Ni las lágrimas de Ruby en televisión negando su relación con Silvio Berlusconi, ni el ataque sin pudor de Il Cavaliere a los magistrados acusándolos de querer “subvertir” el poder en un videomensaje el ayer, han conseguido apagar las manifestaciones en contra del primer ministro italiano por el escándalo de prostitución de menores y abuso de poder en el que está inmerso.
El Vaticano se ha pronunciado de manera oficial por primera vez este jueves desde que estallara el ‘Rubygate’ mostrando su “preocupación por la situación política que se vive en Italia, ya que es un pésimo ejemplo para la familia y los jóvenes”.
El portavoz de la Santa Sede fue el cardenal Tarcisio Bertone, que llamó al sentido de la responsabilidad de la clase política y reclamó “una moralidad más robusta y un mayor sentido de la justicia y la legalidad”.
Las palabras de Bertone llegaron después de un día intenso en declaraciones y movimientos políticos. Los fiscales advirtieron esta mañana de que las declaraciones de Berlusconi “ponen en peligro la independencia” de la magistratura, y el líder del movimiento Italia Futura y presidente de Ferrari, Luca Cordero de Montezemolo, auguró que “se está cerrando un periodo monstruoso para los italianos de la peor manera posible”.
Fin de la II República
Montezemolo fue muy duro en su discurso ante los asistentes a una entrega de premios de su asociación y vaticinó que “existe una clara posibilidad de que el equilibrio interno del país y su paz social se vean amenazados”.
El presidente de Ferrari fue incluso más allá: “La II República ha fracasado en su intento de modernización” y “habría que pensar en una legislatura constituyente que en dos o tres años aplique las reformas que de verdad necesita el país”.
Las llamadas a la moderación vinieron de todos los sectores. El presidente de la República, Giorgio Napolitano, pidió un “comportamiento más sobrio” y hasta Umberto Bossi, líder de la separatista Liga Norte y a la postre único aliado estable que le queda a Berlusconi en el Gobierno, dijo por la mañana que Il Cavaliere “debería bajar el tono” de sus declaraciones.
Un Bossi que volvió a condicionar su apoyo al Gobierno si se aprueba el Federalismo Fiscal, una serie de reformas económicas que recorta el presupuesto de los ayuntamientos de manera alarmante en los próximos años y que los consistorios se negaron a firmar ayer.
Entre tanto revuelo, esta mañana se constituyó en el Parlamento el grupo de los llamados ‘Responsables’, 21 diputados tránsfugas que aseguran su voto a Berlusconi.
Y que de alguna manera significan un balón de oxígeno para el premier de cara a las votaciones de la semana próxima en la Cámara. entre ellas precisamente el Federalismo Fiscal. Aún así, aún está en duda que con ellos Il Cavaliere consiga juntar los 316 escaños necesarios para aprobar leyes en el Parlamento sin problemas.
Moción de censura
Por su parte, la coalición de centroderecha denominada como Terzo Polo sigue creciendo, y presentó una moción de confianza contra el ministro de Cultura, Sandro Bondi, por el derrumbe antes de navidades de la casa de gladiadores de Pompeya.
Bondi está casi fuera del Gobierno ya que el Partido Democrático e Italia de los Valores presentaron en diciembre otra moción contra él por el mismo tema y que se votará la semana que viene.
Con el panorama tan revuelto, lo último que le faltaba a Berlusconi era tener que buscar otro ministro.
Daniel del Pino