Periódico La Jornada – Londres – El fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, considera que si Gran Bretaña lo extradita a Estados Unidos por supuestos cargos de espionaje podría soportar el confinamiento solitario, pero teme que lo asesinen en prisión antes de ser juzgado.
En entrevista al diario británico The Guardian, Assange declaró que no descarta que Estados Unidos solicite su extradición para ser sometido a un proceso legal por supuesto espionaje en relación con la filtración por parte de su sitio de Internet Wikileaks de más de 250 mil documentos secretos del Departamento de Estado.
Assange, quien se encuentra en libertad condicional en Gran Bretaña mientras sigue su proceso de extradición a Suecia, cree que sería
políticamente imposiblepara Londres entregarlo a Washington, donde, aseguró, hay grandes posibilidades de que lo maten.
Si soy extraditado, hay una gran posibilidad de que me maten al estilo Jack Ruby, en referencia al hombre que asesinó a Lee Harvey Oswald antes de que pudiera ser juzgado por el asesinato del presidente estadunidense John F. Kennedy en 1963.
Reiteró que sería
políticamente imposibleque el gobierno del primer ministro David Cameron lo envíe al otro lado del Atlántico, ya que Londres debe mostrar que no ha sido
cooptadopor Washington.
Legalmente, Gran Bretaña no tiene el derecho de extraditar por delitos políticos. El espionaje es un caso clásico del crimen político. Queda a la discreción del gobierno británico si aplica esa excepción, agregó Assange en su entrevista a The Guardian, que junto con el New York Times, Le Monde, Der Spiegel y El País, ha divulgado los cables secretos de la diplomacia estadunidense.
Assange denunció que él y otros miembros de Wikileaks han sido amenazados de muerte desde que el sitio comenzó a finales de noviembre pasado a publicar parte de los 250 mil cables que ponen al desnudo la política exterior de Estados Unidos.
Mujeres piden justicia
El australiano de 39 años de edad se encuentra bajo la amenaza de ser extraditado a Suecia, donde es requerido para enfrentar supuestos abusos sexuales contra dos mujeres en agosto pasado.
Las dos mujeres que acusan a Assange “son partidarias de Wikileaks, no peones de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, y sólo quieren justicia por la violación de su integridad sexual”, precisó su abogado Claes Borgstrom.
Para los representantes legales de Assange la denuncia es una
farsa. El propósito final es enviarlo a Estados Unidos, en el marco de lo que consideran una persecución política por su publicación de archivos confidenciales que comprometen a la Casa Blanca y al Pentágono, indicaron.
La próxima vista del proceso de extradición a Suecia está prevista para el 11 de enero en el tribunal de Westminster, en Londres.
En la actualidad, Assange se aloja en la casa de campo de un amigo en Suffolk, en el este de Gran Bretaña, tras ser liberado al pagar una cuantiosa fianza la semana pasada con estrictas condiciones, que incluyen portar un brazalete electrónico y presentarse diario a la policía.