Estados Unidos sufrió su accidente radiactivo más grave el 28 de marzo de 1979, cuando el reactor TMI-2 de la central nuclear Three Mile Island tuvo una fusión parcial de su núcleo y lanzó una nube de gases tóxicos.
Three Mile Island ocupa los 3,29 kilómetros cuadrados de una isla en el río Susquehanna, en el estado de Pensilvania.
Todo comenzó a las 4 de la madrugada. Las bombas primarias de alimentación de agua del circuito secundario dejaron de funcionar por una avería mecánica o eléctrica. Esto impidió la retirada de calor del sistema primario en los generadores de vapor. Se apagó la turbina y el reactor.
La presión y la temperatura en el circuito primario (la sección nuclear de la planta) aumentaba y un error humano no abrió una válvula del sistema de agua de emergencia, a lo que se sumó un fallo en un instrumento que medía la cantidad de líquido refrigerante colocado.
La parte superior del reactor quedó al descubierto y la elevada temperatura provocó una ligera explosión. Tras nueve horas estalló el hidrógeno del reactor, pero ello pasó inadvertido. Gran parte del núcleo ya se había derretido o vaporizado y la radiactividad se dispersó.
Durante la siguiente semana, el vapor y el hidrógeno fueron evacuados del reactor y lanzados a la atmósfera. Unos 2,5 millones de curios de gas radiactivo fueron emitidos por el accidente.
Una nube radiactiva llegó a varios cientos de kilómetros del lugar del accidente y más de 200 mil personas abandonaron sus viviendas.