos y familiares de ella a cambio de su apoyo en las elecciones del 2006.
Elba Esther dijo que su meta era mejorar la calidad de la educación.
“Ella es la musa más importante de los políticos mexicanos”, dijo la comentarista social Guadalupe Loaeza.
Gordillo, de 66 años, se hace llamar “La Maestra”.
Sin embargo, en discursos, a veces suena más como una estudiante reprobada que como una educadora consumada, equivocándose de palabras y en sintaxis.
Aun cuando ella puede ser encantadora, algunos allegados la califican de arrogante.
Ella rechaza los alegatos de que se ha apropiado de fondos federales, de nepotismo, y de homicidio.
En ese caso, un maestro que era su rival en el sindicato fue asesinado en la década de los ochenta. La muerte fue investigada y Gordillo jamás fue acusada, pero quedaron las sospechas.
En el más reciente escándalo que ha envuelto a Gordillo, su otrora aliado, Miguel Ángel Yunes alegó que en 2007 ella había intentado extorsionarlo con cerca de 2 millones de dólares al mes de las arcas del ISSSTE que él encabezaba en aquel tiempo.
Yunes dijo que Gordillo quería el dinero para ayudar a financiar su propio partido político, el cual es dirigido por una de las hijas de “La Maestra”.
Gordillo, quien no concedió una entrevista a Los Ángeles Times para este artículo, rechazó en público las acusaciones “frívolas y difamatorias”, agregando que “Yunes está muerto para mí”.
El SNTE no ha abierto sus libros al público; sus finanzas, incluyendo el salario de Gordillo, son mantenidas en privado.
Sin embargo, crecen las demandas de parte de los críticos y de algunos políticos para que el sindicato sea sometido a una auditoría. Gordillo dijo que a ella le encantaría que se revisaran las finanzas algún día, pero que no haría eso bajo presión.
Jorge Castañeda, excanciller de México y autor del libro Mañana Forever?, estimó que el SNTE recibe 10 millones de dólares mensuales de parte del Estado.
Castañeda, quien se considera amigo de Gordillo, dice que el poder de ésta sólo puede compararse con dos fuerzas en México: Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, y Televisa, el gigante de los medios de difusión que actúa como un monopolio virtual.
“En contraste con sus destrezas como dirigente sindical está su inhabilidad radical de usar su enorme poder para cualquier causa que no sea su propia causa personal”, dijo Castañeda.
(Tomado de Los Ángeles Times)