El presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo desde un hospital en Quito que no negociará con un grupo de policías que se sublevó contra el gobierno por una disputa salarial. "Salgo de aquí como presidente o como cadáver", aseguró el mandatario tras indicar que no ha dado la orden para repeler a los efectivos de la Policía Nacional para evitar más violencia.
"Ellos no me han permitido salir" dijo Correa y agregó que tienen rodeadas todas las salidas del hospital de la policía. "No voy a firmar nada bajo presión, no voy a claudicar", aseveró Correa al canal de televisión pública que está transmitiendo en cadena nacional a través de toda la red de televisoras privadas, reportó BBC Mundo.
Cuando estalló el caos en Ecuador las cosas empezaron a moverse más rápido en las calles. La falta de policías fue una invitación para que los delincuentes hagan de las suyas y ataquen coches privados, bancos, supermercados y provoquen el temor entre los ciudadanos.
El decreto de emergencia que el Presidente emitió desde su cautiverio suponía que las Fuerzas Armadas deberían hacerse con el control en las calles, lo que creó un ambiente tenso, pues en Ecuador no es común ver a militares tomando el control civil. Diferentes puntos de la capital se fueron convirtiendo en campos de batalla entre policías y fieles a Rafael Correa.
Los pocos transeúntes corrían hacia sus hogares cada vez que escuchaban una detonación, según relataron testigos contactados por teléfono, reportó El País.
Ese ambiente empeoró cuando el ministro de Exteriores, Ricardo Patiño, hizo un llamamiento para que los partidarios del gobierno marchen hacia el hospital donde el mandatario estaba secuestrado. La gente llegaba al grito de "Esto no es Honduras, Correa es presidente". Fueron recibidos con gases lacrimógenos por los policías amotinados, cuyo eslogan era: "El pueblo uniformado, también es explotado".
Algunos de los defensores de Correa portaban palos; otros, banderas; los había que se desplazaron en silla de ruedas.
"Estamos aquí en pie de lucha por la democracia, defendiendo al presidente de todos los ecuatorianos, rescatándolo, pero nos están lanzando bombas lacrimógenas a los ministros, a las señoras y a los niños", denunció la ministra de Obras Públicas, María de los Ángeles Duarte.
"Policías corruptos no se enfrenten con armas al pueblo. El pueblo viene a mano limpia", gritó un manifestante.