Por Eva Golinger...
Estados Unidos incrementa los millones de dólares suministrados a la oposición venezolana a través de la USAID y establece un nuevo programa de operaciones psicológicas dirigido a Venezuela, incluyendo un “programa de televisión en español transmitido 5 veces la semana” durante el 2011
Según el informe anual del 2010 de la Oficina de Iniciativas hacia una Transición (OTI) de la Agencia Internacional del Desarrollo de Estados Unidos (USAID) sobre sus operaciones en Venezuela, 9.29 millones de dólares fueron invertidos este año en esfuerzos para “apoyar los objetivos de la política exterior estadounidense y promover la democracia” en el país suramericano.
Esta cifra representa un incremento de casi dos millones de dólares del año pasado, cuando la misma oficina de “transición” financió actividades políticas contra el gobierno de Hugo Chávez con 7.45 millones de dólares.
La OTI es una división de la USAID dedicada a “apoyar los objetivos de la política exterior de Estados Unidos a través de la promoción de la democracia en países de prioridad que se encuentran en crisis. La OTI suministra asistencia rápida, flexible y de corto plazo para las transiciones políticas y la estabilización”.
Aunque la OTI tradicionalmente es un mecanismo de “corto plazo” para inyectar millones de dólares en fondos líquidos que influyen sobre la situación política de países estratégicamente importantes para Washington, el caso de Venezuela ha sido distinto.
La OTI abrió su sede en 2002, y se ha mantenido hasta la fecha, a pesar de estar sin autorización del gobierno de Venezuela. De hecho, es la única oficina de transición que USAID ha mantenido en país alguno durante tanto tiempo.
LAS OPERACIONES CLANDESTINAS DE LA OTI
En una nota confidencial de fecha 22 de enero de 2002, el jefe de la OTI, Russell Porter, revela cómo y porqué llegó la USAID a Venezuela. “El 4 de enero la Oficina de Asuntos Andinos del Departamento de Estado le pidió a la OTI establecer un programa en Venezuela…Era claro que había una preocupación creciente sobre la salud política del país. Solicitaron a la OTI ofrecer programas y asistencia para fortalecer los elementos democráticos que estaban bajo fuego del gobierno de Chávez”.
Porter visitó a Venezuela el 18 de enero de 2002 y luego comentó, “Para preservar la democracia, un apoyo inmediato es necesario para los medios independientes y la sociedad civil…
Una de las grandes debilidades en Venezuela es la falta de una sociedad civil vibrante…La National Endowment for Democracy (NED) tiene un programa de 900 mil dólares en Venezuela que trabaja con el Instituto Demócrata (NDI), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Centro de Solidaridad Laboral [tres institutos quasi-gubernamentales estadounidenses] para fortalecer a los partidos políticos y los sindicatos (la CTV)…
Este programa es útil, pero no es suficiente. Además, no es flexible y tampoco trabaja con los grupos nuevos o no-tradicionales. También le falta un componente de medios”.
Desde entonces, la OTI ha estado presente en Venezuela, aportando millones de dólares cada año para mantener vivo el conflicto en el país. Según el último informe anual del 2010, la OTI opera “desde la Embajada de Estados Unidos y forma parte de un esfuerzo mayor para promover la democracia en Venezuela”.
La inversión principal de los más de 9 millones de dólares en 2010 fue en la campaña electoral de la oposición para las elecciones legislativas del pasado 26 de septiembre. “USAID trabaja con varios socios de la sociedad civil…ofreciendo asistencia técnica para los partidos políticos, apoyo técnico para los trabajadores de derechos humanos y apoyando esfuerzos para fortalecer la sociedad civil”.
En Venezuela, es conocido que la “sociedad civil” es otro nombre para la oposición al gobierno de Hugo Chávez.
Los partidos políticos y organizaciones financiados por la USAID han sido documentados a través de una larga investigación realizada por esta escritora, e incluyen grupos como Súmate, Ciudadanía Activa, Radar de los Barrios, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática, Copei, Futuro Presente, Voluntad Popular, Universidad Católica Andrés Bello, Universidad Metropolitana, Sinergia, Cedice, CTV, Fedecámaras, Espacio Público, Instituto Prensa y Sociedad, Voto Joven, entre muchos otros que han dedicado años a la desestabilización del país.
UN FLUJO SECRETO DE DINERO
No obstante, el suministro del dinero de la USAID/OTI a los grupos y partidos políticos venezolanos actualmente se mantiene en secreto. Cuando abrió sus operaciones en 2002, la OTI contrató a la empresa estadounidense Development Alternatives Inc (DAI), uno de los contratistas más grandes del Departamento de Estado, la USAID y el Pentágono a nivel mundial. DAI operaba una oficina en El Rosal - el Wall Street de Caracas - desde donde distribuían los fondos multimillonarios a las organizaciones venezolanas a través de “pequeños convenios” de no más de 100 mil dólares cada uno.
Del 2002 al 2010, más de 600 de estos “pequeños convenios” fueron entregados por esta oficina a grupos de la oposición venezolana, para seguir alimentando el conflicto en el país y apoyando los esfuerzos para provocar la salida del poder del Presidente Hugo Chávez.
Pero a finales del 2009, la empresa DAI comenzó a tener problemas graves con sus operaciones en Afganistán, donde fueron asesinados cinco de sus empleados por supuestos militantes del Talibán durante un ataque con explosivos el 15 de diciembre en Gardez. Solo días antes, uno de sus “empleados”, Alan Gross, había sido detenido en Cuba y acusado de espionaje y subversión por la distribución ilegal de equipos satelitales a grupos contrarrevolucionarios.
Cuando en un artículo publicado el 30 de diciembre de 2009, “Agentes de la CIA muertos en Afganistán trabajaban para empresa fachada activa en Venezuela, Cuba”, escrito por esta autora, se evidenciaba el vínculo entre las operaciones de DAI en Afganistán, Cuba y Venezuela y su naturaleza sospechosa, el propio presidente y jefe ejecutivo de la empresa DAI, Jim Boomgard, me contactó y me alertó (o amenazó) que si continuara escribiendo así, sería responsable por cualquier cosa que le pasara a sus empleados a nivel mundial.
Pero Boomgard, quien dijo no saber mucho sobre las operaciones de su empresa en Venezuela, logró entender que lo que hacían en Venezuela no valía tanto como lo que hacen en Afganistán. Semanas después de su “intercambio” conmigo, la DAI misteriosamente cerró su oficina en Caracas.
No obstante, la OTI continúa sus operaciones en Venezuela, y aunque tienen otros “socios” estadounidenses que manejan una parte de sus fondos multimillonarios, como IRI, NDI, Freedom House y la Fundación Panamericana del Desarrollo (Fupad), no existe transparencia sobre el flujo del dinero a sus contrapartes venezolanas.
Un informe de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) sobre la “promoción de la democracia” en Venezuela, de fecha mayo 2010, explicó que gran parte del dinero externo – más de 50 millones de dólares este año, según ellos – que financia a grupos políticos de la oposición en Venezuela, entra de forma ilícita, en dólares o euros, y luego es entregada en efectivo o a través del mercado negro.* [*Luego de denunciar estas actividades ilegales basado en la información de este informe, FRIDE desapareció el texto original y publicó uno nuevo que quitaba cualquier referencia al mecanismo de la entrega del dinero externo a grupos venezolanos].
Si la DAI ya no opera en Venezuela entregando los “pequeños convenios” a las organizaciones opositoras con el dinero estadounidense, la pregunta es ¿cómo llegan estos millones de dólares a los grupos venezolanos, a través de cual mecanismo? Según la USAID, ahora sus operaciones se están realizando desde la Embajada de Estados Unidos en Caracas, entonces, ¿la Embajada está entregando dinero directamente a grupos venezolanos?
El informe anual de la USAID/OTI del 2010 dice específicamente que ya sus esfuerzos están dirigidos a un evento próximo en particular: las elecciones presidenciales del 2012 en Venezuela. Seguirán aumentando los millones de dólares para la subversión y la desestabilización e incrementarán la clandestinidad de sus operaciones en Venezuela, si el gobierno no toma acciones concretas para impedirlo.
OPERACIONES PSICOLÓGICAS
Washington emplea varios mecanismos de injerencia para lograr sus objetivos.
Las operaciones psicológicas son “operaciones planificadas para transmitir información selectiva e indicadores a audiencias extranjeras para influir sobre sus emociones, motivos, razonamiento objetivo y últimamente, sobre el comportamiento de gobiernos, o rganizaciones, grupos e individuos”, según el Pentágono.
En el prespuesto del Departamento de Defensa para el 2011, hay una solicitud nueva para “un programa de operaciones psicológicas” para el Comando Sur, que es la comandancia regional que coordina todas las misiones militares de Estados Unidos en América Latina. Particularmente, la solicitud habla de “un programa ‘de voz’ de operaciones psicológicas”, que se entiende como radio o alguna otra transmisión de audio que apoya este objetivo.
Según la explicación en el presupuesto, “La ejecución de operaciones psicológicas (PSYOP) incluye la investigación sobre audiencias extranjeras; desarrollando, produciendo y diseminando productos para influir sobre estas audiencias; y la conducción de evaluaciones para determinar la efectividad de las actividades de operaciones psicológicas.
Estas actividades pueden incluir el mantenimiento de varias páginas web y el monitoreo de medios impresos y electrónicos”.
El presupuesto completo para las operaciones psicológicas durante el 2011 es de 384.8 millones de dólares, que incluye 201.8 millones de dólares para la división de operaciones psicológicas del Ejército y el establecimiento – por primera vez – de un programa de operaciones psicológicas “de voz” para el Comando Sur.
Este programa de operaciones psicológicas es totalmente distinto de iniciativas como La Voz de América, que es un programa del Departamento de Estado y la agencia estatal Board of Broadcasting Governors (BBG) que maneja la propaganda estadounidense a nivel mundial. De hecho, el presupuesto de la BBG para el 2011 es 768.8 millones de dólares, e incluye, “un programa de cinco días cada semana en español para la televisión en Venezuela”.
El incremento en operaciones psicológicas dirigidas a Venezuela y América Latina evidencia una intensificación de la agresión estadounidense hacia ésta región.
Y hay que recordar, que desde el año 2006, la Dirección Nacional de Inteligencia de Estados Unidos maneja una “misión especial” de inteligencia para Venezuela y Cuba. Solo cuatro de estas “misiones especiales” para países existen: una para Irán, otra para Corea del Norte, otra para Afganistán y Pakistán, y la de Venezuela y Cuba.
Esta misión recibe una parte importante del presupuesto de los más de 80 mil millones de dólares que maneja la Dirección Nacional de Inteligencia, ente que coordina los 16 agencias de inteligencias de Washington.