Este artículo del escritor estadounidense David Ray Griffin, profesor emérito de filosofía de la religión y la teología, publicado en Global Research en 2009, afirma que Bin Laden murió de insuficiencia renal hace más de 10 años y que todos sus mensajes en video y audio de la última década fueron patrañas tan falsas como la liberación de la soldado Jessica Lynch en Irak 2003, elaboradas por los mismos guionistas del Pentágono y la Casa Blanca.
Sus últimos registros documentados indican que recibió tratamiento medico en el hospital norteamericano de Dubai en julio de 2001, donde adquirió dos máquinas para diálisis.
Para Griffin, este ex servidor saudita de Estados Unidos contra los soviéticos en Afganistán convertido en “enemigo”, y cuya familia tiene negocios con GW Bush en Estados Unidos, no tuvo que ver con la licuación del acero estructural de las Torres Gemelas el 11/9/2001, episodio controvertido, lleno de sombras y próximo a cumplir 10 años.
Título original: Osama Bin Laden: ¿Muerto o Vivo?
http://hamsayeh.net/middle-east/638-osama-bin-laden-dead-or-alive.html
Traducción: Ernesto Carmona
¿Todavía está vivo Osama Bin Laden? Me he ocupado de esta pregunta en un pequeño libro reciente titulado “Osama Bin Laden: ¿Muerto o vivo?” Este artículo [escrito en octubre 2009] resume las cuestiones principales de ese libro.
Desde la transferencia del poder de la administración Bush a la administración de Barack Obama, la cuestión de si Bin Laden está muerto o vivo ha llegado a ser más importante.
Pese a que George W. Bush dijera su famosa frase “quiero a Osama Bin Laden ‘vivo o muerto’”, claramente no hizo nada serio para lograrlo.
Además de indicar que no fue informado sobre Bin Laden, lo demostró enviando a Iraq la mayor parte de los recursos militares de Estados Unidos.
Por supuesto, Bush podría mantenerse despreocupado sobre Bin Laden porque sabía que, además de no tener nada que ver con el 11/9, de todos modos estaba probablemente muerto.
No sé qué piensan sobre estas materias el presidente Obama y su gente, pero su retórica presupone que Bin Laden era responsable de 9/11 y todavía está vivo.
En noviembre de 2008, por ejemplo, una historia del Washington Post dijo: “Presidente electo Barack Obama… se propone renovar el compromiso de Estados Unidos en la cacería de Osama Bin Laden”. …
‘Ése es nuestro enemigo’, dijo un consejero sobre Bin Laden, ´y él debe ser nuestro blanco principal’”.
En su domicilio de la Casa Blanca, el 27 de marzo de este año (2009), el presidente Obama dijo: “Al Qaeda y sus aliados -los terroristas que planearon y apoyaron los ataques del 11/ 9- están en Pakistán y Afganistán. Múltiples estimaciones de inteligencia han advertido que Al-Qaeda está planeando activamente ataques contra la patria de Estados Unidos desde su seguro asilo en Pakistán. … Al-Qaeda y sus aliados extremistas se han movido a través de la frontera a áreas remotas de territorio paquistaní.
Esto incluye casi ciertamente la jefatura de Al-Qaeda: Osama Bin Laden y Ayman al-Zawahiri.”
Obama ha apelado regularmente a estas estimaciones de inteligencia, que invariablemente han demandado que Bin Laden está oculto en Pakistán, en alguna parte a lo largo de la frontera con Pakistán.
Esta afirmación se utilizó para justificar la extensión de la actividad militar de Estados Unidos en Pakistán, con el resultado que la gente ahora habla de la “guerra de AfPak”.
Una manera de argumentar contra esta guerra es señalar que, si estos expertos de inteligencia ni siquiera saben si Bin Laden está vivo, ciertamente no pueden saber dónde está y qué está pensando.
De seguro hay otros buenos argumentos contra esta guerra y muchos críticos están haciendo sus alegatos.
Pero señalar que casi con certeza Bin Laden está muerto, abre una discusión que va al corazón del análisis público razonablemente articulado sobre esta guerra.
Por supuesto, otra manera de argüir contra esta guerra sería señalar que Bin Laden no tuvo nada que hacer con el 11/9.
Pero aunque nuestro propio FBI admitió que “no tiene ninguna evidencia clara que conecte a Bin Laden con el 9/11”, una gran parte grande de la población norteamericana ha sido acondicionada para rechazar cualquier revisionismo de la versión oficial acerca del 11/9.
Como vimos recientemente en “el affair Anthony K. "Van" Jones” [Consejero Especial para “empleos verdes” despedido de la Casa Blanca], se considera impropia para el servicio público a la gente que alguna vez firmó algún documento sugiriendo que la versión oficial del 11/9 pudo no estar completamente ajustada a la verdad.
Mi pequeño libro sobre Bin Laden era primariamente para la gente que, además de asumir que éste era responsable de los ataques del 11/9, también cree que la guerra de AfPak se justifica porque necesitamos evitar que planee otro ataque.
Mucha de esta gente se dará vuelta contra la guerra si llega a enterarse de pruebas convincentes de que este personaje está casi ciertamente muerto.
Hay considerables pruebas para esta conclusión. Estas pruebas son de dos tipos: evidencias objetivas y testimonios.
Pruebas objetivas de que Bin Laden está muerto
Las evidencias objetivas incluyen los siguientes hechos:
Primero, hasta el mediodía del 13 de diciembre de 2001, la CIA estuvo interceptando regularmente mensajes entre Bin Laden y su gente. En aquel momento, sin embargo, los mensajes pararon repentinamente y la CIA nunca volvió a interceptar otra vez algún mensaje.
En segundo lugar, el 26 de diciembre de 2001, un importante periódico pakistaní publicó una información con la historia de que Bin Laden había muerto a mediados de diciembre, añadiendo:
“Un miembro prominente del movimiento afgano del Talibán… indicó… que él mismo había asistido al entierro de Bin Laden y vio su rostro antes de la sepultación”.
Tercero, Bin Laden tenía una enfermedad al riñón. Lo habían tratado para atendérsela en el hospital norteamericano de Dubai en julio de 2001, oportunidad en que adquirió, según se informa, dos máquinas de diálisis para llevárselas.
Si usted se ha preguntado alguna vez qué hacía Bin Laden durante la noche anterior a los ataques del 11/9, las noticias de CBS divulgaron que recibía tratamiento de diálisis del riñón en un hospital de Pakistán. Y en enero de 2001, el Dr. Sanjay Gupta dijo que -observando un vídeo de Bin Laden hecho a finales de noviembre o principios de diciembre de 2001- éste parecía estar en las últimas etapas de una insuficiencia renal.
Cuarto, en julio de 2002, CNN divulgó que habían capturado a los escoltas de Bin Laden en febrero de ese año, añadiendo:
Las “fuentes creen que si capturaron a los escoltas lejos de Bin Laden, es probable que el hombre más buscado en el mundo esté muerto.”
Quinto, desde 2001 Estados Unidos ofrece una recompensa de 25 millones de dólares por cualquier información que conduzca a capturar o a matar a Bin Laden.
Pero esta oferta de recompensa no ha producido como resultado ninguna información, aunque Pakistán tiene mucha gente desesperadamente pobre, y sólo la mitad muestra su apoyo a Bin Laden.
Pruebas testimoniales de que Bin Laden está muerto
Además de estas evidencias objetivas, recogimos considerables testimonios en 2002, de gente en posición de saber que Bin Laden estaba probablemente muerto, o casi. Esta gente incluía a:
• Presidente Musharraf de Pakistán;
• Dale Watson, jefe de la unidad de contraterrorismo del FBI;
• Oliver North, quien dijo: “Estoy seguro que Osama está muerto. Y lo está el resto de individuos que permanecían en contacto con él”;
• Presidente Hamid Karzai de Afganistán;
• Fuentes del interior de la inteligencia israelí, que dijeron que cualquier nuevo mensaje de Bin Laden era “probablemente fabricación”;
• Fuentes de adentro de la inteligencia paquistaní, que dieron por “confirmada la muerte… de Osama Bin Laden” y “atribuyó las razones tras el ocultamiento de noticias de Washington sobre su muerte al deseo de los halcones de la administración norteamericana de utilizar el miedo a Al-Qaeda y el terrorismo internacional para invadir Iraq”.
Por esta razón, quizás, las historias sobre el fallecimiento de Bin Laden se extinguieron en gran parte a finales de 2002, cuando Estados Unidos multiplicaba su ataque contra Iraq.
De entonces hasta ahora, hubo pocas de tales historias.
Recientemente, sin embargo, dos ex oficiales de inteligencia han hablado hacia afuera. En octubre de 2008, el ex oficial de la CIA Robert Baer sugirió al paso, durante una entrevista en la Radio Pública Nacional, que Bin Laden no estaba más entre los vivos. Cuando le pidieron a Baer precisar esto, dijo: “Por supuesto, él está muerto”.
En marzo de 2009, el ex oficial del servicio exterior Ángel Codevilla publicó un artículo en el American Spectator titulado “Osama Bin Elvis”. Explicando su título, Codevilla escribió:
“Siete años después de que Bin Laden hiciera su última aparición comprobable en vida, hay más pruebas de la presencia de Elvis entre nosotros que de la suya”.
Éste es un excelente artículo. Solamente tiene un defecto serio. En 2007, Benazir Bhutto, siendo entrevistada por David Frost, se refirió a Omar Sheikh como “el hombre que asesinó a Osama Bin Laden”.
Codevilla citó esta declaración como la evidencia más certera de que Bin Laden estaba muerto.
Pero Bhutto tuvo simplemente un lapsus linguae:
Ella quiso referirse “al hombre que asesinó a Daniel Pearl” [periodista de The Wall Street Journal secuestrado y asesinado en Pakistán], que es una manera estándar de aludir a su asesino, Omar Sheikh [alias "Mustafa Muhammad Ahmad”].
El lapsus fue aclarado el día siguiente, cuando la primera ministra le dijo a CNN: “No pienso que el general Musharaf sepa personalmente donde está Osama Bin Laden”.
Diez días después, hablando por NPR, Bhutto divulgó que le preguntó al policía asignado para vigilar su casa: “No debe usted buscar a Osama Bin Laden?”
Dejando de lado este defecto, el artículo de Codevilla proporciona buen apoyo a la extendida creencia de que un Bin Laden vivo nose sostiene por las pruebas.
¿Y los “mensajes de Osama Bin Laden”?
Mucha gente, por supuesto, asume que hay muchas pruebas de que Bin Laden está todavía vivo, a saber, las docenas de cinta con “mensajes de audio y video de Bin Laden” que han aparecido desde 2001. Estas cintas proporcionan buenas pruebas, sin embargo, sólo si son auténticas.
El capítulo más largo de mi libro se dedica a responder esta pregunta.
En primer lugar, muestro que la tecnología para hacer cintas audio y video falsas ahora está tan avanzada que incluso los expertos pueden ser engañados.
Y aunque la prensa regularmente nos diga que las agencias de inteligencia han autenticado la última cinta de Bin Laden, es virtualmente imposible demostrar que una cinta pueda ser auténtica.
También fue obviamente fabricado “el vídeo de la sorpresa de octubre”, que apareció el 29 de octubre de 2004, justo a tiempo para ayudar a George W. Bush a conseguir ser reelegido.
Una pista de que fue una falsificación, independientemente de su sincronización, fue proporcionada por su lenguaje.
Los mensajes reales de Bin Laden estaban saturados de referencias a Alá y al profeta Mahoma.
Pero en este “vídeo de la sorpresa de octubre”, raramente menciona a Alá y el único “Mohammad” aludido fue Mohamed Atta.
También, mientras los mensajes indudablemente auténticos de Bin Laden describieron acontecimientos mundanos que por lo menos le permitieron invocar a Alá, el audio de este “vídeo de la sorpresa de octubre” dio una cuenta puramente secular de acontecimientos, incluso diciéndole a la gente norteamericana:
“Su seguridad está en sus propias manos”.
El vídeo más obviamente falso es uno que, apareciendo en 2007, resulta idéntico al “vídeo de la sorpresa de octubre” de 2004, salvo que la figura de Bin Laden ahora tenía una barba totalmente negra, llevándome a llamarlo el vídeo “del terrorista Barba Negra”.
Aunque los expertos intentaran, con caras serias, explicar por qué Bin Laden pudo haberse teñido la barba, o ponerse una barba falsa, este vídeo fue tratado con más respeto que el merecido por otro de YouTube que mostraba a un actor que llevaba una barba muy larga y muy negra, mientras decía:
“Hola, tanto tiempo sin vernos. Soy yo, Osama Bin Laden. Y este [mensaje] no se confundirá con el anuncio publicitario de tintura de pelo sólo para hombres. …. Hago este vídeo para probarle al mundo que todavía vivo y pateo”.
Este vídeo es muy divertido. Pero no hay, por supuesto, nada divertido en el hecho de que los vídeos falsificados de Bin Laden se hayan utilizado obviamente, y todavía se estén utilizando, para justificar la guerra de AfPak, que continúa matando a centenares de docenas, si no de cientos, de gente inocente cada semana, incluyendo mujeres y niños que asisten a bodas y a entierros.
Conclusión
Si mi pequeño libro, mostrando que Bin Laden ha estado probablemente muerto hace tiempo, puede ayudar a acortar esta guerra, el texto responde a su propósito principal.
Otra cuestión principal, a la que dedico todo un capítulo, es que estas falsificaciones de cintas de Bin Laden parecen ser simplemente una porción de una extensa operación de propaganda, en que la inteligencia militar de Estados Unidos está utilizando ilegalmente fondos provenientes de los impuestos para hacer propaganda ante el público norteamericano con el objetivo de fomentar la militarización de Estados Unidos y de su política exterior.
Espero que mi pequeño libro estimule el movimiento por la verdad del 11/9, junto con el movimiento pacifista en general, para tomar con más fuerza la tarea de exponer este esfuerzo de propaganda, que devora cada vez una porción mayor de nuestros fondos de contribuyentes.
David Ray Griffin (GLOBAL RESEARCH)..
David Ray Griffin (GLOBAL RESEARCH)..