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Genocidio Americano: Bartolomé de las Casas

La vida de Bartolomé de Las Casas fue cruel al principio, luego pacifica, pero terminó como todo sacerdote enceguecido en la labor de la evangelización, pensando que hacia un bien a esas personas, como así lo pensaron y lo piensan muchos católicos practicantes o no. 

Igualmente sus testimonios, unidos a la prueba viva de pinturas rupestres elaboradas por los propios aborígenes en América (como en Cerro Colorado, Argentina), son el cruel testimonio de uno de los mayores genocidios de la Tierra.

Este cura ejerció el tráfico de esclavos aborígenes y negros, para luego arrepentirse y ser su  fiel defensor: 

Se embarca a la isla La Española en 1.502, bajo la expedición del genocida Ovando, redacta la Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias (obra fundamental y madre de los Derechos Humanos a mi parecer), donde describe los tremendos tormentos y crueldades de los europeos, que ni siquiera pudieron compararse con los posteriores crímenes de lesa Humanidad hasta la actualidad, a continuación ciertos pasajes tenebrosos de la psiquis humana, que prevalece hasta nuestros días, con otros grupos humanos pero con su misma ideología “…la deformidad de la injusticia, que aquellas gentes inocentes se hace, destruyéndolas y despedazándolas sin haber causa ni razón justa para ello, sino solo por la codicia y ambición de los que hacen tan nefarias obras”.

“Entraron los españoles como lobos, tigres, leones crudelísimos de muchos días hambrientos.

No han hecho otra cosa en 40 años, hasta hoy, sino despedazarlas, matarlas, angustiarlas, afligirlas, atormentarlas y destruirlas por las extrañas y nuevas maneras de crueldad…

En La Isla Española sobre tres millones de personas, solo quedaron 200.

La isla de Cuba tan larga esta casi toda despoblada. Las islas de San Juan y Jamaica, islas muy grandes y felices, ambas están asoladas.

Las islas de Los Lucayos… había mas de 500.000 almas hoy no hay una sola criatura”.

“Son muertas en estos 40 años, por tiranías e infernales obras de los cristianos, mas de 12.000.000 de almas, hombres, mujeres y niños y creo que son mas de 15.000.000”. 

“La causa por la que han muerto y destruido… tantas animas…ha sido por su oro”. “ A estas gentes las han tratado peor que a bestias, sino como estiércol de las plazas”.

“ Entraban a los pueblos, no dejaban niños, viejos ni mujeres paridas que no desbarrigaban y hacían pedazos, como si dieran en unos corderos…hacían apuestas de quien de una cuchillada abría un hombre al medio, o le cortaba la cabeza de un piquete o le descubría las entrañas… tomaban las criaturas de las tetas de las madres por las piernas y daban de cabeza con ellas en las peñas… otras criaturas metían a espada con las madres juntamente… hacían unas horcas largas, que juntasen casi los pies a la tierra y de trece en trece, a honor de Nuestro Señor y de los doce apóstoles, poniéndoles leña y fuego los quemaban vivos. Otros ataban con paja seca y los quemaban… 

A otros les cortaban las manos y les decían, muéstrenles a los que están escondidos en los montes… mataban a los señores y nobles así: hacían unas parrillas de varas sobre horquetas y los ataban, prendían fuego, para que se quemen poco a poco… como daban grandes gritos, mando que los ahogasen y el alguacil… les metió con sus manos palos en las bocas para que no sonasen y los cocino en el fuego como quería… “enseñaron y amaestraron lebreles, perros bravísimos que viendo un indio los hacían pedazos y lo comían como un cerdo”

(prueba de tales perros y tal genocidio se hallan en las pinturas rupestres del Cerro Colorado, Argentina).

Ya en el primer viaje a América Colón había pensado esclavizar aborígenes para compensar la falta de oro y especias y además explotando el palo Brasil podría juntar 40.000.000 de maravedíes, enviando 550 esclavos a España 1.000 quedaban en la Isla para trabajar para los españoles forzadamente.

Todos los países del Caribe se encontraban habitados, su historia la desconocemos debido a que las políticas educativas no indagan en ello.

Muchos americanos brasileños, cubanos o paraguayos creen que sus antecesores familiares fueron los primeros pobladores de sus países.

La Isla que los conquistadores llamaron La Española, hoy la conocemos con el nombre Haití y de República Dominicana, muchos viajeros que van allí de vacaciones creen que sus pobladores de raza negra fueron quienes las habitaron desde siempre. 

No he conocido o encontrado viajeros que se hayan interrogado sobre los masivos movimientos transatlánticos de esclavos de hace pocas decenas de años, tráfico de proporciones mucho mayores que el Holocausto israelí; en el mejor de los casos la raza negra ya esta incorporada al paisaje; las playas de Brasil o Jamaica se identifican con las palmeras cocoteras y la población de raza negra que hace capoeira en la playa despreocupada de su pasado, otros muchos viven sin preguntarse siquiera su origen. 

La isla que los genocidas europeos conocían como Haití estaba poblada por aborígenes Taínos, Arawak y Caribes, Bartolomé de las Casas relata que había cinco reinos; en sus sierras se hallaba mucho oro y su cacique se llamaba Guarionex quien presto sus servicios a los europeos y les dio gran cantidad de oro. 

Otro reino se llamaba Marièn y su cacique se llamaba Guacaganarí, quien fue privado de su tierra y tuvo que huir por los montes de los cristianos. 

Otro reino era el de Maguana y su cacique Canoabo, quien fue apresado con cadenas al igual que a Guarionex murió encadenado y ahogado en el mar, la venganza que toman los taínos provoca una guerra contra los genocidas y muere la mitad de la población aborigen. 

El cuarto reino es Xaraguá, su cacique se llamaba Behechio, quien fue reemplazado a su muerte por su hermana Anacaona.

El gobernador y asesino español Nicolás de Ovando, en una emboscada logró quemar vivos en una casa a más de 300 personas, esto lo hace con 600 españoles de a caballo y 300 de a pie.

A otro grupo numeroso los mataron con lanzas y espadas, Anacaona termino ahorcada, a los niños les cortaban las piernas con las espadas. 

A los que escaparon se los condenó como esclavos.

El quinto reino se llamaba Higuey y su cacique mujer Higuanama, los españoles la ahorcaron, otras personas fueron quemadas y otras atormentadas, las que quedaban vivas fueron tomadas por esclavas. 

Fueron tantos los pormenores que sería infinito relatarlos, Las Casas dice que de mil partes no podría abarcar una.

Esas personas tuvieron guerras totalmente justificadas defendiendo su honor, tierras, creencias y valores. 

Los europeos nunca tuvieron ningún fundamento legal, político o religioso para semejante genocidio.

Luego de las matanzas se repartían personas en encomienda, o esclavitud a los genocidas, práctica que fundaron los europeos y que las autoridades europeas aprovecharon hasta casi finalizar el 1.800, otros tráficos de esclavos se realizaron hace poco menos de 80 años. 

Las Casas relata el mismo método que usaron los genocidas europeos y que se usaron en siglos posteriores como copias de modelos esclavistas ya instaurados “llevaron a los hombres a sacar oro y las mujeres llevadas a estancias, les echaban cargas pesadísimas y se hacían llevar por los aborígenes como bestias de carga. Bofetadas, azotes, palazos, puñadas, maldiciones y otros mil géneros de tormentos”. 

En la Ciudad de Buenos Aires se halla el Museo Juan Ambosetti, en la sala dedicada al exterminio ona, se hallan fotografías tomadas en el siglo XX donde se ve a las mujeres onas, en las estancias a las que se les obliga a trabajar o las jaulas donde los llevaron a París.

Los genocidas europeos no fueron culpables solo del genocidio de los primeros originarios de lo que luego sería América, sino del posterior tráfico de esclavos y robo de recursos de todo tipo. 

Oleadas de esclavos negros fueron despojados de las costas africanas y traídos en galeones, bajo los tormentos del desarraigo, el hambre, la sed y los castigos; obligados a trabajar en las minas de metales preciosos, en los cultivos de azúcar, algodón, café. 

América no sólo había perdido para siempre el rico bagaje cultural de sus orígenes, sino que a ello se le sumaba otro drama igual de despiadado; la esclavitud interoceánica, los europeos fueron quienes fundaron esta empresa mas animal que humana, tan alejada de la religión que profesaban y lejos de cualquier pauta social o cultural. 

La explotación del hombre por el hombre estuvo más vigente que nunca y nunca tan ausentes los documentos que trataran de abolirla. 

Este doble drama le ha generado a América y a los ciudadanos que se consideran americanos un deber de denuncia, una investigación arqueológica aún más profunda, una revalorización de lo americano en un rol de importancia mundial desde todas las ramas del saber. 

El no indagar, replantear y refutar las opiniones europeas coloca a América como un testigo mudo sin pasado ni futuro.

Por eso en la enseñanza preuniversitaria nos enseñan la historia de la minoría política y culturalmente dominante; el futuro existe pero no en la Tierra que pisamos, si ni siquiera sabemos que paso y muchos ni de donde venimos.

Muy poca gente se replantea el color de su piel morena como indicativa de su pasado amerindio, sus pómulos salientes, sus ojos achinados y otra características físicas que lo emparentan mas que la Historia que leyeron.

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