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La moda y los nazis


Las relaciones entre el mundo de la moda y el nazismo no las ha inventado John Galliano, desde luego. 

Hugo Boss, la marca que es símbolo de elegancia por excelencia y uno de los logos más cotizados en el mercado del look, fue el sastre del fascismo: diseñó los trajes del Schultzstaffel, o sea las SS, y empleó a miles de judíos como esclavos para vestir a sus explotadores. 

Boss, dueño de una pequeña sastrería de Metzingen (Alemania) con unos pocos empleados que cosían monos para obreros, estuvo a punto de quebrar cuando le salvaron, a principios de la década de los años 30, sus buenas relaciones con los nacionalsocialistas. 

El sastre había ingresado en el partido de Hitler en 1931 y obtuvo pingües beneficios. 

En el tercer trimestre de 1933, Hugo Boss diseñó los uniformes del ejército nazi Schutzstaffel.

También conviene recordar que la gran Coco Chanel fue una de las más intensas colaboradoras del Führer en Francia –hasta tuvo un tormentoso affaire con un oficial nazi–, un aspecto de su vida que está siendo enterrado poco a poco; de hecho, en el biopic chaneliano protagonizado por Audrey Tautou absolutamente nada se habla de este aspecto tan importante. 

Al final de la Segunda Guerra Mundial, debido a un romance con un alto oficial de las SS, Walter Schellenberg, se le imputaron cargos de ser colaboracionista del régimen nazi, cosa que ella rechazó de plano.

La revisión histórica en este tipo de asuntos puede traer muchas sorpresas: por ejemplo, Ferdinand Porsche, un mito de la automoción, creó por encargo de los nazis un «coche asequible para la familia alemana» y Bayer, la firma que creó la aspirina, también participó activamente en la génesis del Zyklon B, el gas con que se exterminaba a los judíos. 

Nadie sin pecado, por tanto.


Bayer es una compañía químico-farmacéutica fundada el 7 de agosto de 1863 en Alemania. En sus inicios, en una modesta casa en el valle del río Wupper, era una pequeña fábrica para producir colorantes artificiales para textiles del comerciante Friedrich Bayer y el maestro tintorero Johann Weskott, rescata de la historia Misionlandia.

En 1881, después del fallecimiento de sus dos fundadores, se amplía el capital social de la compañía y se constituye Friedr. Bayer & Co., una empresa en plena expansión, con varias fábricas y 384 trabajadores, incluido un equipo de químicos.

El año 1897, en el departamento farmacéutico, se logra sintetizar el principio activo ácido acetilsalicílico, gracias a los experimentos de Felix Hoffmann. Dos años más tarde el nombre Aspirina es registrado por Bayer en la Oficina Imperial de Patentes de Berlín, el que sería el analgésico más popular del mundo.


Botella de Heroína 

Bayer produjo hasta la Primera Guerra Mundial una droga llamada diacetylmorphine, una droga adictiva, vendida originalmente como tratamiento de la tos, que luego paso a llamarse Heroína. La heroína era una marca registrada de Bayer, hasta que fue prohibida antes de la Primera Guerra Mundial.

Desde 1925 y hasta 1951, Bayer se convirtió en parte de IG Farben, un conglomerado de las industrias químicas alemanas que formaron la base financiera del régimen nazi. IG Farben poseyó el 42.5% de la compañía, que desarrollo Zyklon B, un producto químico usado en los compartimientos del gas de Auschwitz. Como integrante del conglomerado, Bayer es co-responsable de colaboración con el Tercer Reich en el exterminio de millones de judíos (Holocausto o Shoá), gitanos y soviéticos.

Cuando los aliados partieron IG Farben después de la Segunda Guerra Mundial por la implicación en varios crímenes de guerra nazis, Bayer reapareció como negocio individual. El Dr. Fritz ter Meer, condenado a siete años en la prisión por los crímenes de guerra por el tribunal de Nuremberg, fue hecho Directivo Supervisor de Bayer en 1956, después de su excarcelación.

También son de su atribución la creación de agentes químicos como el Gas mostaza, arma química y el Tabun, gas nervioso

IG Farben fue la única compañía alemana con su propio campo de concentración, donde murieron al menos 30.000 personas, y muchos más fueron enviados a las cámaras de gas. IG Farben construyó una gran planta en Auschwitz, con una fuerza de trabajo cercana a los 300.000 esclavos. Con 1 tonelada del famoso Zyklon B se mataba a 1.000.000 de personas. La IG Farben produjo 500 toneladas de ese producto hasta el 1945. (Wikipedia/Misionlandia/OPI Santa Cruz)

V.A.G. en Levante-emv , complementado con añadidos míos procedentes de los lugares debidamente enlazados.



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