Pablo E. Barreto Pérez ...
El Río San Juan es nicaragüense desde siempre, y por tanto forma parte de la identidad nacional de Nicaragua, es parte integral de su Soberanía nacional indivisible, el Río San Juan es una arteria sanguínea vital de la integridad territorial nicaragüense.
El gobierno costarricense y la clase oligárquica dominante de Costa Rica, que se las ha sado de “amanerada” y muy democrática dizque al estilo “democrático” suizo, han estado siempre al acecho, como el lagarto o el tiburón toro, agazapados y listos a dar el zarpazo, a clavar los colmillos y garras, con sus pretensiones de irse tragando, engullendo como las ballenas, nuestro enorme y caudaloso Río San Juan y nuestro suelo fronterizo,
situado, precisamente, en la margen derecha Sur del Río San Juan.
situado, precisamente, en la margen derecha Sur del Río San Juan.
Esta actitud de los “tiquillos” no es nueva, pues el 25 de julio de 1824 se anexaron el territorio llamado “Partido de Nicoya”, posteriormente llamado Guanacaste, de 10, 140 kilómetros cuadrados, a pesar de que sabían claramente de que este territorio estuvo subordinado al gobierno español y nicaragüense, primero colonial y después independiente, ubicado en Granada, en 1821, y a León, en 1823.
Es decir, era territorio en dominio pleno de Nicaragua. Para anexarse Nicoya o Guanacaste, el régimen tico de entonces, de aquellos tiempos de los “criollos” consolidándose en el poder político “independiente” , ya anunciando lo que serían en el futuro, acomodaron el asunto de tal manera, que según sus historias oficiales, los pobladores de La Cruz y Guanacaste “se reunieron “voluntariamente” en cabildo”, y decidieron “anexarse” a Costa Rica.
Los “cabildos” sin el Alcalde o autoridades coloniales españolas, como figura había ya desaparecido, pero para justificar la anexión de Guanacaste a Costa Rica recurrieron a ese ardid sucio para despojarle a Nicaragua una parte valiosa de su territorio.
¿Ticos son imitadores de usurpadores como Estados Unidos y Gran Bretaña? Poco después, en 1846, el nuevo régimen criminal de Estados Unidos despojó a México de dos millones 200,000 kilómetros cuadrados de su territorio en Texas (Golfo de México, territorio lleno de petróleo) y California (territorio repleto de oro), y después también se robaron Hawai volcánico y Puerto Rico, sólo cuatro ejemplos.
Para llevar a cabo este despojo a México, el gobierno genocida gringo recurrió al ardid de meter “colonos” en Texas y California. Cuando ya estuvieron posesionados de los territorios, según plan concertado seguramente, los “colonos” llamaron a su gobierno norteamericano para que los defendiera de supuestas agresiones del gobierno mexicano, pues lógicamente México reclamaba su territorio.
Entonces, le hicieron la guerra a México y lo despojaron de dos millones 200,000 kilómetros cuadrados de su territorio.
El filibustero esclavista y racista William Walker fue “presidente” espúreo de California después de estos sucesos de despojo a México. Igual hicieron los ingleses colonialistas en Sudáfrica y Australia, casi al mismo tiempo, adonde mandaron colonos británicos y holandeses (los “böers”) para apoderarse de ambos territorios, donde mataron a millones de pobladores indígenas, para imponerse a sangre y fuego, igual que los españoles colonizadores en nuestra América. Nos despojaron de Guanacaste.
Recordemos otro “pecadillo” de uno de los gobiernos ticos de aquellos tiempos de “criollos” dominantes, representantes de terratenientes, oligarcas y lacayos de los dos primeros, cuando en 1842 capturaron y fusilaron a Francisco Morazán, presidente de la Federación de Estados Centroamericanos y principal impulsor de la Unidad en Centroamérica, después de la llamada “Independencia” de América Central. Cañas-Jerez y Cleveland fijaron coordenadas fronterizas ¡Claro¡ las ambiciones expansionistas, de conquista, de usurpación de territorio nicaragüense, no paró con el despojo de Guanacaste en 1824.
Las ambiciones tiquillas, esta vez de apoderarse del Río San Juan, no pararon, y fue necesario recurrir a la firma del Tratado Cañas-Jerez, precisamente para dejar claras las fronteras, en 1858.
Fue necesario, inclusive, el Laudo Cleveland (arbitraje, sentencia de árbitro), en 1888, para que la frontera entre Nicaragua y Costa Rica, ubicada al Sur del Río San Juan, quedara todavía más clara.
Sí, al Sur del Río San Juan, Esta frontera no es exactamente en la orilla del Río, pues las coordenadas correspondientes fueron dejadas claras por el arbitraje del Laudo Cleveland, el cual, a la vez, valga la redundancia deja claro que el Río San Juan es totalmente nicaragüense, y que por concesiones (no sé de dónde, ni cómo salieron) políticas, en busca de paz, de armonía entre los pueblos, a Costa Rica se le otorgó el derecho de navegación con fines comerciales, y se le prohibió navegación con buques de guerra en el Río San Juan.
¿Se detuvieron las ambiciones expansionistas ticas, después del Convenio Cañas-Jerez y Laudo Cleveland? Codicia continúa, y también dragaron Río San Juan hacia Río Colorado
Los sucesos históricos posteriores demuestran claramente que esas codicias de apoderarse del Río San Juan, no pararon nunca, pues el gobierno “democrático” tico lanzó unilateralmente sus planes oficiales de utilizar su derecho de navegación en nuestro San Juan, para convertir los alrededores, en forma paralela, en escenario y ruta turística de Costa Rica, para lo cual construyeron hoteles, embarcaciones, programas de giras turísticas encima de nuestro territorio, pues el Río San Juan es territorio soberano de Nicaragua.
Además, desde hace varias décadas dragaron la orilla de nuestro Río San Juan para echar sus aguas hacia el caudal del Río Colorado (en territorio tico), con el fin de desarrollar allí proyectos hidroeléctricos y turísticos también.
Fueron creadas, en la década del 80, la Reserva Indio Maíz y Guatuzos con apoyo de las Naciones Unidas. Mientras tanto, por falta de mantenimiento o dragado, el curso navegable del Río San Juan se fue deteriorando, lo cual, de algún modo, dio como consecuencia que hasta el tiburón toro dejara de ingresar por sus aguas, partiendo de su desembocadura en el Mar Caribe hasta llegar al interior del Lago Cocibolca (de Granada o de Nicaragua).
El gobierno tico y los empresarios avaros o ambiciosos expansionistas ticos, continuaron su campaña de intentos de apoderarse del Río San Juan. Recordemos que en la década del 90, especialmente cuando era presidente Arnoldo Alemán Lacayo, este se vio obligado a ordenarle al Ejército Nacional de Nicaragua a que prohibiera la navegación de policías armados en el Río San Juan, en 1998.
Haciendo uso de su derecho soberano, siendo el garante de la Soberanía Nacional de Nicaragua, el gobierno nicaragüense decide cobrar un peaje en el 2001, lo cual volvió a irritar al gobierno de Costa Rica, pues creyéndose “dueños”, u obedeciendo a sus planes de continuar en campaña para apoderarse del Río San Juan, protestaron, y el gobierno tico llevó o elevó la controversia a la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidades, ubicada en La Haya, Holanda. Nuevos vigores en defensa de Soberanía Nacional
Al llegar nuevamente a la Presidencia de Nicaragua el comandante Daniel Ortega Saavedra, en enero del 2007, retomó o continuó, por medio de la Cancillería o Ministerio de Relaciones Exteriores, las gestiones judiciales en La Haya, donde ambas partes (ticos y nicas) presentaron argumentos legales e históricos del 2 al 12 de marzo del 2009.
Y dándole continuidad al mismo tema, la Corte Internacional de Justicia le reconoce sus derechos de navegación con fines comerciales a Costa Rica, dejando claro los magistrados de La Haya que el Río San Juan es nicaragüense, que Nicaragua tiene soberanía plena en el Río San Juan por estar dentro de su territorio nacional.
La codicia o ambiciones ticas por el Río San Juan, en cuya margen derecha han construido grandes complejos turísticos y productivos, se irrita, se asusta, se encoleriza nuevamente al dar a conocer el gobierno de Nicaragua que haciendo uso de su derecho soberano, procederá a dragar más de 30 kilómetros del curso original del Río San Juan, para rehabilitar su potencial navegable original, pues está demostrado históricamente que antes de la Independencia de Centroamérica, inclusive, barcos de gran calado entraban por el Río desde su desembocadura en la Barra del Colorado (Mar Caribe) hasta el Lago de Nicaragua en su desaguadero en la orilla de la Ciudad San Carlos, fundada por los colonizadores españoles para defensa del mismo Río San Juan.
Dragar o limpiar sencillamente es de lo más normal en la desembocadura de los ríos famosos, con el fin de que los Deltas no se llenen de arena o sedimentos, que provocan que el agua se explaye e impida la navegación.
Es de lo más común en Nicaragua, por ejemplo, dragar las bahías o los sitios en que están ubicados nuestros puertos marítimos y lacustres, para que las lanchas y barcos no encallen por arena, sedimentos o piedras, árboles arrastradas por los ríos, lagos o los dos océanos que tenemos en nuestras costillas.
Costa Rica “fachentea” con soberanía ajena Además, el gobierno de Nicaragua, presidido por el comandante Daniel Ortega Saavedra, ha sido clarísimo de que al mismo tiempo se combate el narcotráfico en el lado nicaragüense, en la orilla del Río San Juan y en su curso acuático nacional, pues está comprobado que los negociantes criminales del narcotráfico internacional han tenido como “ruta” de su transporte de drogas Colombia (sitio de origen), Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, México y finalmente Estados Unidos, el principal consumidor y comprador, pues se afirma que más del 40 por ciento de su población está implicada en consumo y comercio de drogas.
El gobierno tico ha “fachenteado” de manera insolente en el pasado reciente de que no tiene Ejército (y te dicen que lo abolieron en 1948), pero en su campaña recientísima por sus ambiciones de apoderarse del Río San Juan, ahora aparecieron moviéndose con hombres uniformados al mejor estilo de Ejército en Zafarrancho de combate hacia la frontera de Nicaragua, y alegando mentirosamente que Nicaragua les ha echado lodo del dragado en su territorio y que nuestro Ejército Nacional hasta se apoderó de una (¿?) Isla de Costa Rica.
No dicen, ¡claro está¡, que los narcotraficantes se mueven en su territorio, y que además ellos mismos, en el gobierno tico, han publicitado que actualmente tienen en su territorio a tropas norteamericanas en supuestos ejercicios de “buena voluntad” (¿de qué, de apoderarse de Centroamérica otra vez?), con el pretexto de instalar radares (¿para qué, para espiarnos otra vez?), ¿para qué quiere radares Costa Rica? ¿Van a cooperar con los entreguistas del territorio colombiano, donde hay actualmente nueve bases militares del gobierno genocida de Estados Unidos? Firmeza y prudencia nicaragüense.
Ante la firmeza para defender la Soberanía Nacional y la prudencia del presidente Daniel Ortega (dichosamente tenemos un Estadista probado, honrado y defensor sin vacilaciones de la Soberanía Nacional), el gobierno tico y sus chovinistas oligárquicos se fueron de “queja” ante la Organización de Estados Americanos (OEA), me imagino, para que esta mandara a “castigarnos” por no someternos a los caprichos y ambiciones bandidas de negociantes sinvergüenzas, como en el pasado, en 1965, cuando la OEA (“Ministerio de colonización yanqui” en el pasado reciente) dio “luz verde” para poner en práctica el llamado “Tratado de Defensa Recíproca” (TIAR), en realidad un instrumento de guerra de agresión de Estados Unidos, para agredir a República Dominicana, por ejemplo, en lo cual participaron directamente el gobierno norteamericano y la Guardia Nacional genocida de la dictadura somocista d Nicaragua, y mataron a casi 60 mil dominicanos rebeldes, para restablecer la “democracia” de la muerte en territorio dominicano.
Los tiempos han cambiado. Las dictaduras o tiranías militares que como plagas tenía a su servicio completo Estados Unidos en América Latina, se acabaron. Ahora se impone el diálogo, la negociación, la verdad sobre asuntos territoriales y políticos, y precisamente por todo esto el gobierno tico ha quedado al descubierto, se le cayó el telón teatral con el cual han venido engañando a su propio pueblo durante más de un centenar de años, especialmente en las últimas cinco décadas.
Contra el pueblo tico, yo no tengo nada en contra; tampoco contra sus intelectuales, profesionales y técnicos honrados.
Al revés, me parece que el pueblo de Costa Rica ha sido solidario en varias etapas de nuestra historia centroamericana, pues nos apoyaron para expulsar a los filibusteros, José Figueres Ferrer fue amigo nuestro, Carlos Fonseca Amador y Manolo Cuadra Vega, por ejemplo, recibieron apoyo solidario en Costa Rica en condiciones de clandestinidad difíciles, y más apoyo solidario recibimos del pueblo tico cuando en Nicaragua desarrollábamos lo más duro y mortal de la Insurrección Sandinista (FSLN) de 1979, para derrocar al régimen somocista genocida. Los dos pueblos: nicaragüenses y ticos, hombres y mujeres comunes, nada tienen que ver en la pelea sucia de negociantes y oligarcas costaricenses
Después, por la estampida de desempleo ocasionada por los gobiernos neoliberales de 1990 al 2007, el pueblo tico y su gobierno le han dado sitio donde laborar a varios centenares de miles de nicaragüenses, y al mismo tiempo, por supuesto, nuestros fortachones hombres y mujeres nicaragüenses, han llegado a suelo tico a levantar la producción agropecuaria de manera gigantesca y a la vez a servir en los ámbitos domésticos y en talleres de servicios diversos, pues algunos sectores de pobladores costarricenses no quieren hacerse cargo de trabajos pesados como los que realizan nicaragüenses, especialmente en la zona Norte de Costa Rica.
Como pueblos centroamericanos, los costarricenses y nicaragüenses tenemos intereses comunes.
El presidente Ortega Saavedra ha sostenido que recursos naturales como el Río San Juan deben ser compartidos por los pueblos hermanos, para vivir en paz y armonía, pero a la vez ha sostenido nuestro presidente sandinista que no permitiremos la “vivianada” de que intenten despojarnos de la Soberanía Nacional que siempre hemos tenido sobre el Río San Juan, por ejemplo.
Conclusión: El Río San Juan es nicaragüense totalmente. Nuestro Patriotismo de hoy es unánime en defensa de la Soberanía sobre el Río San Juan.
Dichosamente, lo celebro de verdad, no son hoy los tiempos aquellos de los traidores como Emiliano Chamorro Vargas, Adolfo Díaz Resinos y José María “Chema” Moncada Tapia, y compañía, quienes se vendieron al demonio imperialista y vendieron el territorio patrio de Rubén Darío y del General Sandino. Revisando Historia Nacional, escrita por nuestros historiadores, unos conservadores y otros liberales, nunca hubo tal unanimidad como la de hoy en defender, al menos, la Soberanía Nacional sobre el río San Juan.
Eso sí, vale recordar que el Río San Juan, “desaguadero” o “vaciante” del Lago de Nicaragua hacia el Mar Caribe, ha estado allí desde hace centenares de miles o millones de años, cuando se formaron nuestros suelos por movimientos marinos yerupciones volcánicas apocalípticas.
Nuestros abuelos conocieron Río San Juan desde hace 6,000 años Cuando llegaron los primeros pobladores o seres humanos a nuestras tierras, hace ya más de 6,000 años, nuestros abuelos indígenas allí encontraron el Río San Juan.
A la llegada de los colonizadores españoles, en 1524, encontraron por primera vez el Río San Juan caudaloso, en el cual navegaron ellos, y lo vieron propicio para sus comunicaciones en barcos de guerra y comerciales.
Otra potencia colonial criminal, la inglesa, les disputó el dominio del Río San Juan a los españoles colonizadores, pues los británicos, además de dominar la Costa Atlántica, pretendían el dominio de Granada también.
Por eso hubo incursiones de piratas (corsarios o filibusteros) en el Río San Juan como Henry Morgan, Jhon Davis, Jhon Morris, un tal Harrison y Francois Ollanoais, más la incursión oficial del almirante inglés Horacio Nelson, quien también fue derrotado en las aguas del Río San Juan. Debido a estas incursiones, los colonizadores españoles construyeron 12 “fuertes” o fortalezas a lo largo de los casi 200 kilómetros de recorrido del Río San Juan entre San Carlos y su desembocadura en el Océano Atlántico.
Uno de esos “fuertes” fue el de la Inmaculada Concepción, en El Castillo. Ese “desaguadero” majestuoso, bendición de la Naturaleza en Nicaragua, se da, desde hace centenares de miles de años, gracias a que en territorio nicaragüense hay una cuenca grandísima que comienza en el Departamento central de Jinotega, desde el Lago de Apanás, se interna en el Lago Xolotlán o de Managua, continúa hacia el interior del Lago de Nicaragua, y a la altura de San Carlos se vacía en “desaguadero” del Río San Juan para el Atlántico. Celebro con gran alegría que la Asamblea Nacional de Nicaragua sesione en San Carlos, Departamento de Río San Juan, para reafirmar la Soberanía Nacional sobre nuestro Río San Juan.
Los empresarios del COSEP también se pronunciaron a favor de defender el Río San Juan. ¡Eso es buenísimo¡ Le doy pleno respaldo al presidente Ortega Saavedra para que se presiones por la reanudación de la Comisión Binacional, con el fin de abordar este asunto fronterizo entre Costa Rica y Nicaragua, y que además, el asunto sea llevado nuevamente a La Haya, para que esta sentencie que sean colocados todos los mojones, en la línea fronteriza ya claramente establecida por la Laudo Cleveland, para que esto quede finiquitado de una vez por siempre.
El Río San Juan ha sido de Nicaragua, sigue siendo de su Soberanía plena y lo será por siempre, porque tenemos la razón y no admitimos la fuerza, ni zafarranchos de combate para impresionar a las opiniones públicas nacionales y extranjeras.
Ya no podemos seguir perdiendo o cediendo nuestro territorio, pues recordemos que el régimen dictatorial hondureño nos arrebató Mokorón en 1961, y Colombia nos despojó de los Cayos Roncador, Quita Sueño y Serrana, en el Mar Caribe, y precisamente estos tres despojadores se han juntado (¡qué casualidades más horribles¡) en esta campaña sucia de los intentos de arrebatarnos el Rio San Juan.
Pablo E. Barreto Pérez: periodista, investigador histórico, fotógrafo, Cronista de la Capital, Orden Independencia Cultural Rubén Darío, Hijo Dilecto de Managua, Orden Servidor de la Comunidad del Movimiento Comunal Nicaragüense, Orden José Benito Escobar Pérez de la Central Sandinista de Trabajadores (CST nacional) y Orden Juan Ramón Avilés de la Alcaldía de Managua.