El numero de malformaciones supera 11 veces la media mundial. El 15% de los 547 bebés nacidos en el mes de mayo tenían problemas. Ese mes, el 11% de las mujeres dieron a luz con 30 semanas de gestación y el 14% tuvo abortos espontáneos.
El impacto de las bombas estadounidenses en la población de la ciudad iraquí de Faluya es motivo de estudio desde la invasión de 2003. Un nuevo informe vuelve a apuntar al uranio como la causa de las malformaciones en los bebés.
Durante mucho tiempo hubo quien trató las malformaciones en fetos en Faluya como un asunto de la propaganda pro iraquí, pero siete años después de la invasión de la coalición liderada por EEUU, los casos se multiplican en la población y los investigadores buscan sus respuestas en causas ambientales.
El informe ha sido publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health un detallado informe que pone de manifiesto cómo se han multiplicado los casos de malfornaciones en recién nacidos en los últimos dos años y será completado por un estudio de la Organización Mundial de la Salud.
Las batallas de Faluya de 2004
El estudio se centra en el análisis de 55 familias y concluye que sólo la presencia de determinadas dioxinas en el ambiente puede ser la causa de estos problemas.
“Sospechamos que la población está expuesta de manera crónica a un agente medioambiental. No sabemos cuál es, pero estamos intentando averiguarlo”, dijo Mozhgan Savabieasfahani, uno de los expertos en toxicología que se ha encargado del informe.
El nuevo documento identifica metales pesados que podrían ser esos agentes contaminantes que están afectando a las mujeres embarazadas de Faluya. “Los metales pueden desestabilizar el genoma humano y como desencadenantes medioambientales, los metales son potencialmente los mejores candidatos para causar malformaciones en el parto”, dice.
Los investigadores no pueden demostrarlo de manera inequívoca, pero el informe viene a corroborar otros análisis anteriores que relacionan el empleo de proyectiles con uranio por parte de EEUU en dos batallas en abril y noviembre de 2004, según recoge hoy el diario británico The Guardian.
Los efectos de la artillería para algunos expertos son simples: esas bombas dejan tras de sí residuos tóxicos cuando explotan “que afectan al desarrollo embrional del feto. Los efectos devastadores que tuvieron estas dioxinas en la población vietnamita es por todos conocidos”, dice el texto.
En la investigación que tuvo lugar entre mayo y agosto de este año participaron 55 familias de Faluya en las que se habían detectados casos de recién nacidos con serias malformaciones. Sólo en mayo, el 15% de los 547 neo natos tenía malformaciones. En el mismo mes, el 11% de los niños nacieron de forma prematura y el 14% de las mujeres tuvo abortos.
(Tomado de Público)
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