Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Nicaragua: Violencia contra la mujer es general y aterradora en nuestro Estado patriarcal

En las relaciones personales se practica algún tipo de agresión.

Los afectos consanguíneos están deteriorados debido a las relaciones de poder, del mayor hacia el menor, en cualquiera de las categorías del conglomerado social. 

El animal humano no ha logrado que la razón supere a la fuerza bruta, y la dignidad venza a la desfachatez y el temor.

En el estadio actual, la mujer continúa siendo objeta y sujeta de los paradigmas machistas, pocas se han liberado, no es fácil cuando el patriarcado impone conceptos de familia y ella ha sido educada acorde con las premisas tal a como los hombres:

La violencia es natural.

“La mayoría no lo reconoce porque lo han vivido como cultura” afirma María José Sáenz, una sicóloga especialista en violencia intrafamiliar, cuando le solicité su valoración de un tema complejo en el cual inciden modelos culturales, formación de caracteres primarios, y jurisprudencia.

“En cada hogar hay violencia, golpes, gritos… no nos han enseñado otra forma de educar”, asegura María José. Recordé ese lenguaje: “Chavalo hijuelacienputa calmáte o te calmo de un turcazo”, “Esta flaquetosa de mierda no hace caso la jodidita”, “A la mujer no le podés soltar las riendas”, “Los huevones no lloran”.

La sicóloga asevera: “Es una conducta aprendida, y agresiva de acuerdo al rol en el que nos desenvolvemos”. 

EL hombre que atropella a la mujer, María José dice que además la culpa de ser la causante, la provocadora, la merecedora de gritos y golpes. 

A las mujeres les ha tocado ser víctimas de las múltiples formas de violencia, al extremo que en la mayoría de los casos “se autoculpan y justifican al agresor”.

Daños sicológicos insuperables

Es fuerte el daño sicológico que sufre una mujer violada sexualmente; María José, manifiesta: 

Para superarlo es un largo proceso, doloroso, el abuso sexual causa traumas… generalmente los violadores son familiares: padres, padrastros, primos, hermanos, tíos… o alguien cercano a la familia.

Es terrible para la sicóloga que muchas mujeres “consideran el hecho como un acto privado… no se debe denunciar porque afecta a la familia”. 

Sin embargo, las mujeres sufren en silencio, es el caso de “una mujer adulta… su padre la violó cuando ella tenía diez años y aún mantiene el dolo”; en la sesión terapéutica, para abordar el tema, ella “se poner nerviosa… tiembla, se queda muda”.

Desafortunadamente, se lamenta la sicóloga: “son muy pocas las que concluyen o continúan las sesiones”, muchas mujeres “se aíslan como mecanismo de defensa y no logran vencer las secuelas“, aunque el Colectivo de Mujeres de Matagalpa, donde labora María José, mantiene campaña contra la violencia intrafamiliar a través de Radio Vos, talleres, foros, teatro, y otras actividades en salones y calles.

Rosalía Calero Borge, también sicóloga, coincide con María José en cuanto a los profundos dolores que padecen las mujeres en caso de violación como víctima o madre. 

A Rosalía le impacta el sufrimiento de una madre cuyo “hijo está preso por violar a su hermana y ésta se encuentra embarazada”.

295 delitos en seis meses

La Comisión Ejecutora de la Comisaría de la Mujer, que forma parte de la Red del Norte, donde trabaja Rosalía, ha cuantificado 295 tipos de delitos de violencia sexual y física en el primer semestre del año en cinco municipios del departamento Matagalpa: La Dalia (85), Ciudad Darío (66), San Ramón (59), Muy Muy (57), Río Blanco (28).

Entre otros registraron 1 asesinato, 134 lesiones graves o gravísimas, 75 delitos sexuales entre ellos 35 violaciones, 19 estupros, 14 abusos sexuales, 3 incestos.

Rosalía refiere que, en la zona rural, por violación sexual aún la justicia se aplica con el pago por la honra, sin llegar a los tribunales, es posible que “el violador sea eximido de culpa con la entrega de dos vacas… como pago”. 

El patriarcado y el adulto, quizá mucho mayor, “se roba a una menor de edad” y hay arreglo familiar, muchas veces “aceptan que ella viva con él por conveniencia económica”.

Indudablemente, concluye la sicóloga “existe abuso de poder con relación a la edad”. 

Es un fenómeno, aunque los hombres sean infieles durante toda su vida de pareja, cuando “ven vieja a la esposa o compañera de años, la dejan por una muchacha”.

También “el abuso sexual de los padrastros es ocultado y muchas veces las madres no les creen a las hijas”.

El Estado patriarcal es el responsable
 
Yalkiria Pineda, abogada, considera que el problema fundamental para aplicar justicia es la interpretación de la ley y el procedimiento: 

“Lo ideal sería que esta ley y este procedimiento fueran utilizados con enfoque de derechos humanos y feminista.”

“El Estado de Nicaragua es el responsable” las mujeres están en desventaja en “una cultura patriarcal”.

“No es cierto que (en el país) mandamos mitad (mujeres) y mitad (hombres)”. 

El agresor generalmente anda libre, para probar el delito de violación o maltrato, es un procedimiento engorroso, y más cuando carece de testigos porque “los hombres cometen el delito aprovechando que la víctima se encuentra sola.”

Afirma Yalkiria que cuando la mujer logra contar la agresión sufrida, vuelve a vivir un drama “se lo cuenta a la policía, a la abogada, la sicóloga, el fiscal, en el juicio”, y además se expone a la opinión pública que la condena moralmente como si fuera la culpable.

En la policía muchas veces no hay oficiales “con preparación técnica y capacidad para abordar a la víctima” dice Yalkiria, a la víctima la ofenden, es sabido que cuando una mujer llega a poner la denuncia por maltrato del hombre, y antes había llegado a la delegación le reprochan “Idiay otra vez vos”.

Policía con serias limitantes

Durante la entrevista Yalkiria se pregunta ¿cuántos oficiales hay en la Comisaría? y se responde “cuatro, más la jefa”; vuelve a interrogarse ¿cuántos casos atienden al mes? y se responde “cuatrocientos, y en veinticuatro horas la policía debe pasar el caso a juicio”.

Para darte una idea - me informa - la oficina de Auxilio Judicial está en desgracia, nada más hay una computadora para dieciséis oficiales, en esas condiciones no se puede ser eficiente, y la policía es la más cercana a la población, la responsable de capturar al malhechor. 

En algunas oficinas municipales, revela Yalkiria, sólo hay una oficial para atender los casos de violencia intrafamiliar y “la ocupan para todo”. 

También “la policía carece de vehículos, combustible, los oficiales hombres y mujeres andan mal comidos, y en la zona rural viajan a caballo o a pie para rescatar a una víctima o capturar al agresor”.

En cambio - denuncia la abogada - “un diputado recibe doscientos galones de combustible al mes para sus vagancias y una patrulla de policía apenas veinte litros”. 

El Colectivo de Mujeres de Matagalpa, donde Yalkiria ejerce su profesión, ha tenido que facilitar vehículo y combustible a la policía para que cumpla sus funciones.

Ella me cuenta un caso emblemático: “una mujer llega a poner una denuncia a una oficina de la policía en un municipio, al mismo tiempo que un hacendado… el hombre dice que le robaron una vaca… anda en su camioneta… la mujer llega golpeada… a pie… es pobre… vive a varias horas de camino… el policía se va a resolverle al hacendado… que hasta regalía ofrece… la mujer se queda esperando.”

Proceso judicial ineficiente

Otra deficiencia se encuentra en la Fiscalía. Cuenta Yalkiria que hay veinticuatro fiscales para el departamento Matagalpa. 

“Es una estructura rara… uno recibe el caso, después hay un fiscal de audiencia… otro de juicio… y no siempre son los mismos”. 

El fiscal almacena los casos por la cantidad que llevan.

“Muchas veces el fiscal de juicio lleva tres al día y sin mucho tiempo para estudiar el expediente”.

Yalkiria asegura que de un mil setecientos casos que lleva la policía sólo veinticuatro entraron al sistema penitenciario. 

Otro problema, dice la abogada, es que muchos fiscales vienen de Managua, no conocen la realidad rural, de la zona.

Los juzgados “son otro colador” y “muchas veces sus fallos son cuestionables”, “así como hay tráfico de influencia en la policía igual es en los juzgados… no se pueden probar… pero se sacan conclusiones” afirma Yalkiria.

Batallar en los juzgados “tiene un alto costo económico” y “las mujeres pobres no pueden financiarlo”, el Colectivo de Mujeres y otras organizaciones han “tenido que financiar a las mujeres, proporcionándoles dinero para el pasaje, alojamiento, comida” y acompañarlas en todo el juicio.

Quise las versiones de la Policía Nacional y la Fiscalía, pero no recibí respuestas a la solicitud, más bien me atrasaron. 

De todos modos lo relatado es una realidad que nada más la podríamos cambiar superando el sistema patriarcal, opresor, machista.

Related Posts

Subscribe Our Newsletter