Aumenta la preocupación de la Arquidiócesis de Yucatán con las reformas legales por las que a partir de ayer se tipifica el delito de pederastia como un crimen federal, pues hay al menos dos sacerdotes acusados, Teodoro Baquedano Pech y Fernando Escobar Fajardo.
El presidente para América Latina de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), Eric Barragán Burgueño, expresó que el decreto publicado en el Diario Oficial “convierte a la pederastia en un crimen federal, por lo que el poder Ejecutivo Federal respeta su compromiso de proteger a las niñas, niños y adolescentes de México”.
Resaltó que la aprobación de la iniciativa por la Cámara de Diputados así como por el Senado de la Republica, y su publicación en el Diario Oficial de la Federación, “da un mensaje fuerte contra aquellos que cometen los más graves delitos contra los más vulnerables en nuestro país, la niñez”.
Las penas, multas y acciones tomadas contra las personas, instituciones, organizaciones y otros que encubren y no reportan los delitos será finalmente, una medida de suma importancia contra aquellos que por mucho tiempo se lavan las manos y quedan impunes por las acciones de sus empleados y/o voluntarios.
Remarcó que una de las motivaciones principales de esta iniciativa es el encubrimiento e indiferencia de la jerarquía católica de México, “en los casos de abuso sexual infantil por parte de sus clérigos y organizaciones que por décadas se mantienen al margen y en silencio, no obstante las múltiples denuncias públicas.
Barragán Burgueño aseveró que en el país hay al menos 68 sacerdotes acusados de abuso sexual contra menores,
los cuales fueron trasladados a distintas arquidiócesis, luego de la presentación de denuncias en su contra, principalmente en juzgados de Estados Unidos.
En el caso de Yucatán está el sacerdote pederasta Teodoro Baquedano Pech, ex párroco de la iglesia de San Bartolomé Apóstol, de Nolo, comisaría de Tixkokob, quien además tenía a su cargo las iglesias de Tixpeual, Yaxkukul, Santa Cruz, Kilinché, Cuca y Sahé.
El caso se ventila en la Suprema Corte de California, en San Francisco, luego que el pasado 5 de noviembre de 2003, Silvia Chávez lo denunció al establecer que entre 1967 y 1970, el sacerdote abusó sexualmente de ella, en sus repetidas visitas a la casa de la aquel entonces niña de 12 años de edad. Baquedano Pech se presentó al hogar estadunidense como consejero espiritual de la familia cuando trabajaba en la Arquidiócesis de San Francisco, California, Estados Unidos.
Resaltó que la aprobación de la iniciativa por la Cámara de Diputados así como por el Senado de la Republica, y su publicación en el Diario Oficial de la Federación, “da un mensaje fuerte contra aquellos que cometen los más graves delitos contra los más vulnerables en nuestro país, la niñez”.
Las penas, multas y acciones tomadas contra las personas, instituciones, organizaciones y otros que encubren y no reportan los delitos será finalmente, una medida de suma importancia contra aquellos que por mucho tiempo se lavan las manos y quedan impunes por las acciones de sus empleados y/o voluntarios.
Remarcó que una de las motivaciones principales de esta iniciativa es el encubrimiento e indiferencia de la jerarquía católica de México, “en los casos de abuso sexual infantil por parte de sus clérigos y organizaciones que por décadas se mantienen al margen y en silencio, no obstante las múltiples denuncias públicas.
Barragán Burgueño aseveró que en el país hay al menos 68 sacerdotes acusados de abuso sexual contra menores,
los cuales fueron trasladados a distintas arquidiócesis, luego de la presentación de denuncias en su contra, principalmente en juzgados de Estados Unidos.
En el caso de Yucatán está el sacerdote pederasta Teodoro Baquedano Pech, ex párroco de la iglesia de San Bartolomé Apóstol, de Nolo, comisaría de Tixkokob, quien además tenía a su cargo las iglesias de Tixpeual, Yaxkukul, Santa Cruz, Kilinché, Cuca y Sahé.
El caso se ventila en la Suprema Corte de California, en San Francisco, luego que el pasado 5 de noviembre de 2003, Silvia Chávez lo denunció al establecer que entre 1967 y 1970, el sacerdote abusó sexualmente de ella, en sus repetidas visitas a la casa de la aquel entonces niña de 12 años de edad. Baquedano Pech se presentó al hogar estadunidense como consejero espiritual de la familia cuando trabajaba en la Arquidiócesis de San Francisco, California, Estados Unidos.