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Diez falacias de Costa Rica


Costa Rica deporta a más de 100 nicaragüenses en un sólo día, algunos medios de comunicación de ese país aseguran que huían de un posible reclutamiento del Ejército de Nicaragua. En realidad, se trataba de campesinos que buscaban empleo en las fincas cafetaleras de Costa Rica, y en Nicaragua no existe reclutamiento obligatorio.

Costa Rica dice ser un país pacífico porque abolió su ejército en el siglo pasado. Sin embargo, su “Policía Civil” no sólo tiene hombres con uniforme camuflado mejor armados que los militares nicaragüenses, sino que además destina casi 300 millones de dólares para esos “rambos”, mientras que Nicaragua suma 95 millones uniendo el gasto de la Policía Nacional y el Ejército de Nicaragua.

Costa Rica denuncia a Nicaragua por daños al medio ambiente. Mientras eso ocurre, el Gobierno costarricense impulsa el proyecto minero Las Crucitas, cuya explotación, a cielo abierto, es la máxima expresión de depredación humana de los recursos naturales.

Costa Rica reclama su posición “ecológica” en el mundo y señala que Nicaragua está afectando el medio ambiente con su limpieza del río San Juan en territorio nicaragüense. Pero la parte de la contaminación que le llega al San Juan proviene desde Costa Rica, porque se trata de un país que, después de todo, no es tan verde como señala su publicidad. Nicaragua tiene la Reserva de Biósfera de Río San Juan en esa zona.

Costa Rica tiene un Premio Nobel de la Paz en su ex presidente Oscar Arias, que lo primero que hace al referirse a las diferencias con Nicaragua es decir que la presidente tica actual, Laura Chinchilla, es débil, ya que él habría solicitado ayuda internacional para invadir Nicaragua. En Nicaragua las guerras han dolido tanto, que insiste en que ambas naciones se sienten a dialogar.

Costa Rica llama “país invasor” a Nicaragua después de que dos de sus “policías” fueron devueltos a su país por penetrar en territorio nicaragüense, después de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya les prohibió ingresar al río San Juan sin permiso de Nicaragua, después de haberse apropiado de los territorios de Guanacaste y Nicoya, después de armar una estrategia para quitarle territorio marítimo.

Costa Rica habla de paz mientras lanza bombas caseras a la embajada de Nicaragua en su territorio, promueve la xenofobia por medio de su Cancillería, amenaza a Nicaragua con pedir ayuda internacional para invadirla, y presiona de los nicaragüenses que viven en su territorio para provocar reacciones en sus familiares del otro lado de la frontera.

Costa Rica insiste en que le asiste el derecho por un pedazo de Nicaragua, pero se niega a pelear el caso en la Corte Internacional de Justicia y a la definición exacta de la frontera según los tratados internacionales vigentes.

Costa Rica señala a Nicaragua de país bélico, sin embargo, la palabra “guerra” e “invasión” se escucha frecuentemente en Costa Rica por estos días, pero no en Nicaragua.

Costa Rica utiliza su fama de ambiental, turística, pacífica, para atacar a un país que nunca ha invadido otro, que tiene bellezas naturales y una riqueza cultural que Costa Rica divulga como si se tratara de ese país, y promueve el odio hacia los centroamericanos como no lo hace ninguna otra nación de la región.

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