Dos barcos negreros, repletos de esclavos provenientes de la costa occidental de África, naufragaron en el Mar Caribe, frente a la isla de San Vicente.
Los pocos sobrevivientes fueron acogidos fraternalmente por algunos grupos de indios caribes.
Era el año 1635. Los nuevos pobladores, mezclados con los indígenas, dieron origen a la población garifuna, o también llamados caribes negros.
En San Vicente, los ingleses explotaban las plantaciones de caña de azúcar, utilizando para ello mano de obra esclava. Ante la presencia colonialistas, los garifunas se habían trasladado a las regiones montañosas y boscosas de la isla.
Pero la mera presencia de negros libres representaba un mal ejemplo para los esclavistas europeos, ya que era frecuente que los africanos, torturados por el tratamiento inhumano que les daban sus amos, huyeran a las montañas a unirse con sus hermanos libres.
En esa pequeña isla, no podían convivir negros libres con negros esclavos, fue la conclusión de las autoridades inglesas.
Los colonialistas, entonces, no dudaron en preparar excursiones punitivas para liquidar a los caribes negros, que se habían vuelto más peligrosos aun al trabar contacto con revolucionarios franceses que traían las ideas igualitarias del jacobinismo radical.
La guerra entre los ingleses y los nativos terminó con un acuerdo de paz que inmediatamente fue violado por las fuerzas colonialistas.
Reanudados los enfrentamientos y tras cruentas batallas, el ejército británico logró derrotar a los garifunas.
El principal líder de la insurrección anticolonialista fue Joseph Chatoyer, quien tras dar durísimos golpes al ejército británico fue asesinado por un agente inglés el 14 de marzo de 1795.
Mientras tanto, la insurrección antiesclavista en La Española ya había comenzado y José Leonardo Chirinos se levantaba en armas en Tierra Firme.
Los garifunas fueron prácticamente exterminados.
Aldeas enteras fueron arrasadas.
Menos de 4.000 caribes negros sobrevivieron, los cuales fueron deportados a la isla Balliceaux en Las Granadinas.
Allí, más de la mitad murió por hambre y enfermedad.
Los 1.600 que quedaron, fueron trasladados lejos de la región, a las islas de la Bahía, frente a las costas de Honduras.
La primera ofensiva revolucionaria en el Caribe fue anticolonialista y antiesclavista, como hoy, en esta nueva ofensiva, es antiimperialista y por el socialismo.