Roger Vangheluwe, hasta el pasado 23 de abril obispo de Brujas, se convertía en noticia tras convertirse en el primer prelado europeo que presentaba su renuncia irrevocable por haber abusado sexualmente de un menor de “su entorno”. Este martes, el diario The New York Times revelaba quien fue la víctima: su propio sobrino. El escándalo de pederastia que salpica de lleno a la Iglesia católica subía así un nuevo peldaño, el del religioso que abusa directamente de un familiar.
Cuando presentó su renuncia, el obispo de esa ciudad de Flandes (Bélgica) la justificó de la siguiente manera: “La víctima (de la que no dijo su nombre ni que era de su propia familia) aún sigue marcada. Durante los últimos decenios he reconocido varias veces mi culpa ante él y ante su familia, y he pedido perdón. Pero esto no lo ha tranquilizado. Y yo tampoco lo estoy”.
Sin embargo, según el artículo, no fueron los remordimientos lo que llevó al obispo a renunciar, sino el miedo a que se revelara que era su propio sobrino, del que abusó sexualmente de los 10 a los 18 años.
La víctima, un escultor y pintor que actualmente tiene 42 años, dijo “basta” cuando una niña de la familia que acababa de confirmarse recibió una postal de felicitación del obispo pederasta, en la que le hablaba de lo sagrada que era la infancia.
Tras resistirse su tío-obispo a asumir públicamente la culpa, el escultor y su familia enviaron correos electrónicos a todos los obispos belgas, amenazando con denunciar los abusos. Una vez cumplida la amenaza, el entonces responsable de la comisión interna de la Iglesia belga para casos de abusos, Peter Adriaenssens, telefoneó al obispo, que reconoció su culpa. La comisión anti-pederastas coincidió: el prelado tenía que dimitir.
El sobrino del obispo Vangheluwe sigue resistiéndose a hablar sobre lo sucedido: “Tengo miedo; la Iglesia tiene mucho poder”.
Silencio vaticano
Cardenal reprendió al cura que denunció el caso: “Déjese de acusaciones infundadas”
Hace 14 años el sacerdote Rik Devillé intentó advertir sobre la conducta del obispo de Brujas al cardenal de Bruselas, Godfried Danneels, pero a cambio recibió una reprimenda: “Deje de hacer acusaciones infundadas contra la Iglesia y sus funcionarios si no tiene pruebas”.
El cardenal Danneels, al que la policía interrogó durante 10 horas la semana pasada, ha dicho a través de su abogado que no recuerda que le mencionaran el nombre del obispo Vangheluwe en relación con abusos sexuales.
El Vaticano aceptó la dimisión del obispo cuando estalló el escándalo en abril, pero no dijo nada sobre el caso hasta que la policía belga registró diversas propiedades de la Iglesia a finales de junio, un acto que el papa Benedicto XVI calificó de “deplorable”.
Mientras tanto, el obispo-pederasta Vangheluwe se retiró a un monasterio trapense para huir del escándalo. Está siendo investigado por las autoridades belgas en relación con otro posible caso de abusos sexuales a menores y acusaciones de que ocultó quejas de ese tipo presentadas contra otros, pero de los ocho años que abusó de su sobrino ya no podrá ser juzgado, ya que, de acuerdo con las leyes belgas, una víctima de abusos sexuales solo puede presentar una querella criminal hasta 10 años después de cumplir 18.
