El anuncio de la contratación de una empresa israelí para conformar el anillo de seguridad del Presidente Ricardo Martinelli y darle entrenamiento a personal del Servicio de Protección Institucional (SPI), revela el nexo existente entre los personeros del Gobierno con grupos mercenarios asociados al sionismo, organismos tenebrosos como la Mossad y la CIA, y los círculos más recalcitrantes de la derecha norteamericana vinculados a la mafia de Miami y el Gobierno Narcoparamilitar de Alvaro Uribe.
El Sionismo en la región y en Panamá
El sionismo se hace presente en la región a través de empresas mercenarias que trasiegan armas a favor de los grupos paramilitares apoyados por Alvaro Uribe integrados en las llamadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
De la misma forma, se han insertado en Venezuela para preparar complots contra el Presidente de ese país, Hugo Chávez; así como también estuvieron detrás del golpe de Estado contra el Presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya.
Los mercenarios contratados por empresas de Israel dan protección también al Presidente espurio de Honduras, Porfirio Lobo, cuyo gobierno ha sido desconocido por la comunidad internacional, salvo en muy pocos casos como los Gobiernos de Martinelli y Uribe.
Ya estos grupos mecenarios fueron acusados en Panamá de estar implicados con empresarios locales y jefes de la Policía Nacional en el trasiego de armas hacia Colombia para apoyar a los paramilitares de aquel país.
Por ejemplo, Marcos Shrem M., Marcos Shrem Gateno y Moris Shrem Gateno, del Grupo MSG que desarrolla proyectos de construcción en nuestro país, forman la Junta Directiva de MARKSMAN LATIN AMERICA S.A., empresa vinculada en el 2003 a la venta de armas nicaragüenses a los grupos paramilitares de Colombia. Marcos Shrem M. era socio del ciudadano israelí Shimon Yelinek residente en Panamá, quien compró las armas a través de la empresa Grupo Internacional de Representaciones S.A. (GIRSA). Shrem puso a Yelenek en contacto con Ori Zoller, otro israelí radicado en Guatemala, propietario de GIRSA, una empresa de ventas de armas establecida en Guatemala y representante de la industria militar Israelí.
Shrem también colaboró con Yelinek en la compra de armas nicaragüenses a través de Zoller e intentó comprar armas adicionales.
Yelinek y Shrem se presentaron como compradores de armas intermediarios de la Policía Nacional de Panamá, que dirigía en aquel entonces Carlos Barés, el mismo que estuvo envuelto en la liberación del terrorista Posada Carriles y sus cómplices. Barés maneja la seguridad del empresario mafioso Mario Guardia, propietario de la empresa Ganadera Bocas, S.A. que pretende desalojar al Pueblo Naso de sus tierras ancestrales.
También se revela el nexo de estos mercenarios con ex militares y ex oficiales del Mossad como el ex teniente coronel Yair Klein, el general B. Ziv, dueño de Global SC; Amar Salmar, el panameño-israelí Shimon Yelinek y el mismo Ori Zoller, quienes han visitado Panamá para preparar operaciones de contrabando de armas.
Amar Salmar, alto ejecutivo (Security Senior Expert) de la SIA, ha realizado reuniones en Miami, cuyo financiamiento ha estado a cargo de unas 300 empresas que hacen sus ganancias en el mercado de “seguridad e inteligencia” que florece bajo el sol de la “guerra internacional contra el terrorismo”, para la cual Washington ha autorizado unos treinta mil millones de dólares desde los sucesos del 11 de septiembre. En esas reuniones se ha promovido la seguridad privada israelí en Centroamérica.
“Cerca de 40 empresas israelíes vinculadas al Mossad operan actualmente en América Latina, principalmente ligadas a la comercialización de armamento sofisticado y a la prestación de servicios en la esfera de la inteligencia y la contrainteligencia, el apoyo a la subversión contra países y fuerzas progresistas, así como a la persecución de personalidades y movimientos solidarios con la causa de los pueblos árabes y palestino.”
“Los escenarios de la actividad de las principales tapaderas del Mossad se localizan en las llamadas Zonas calientes: Colombia y sus países limítrofes, la llamada Triple frontera formada por Argentina, Brasil y Paraguay, los países centroamericanos, así como las selvas peruanas.
Esto ha sido caracterizado por diversos expertos en inteligencia como Robert Munks, editor para las Américas de la revista británica especializada en temas de Defensa Jane’s Intelligence Weekly.”
Martinelli ofrece nuestro territorio como centro de conspiración y agresión
Martinelli está facilitando nuestro territorio como centro de operaciones del sionismo para desestabilizar gobiernos y enfrentar los movimientos sociales en la región a cambio del apoyo del influyente Lobby judío en Estados Unidos para la aprobación del Tratado de Libre Comercio.
En ese sentido, existe igualmente el compromiso de votar con el Gobierno de Israel en los foros internacionales, rompiendo así con la tradicional postura de abstención que mantenían los gobiernos panameños frente al conflicto árabe israelí.
Así fue anunciado por Pablo Thalassinos, Embajador de Panamá en la ONU y se ha reflejado ya en tres ocasiones, entre ellas, cuando adversó el informe Goldstone, que acusa a Israel de cometer crímenes de guerra en los combates registrados en Gaza a fines de 2008 y principios de 2009.
La participación de Martinelli en esta conspiración internacional es el resultado de los compromisos con los grupos más agresivos del Partido Republicano, con los cuales trabajó nada menos que la “mano derecha” de Martinelli, Demetrio Papadimitriu, Ministro de la Presidencia y para muchos una especie de “Rasputín” o el poder real tras el trono.
En diciembre pasado una delegación de este sector del Partido Republicano estuvo en Panamá, encabezada por el líder republicano en la Cámara de Representantes, John A. Boehner, y por Ileana Ros-Lehtinen llamada la “Loba Feroz” por su rabiosa posición contra Cuba.
Ello explica la abrupta suspensión de la Operación Milagro y la salida de Panamá de los médicos cubanos que, cumpliendo una labor humanitaria y solidaria con Panamá, gratuitamente atendieron a casi 50 mil humildes panameños, devolviéndoles la vista.
Posterior a ello, se dieron los ataques en la OEA contra Venezuela por parte del Embajador permanente de Panamá ante ese organismo, Guillermo Willie Cochez, abogado del ex Presidente corrupto de Nicaragua, Arnoldo Alemán. Cochez ha sido acusado de ayudar a “lavar dinero” proveniente de los bienes malhabidos de Arnoldo Alemán.
Martinelli insiste en convertir nuestro territorio en centro de conspiración contra los gobiernos progresistas y revolucionarios de la región.
En tal sentido se ha denunciado el establecimiento del Centro Internacional de Operaciones, Información e Inteligencia, ubicado en Cerro Azul, cuya misión es coordinar acciones ofensivas contra Venezuela y otras naciones, apoyar los esfuerzos desestabilizadores de Estados Unidos y Colombia en la región, así como monitorear las actividades de las fuerzas progresistas en la región.
Además, en Panamá se vienen instalando bases aeronavales que son puestos de avanzadas del ejército norteamericano vinculadas a las bases militares que ya han establecido en Colombia.
Con la llegada de Martinelli, el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRON) se ha mostrado mucho más activo en los ataques contra fuerzas irregulares de Colombia, coordinando y participando de manera conjunta en acciones con el ejército colombiano y asesores militares norteamericanos.
Eso lo demuestra el ataque reciente en Darién, donde murieron tres miembros de las FARC, en un hecho que ha alarmado a la población pues revela con claridad la intensión de Martinelli de arrastrar a Panamá hacia el conflicto bélico de Colombia.