La historia contemporánea de Colombia, se torció al terreno de la violencia permanente a partir de un magnicidio, el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, desde entonces, una y otra vez, el método para frenar a los candidatos adversarios del status quo ha sido la liquidación física.
El 9 de abril de 1948, el candidato del Partido Liberal, Jorge Eliécer Gaitán es asesinado. Era el mejor posicionado entre los aspirantes a la presidencia. Sin embargo, su compromiso con los pobres y con la reforma agraria lo hacían “peligroso” para los intereses del poder económico.
A la muerte de Gaitán, le siguió el estallido social conocido como El Bogotazo, rebelión espontánea que fue reducida mediante la represión militar.
A la represión indiscriminada, le surgió como respuesta la organización de grupos de defensa de la población ante los desmanes del régimen.
Fue entonces, como desde las propias bases del Partido Liberal surgieron los primeros núcleos guerrilleros en la historia contemporánea de Colombia. De allí nacieron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En 1987 fue asesinado en Cundinamarca, Jaime Pardo Leal, dirigente de la izquierda colombiana y de la Unión Patriótica, quien como candidato presidencial en 1986 había obtenido una cifra récord de votos.
El crecimiento de su popularidad y prestigio, así como sus denuncias sobre los nexos entre el poder político tradicional y el narcotráfico, lo convirtieron en una amenaza para los intereses de la oligarquía colombiana.
En 1990, nuevamente los intereses del poder económico, asesinaron a otro candidato presidencial: Bernardo Jaramillo Ossa, abanderado de la Unión Patriótica (UP).
Un joven sicario paramilitar llamado Andrés Arturo Gutiérrez Maya lo esperaba y mientras estaban él y su esposa al frente de una farmacia disparó contra el candidato.
La Unión Patriótica ha sido una de las más exitosas expresiones de unidad de la izquierda colombiana. Fue concebida como un eslabón para los procesos de conversaciones de paz, entre el gobierno y las guerrillas.
A la UP se le impidió cumplir con su propósito: miles de sus militantes fueron asesinados, entre ellos 2 candidatos presidenciales y 11 congresistas.
En 1989, cae asesinado por sicarios, el candidato del Partido Liberal, Luis Carlos Galán. Su firmeza ante las mafias políticas aliadas al narcotráfico, le costó la casi segura posibilidad de ser Presidente de Colombia. Galán era el favorito según las encuestas. El 18 de agosto del 89 le dispararon cuando participaba en un mítin de campaña.
En 1990, el ex movimiento guerrillero M19, competía por primera vez en elecciones por la presidencia de Colombia, su proyecto había avanzado en popularidad y captación de simpatías. Inclusive se avizoraba la posibilidad de una alianza entre el M19 y la muy golpeada Unión Patriótica con la finalidad de avanzar en la construcción de una alternativa política en Colombia. Sin embargo, el sicariato arrancó de nuevo con esa posibilidad.
El abanderado presidencial de la organización, Carlos Pizarro, fue ametrallado dentro de un avión, a pesar de poseer “escolta” del DAS.
En enero de 2010 se determinó que funcionarios del DAS, entre ellos su exdirector, eran partícipes del asesinato de Pizarro. Es decir, otro crímen de estado.
En 1994, nuevamente fue usado el sicariato para acabar con un liderazgo de izquierda en Colombia, Manuel Cepeda Vargas, Secretario General del Partido Comunista Colombiano y líder de la Unión Patriótica fue abaleado por sicarios.
Los autores materiales del hecho eran suboficiales retirados del Ejército de Colombia. La muerte de Cepeda ocurre en el contexto de la llamada Operación Golpe de Gracia, mediante la cual, sectores del alto mando militar junto al paramilitarismo avanzaron hacia la liquidación definitiva de las estructuras de la Unión Patriótica.
Rafael Uribe Uribe, uno de los líderes liberales más trascendentes de la historia en Colombia, asesinado a hachazos frente al Capitolio Nacional.
El asesinato político en Colombia, tiene muchos más antecedentes. Ya en 1914, otro presidenciable, Rafael Uribe Uribe fue asesinado a hachazos. Uribe Uribe apoyaba el desarrollo del movimiento sindical y cooperativista en el país, ello no era conveniente para el pequeño grupo que ha dominado el poder político en la nación neogranadina durante varios siglos.
En 2010, un candidato que aún cuando representa también al pensamiento conservador, no pertenece al grupo de familias que tradicionalmente se han repartido el poder en Colombia, también ha recibido amenazas. Se trata de Antanás Mockus, a quien han amenazado inclusive por un grupo de la red social Facebook.
Por: Chevige González Marcó