La ilusión del escudo antimisiles 3/3
Después del fracaso de sus misiles antimisiles, Estados Unidos e Israel se embarcan en la aventura del láser de alta energía.
A falta de lograr detener los misiles balísticos rusos, esta milagrosa defensa debía protegerlos de los rudimentarios cohetes de la resistencia en el Medio Oriente.
En definitiva, la «Cúpula de acero» que supuestamente debía proteger a Israel del pueblo al que expulsó de sus tierras no se concretará nunca. Lo que no pasó de ser eslogan publicitario de vendedores de armas y promesa de los politiqueros no dio más resultado que un equipamiento inadecuado, ya relegado al almacén de trastos.
Este artículo es la continuación de:
1. «El escudo de la invencibilidad»
2. «Del combate contra el “Imperio del Mal” a la lucha contra el “Eje del Mal”».
En febrero de 1983 el Estado Mayor interarmas logra convencer al presidente Reagan de que el láser permitirá llenar un vacío hasta que la balística estadounidense logre superar la de los soviéticos. Los opositores, encabezados por Edward Kennedy, se burlan de esa tecnología comparándola a la de trilogía hollywodense La Guerra de las Galaxias, expresión que acabará reemplazando la denominación IDS en el lenguaje popular.
Hoy en día, la apelación genérica Nautilus sirve para designar el nuevo antimisil THEL, que comienza en 1995, cuando el Hezbollah lanza sus primeros cohetes desde el Líbano. Siria e Irán proporcionan cohetes a la «Resistencia», manteniéndose así al margen del enfrentamiento directo.
La firma estadounidense TWR comienza los primeros trabajos. Empresas israelíes, como Elbit, Electro-Optics Industries, IAI, MBT Systems & Space Technology, Tadiran y Raphael se unen a ellos. Posteriormente Northrop Grumman Space Technology compra TWR [2]. Se concibe un THEL versión ABL (Air Borne Laser) que se fabrica con el objetivo de destruir los Scud durante la fase de lanzamiento. Rockwell y Boeing lo desarrollan, prometiendo su entrada en servicio para el año 2006.
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Film publicitario de la propaganda militar alabando las capacidades del Tactical High Energy Laser (THEL).
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Desde el principio se trata de encontrar una alternativa que permita llenar las lagunas que representan los fallos de los Pac y los Arrow. Mientras que estos últimos tienen como misión la destrucción de los misiles de teatro, el THEL se dedica exclusivamente a las Katiuska, los Qassam e incluso a los obuses de mortero, contra los que no existía hasta entonces ningún tipo de defensa. La media de vuelo de los Qassam es muy corta.
El antimisil destinado a neutralizarlo tiene por lo tanto que actuar muy rápidamente. El THEL esta concebido para actuar 15 segundos antes del impacto. 15 segundos es el tiempo que el proceso israelí de alerta da a los civiles para meterse en los refugios ya que el sistema de «alerta roja» (Tzeva Adom) se activa en ese momento. El láser [3] ofrece la ventaja de actuar más rápidamente (a la velocidad de la luz) y sin agregar más fragmentos a los del misil destruido.
Resultaría tedioso describir científicamente aquí las complejidades de esa arma, pero se puede precisar que se trata de un láser de fluorido de deuterio que transita a través de 44 cámaras de combustión en las que se hacen reaccionar trifluorido, nitrógeno y etileno y que desintegra el objetivo mediante el fuerte calor que produce [4]. El láser proviene de una bombilla que dispara fotones a presión hacia 9 discos de cristal de neodimio. Para reforzar el poder destructivo del haz durante varias decenas de microsegundos como mínimo, las energías que se emiten representan sólo cerca de una décima parte de lo que ese mismo cristal es capaz de producir al funcionar normalmente.
El problema reside en que la potencia debe alcanzar los 100 kilowatts. La manipulación del THEL depende de un comandante y un artillero, que no tienen teóricamente otra función que la de verificar el funcionamiento de la computadora. Según el equipo del doctor Josef Shwartz, responsable de los primeros estudios: «Aquí estamos hablando de intercepción a la velocidad de la luz. Eso exige un C3I (orden, control, comunicación e inteligencia), lo cual deja sólo muy poco tiempo para las decisiones humanas en cada etapa.»
El láser no puede recargarse rápidamente en caso de error de tiro o ante una lluvia de cohetes, aunque puede enfrentar los disparos en forma de racimo haciendo entre 20 y 60 disparos antes de la recarga. La autonomía depende de la cantidad de disparos y de la duración de cada haz. Pero esos datos son de carácter teórico y los diferentes informes difieren en cuanto a las posibilidades del arma.
El THEL tiene que mantener determinada temperatura para que no se estropee la totalidad del sistema. Pero el fluorido evita tener que recurrir a un voluminoso sistema de enfriamiento. La otra ventaja del láser, en comparación con el vehículo “asesino” [de los misiles antimisiles], es su invulnerabilidad ante las condiciones meteorológicas, que no tienen prácticamente ninguna incidencia en la trayectoria y la potencia del haz.
En abril de 1996, Bill Clinton y William Perry autorizan el ensayo de un prototipo. Israel promete salir del sur del Líbano, después de la controvertida operación «Uvas de la ira», si los escudos permiten prescindir de su ocupación. Así que es mucho lo que está en juego. Estados Unidos e Israel firman un protocolo el 18 de julio.
Se prevén 21 meses para la construcción del sistema y entre 12 y 18 meses para los ensayos, organizados en la High Energy Laser Systems Test Facility, en White Sand (Nuevo México). Nuevamente, Estados Unidos invierte masivamente en ese proyecto, cuyo principal beneficiario será en primer lugar Israel, por ser el más amenazado por los proyectiles de corto alcance.
Se estima que las investigaciones costarán 250 millones de dólares hasta el año 2002. Incluyendo el ABL ([láser] instalado en la nariz de 7 aviones Boeing 747, puesto a prueba en 2009) y la posibilidad de un sistema instalado a bordo de un satélite (que no tiene carácter prioritario), [5] el total del estimado se elevaría, en materia de investigación-desarrollo y fabricación, a 6 100 millones de dólares. En agosto de 1996, se ensaya con éxito el principio del ABL. También se entrega una primera asignación de 100 millones de dólares en 1997: Estados Unidos pone un 70% mientras que Israel asume el 30% [6].
En mayo de 1999, la GAO [General Accounting Office, institución estadounidense vinculada al Congreso y que funge como contraloría. NdT.] ya señala los problemas de fugas de fluidos químicos, la poca potencia del láser y su incapacidad para la destrucción de grandes cohetes de largo alcance (Zelzal). Se rediseña entonces el programa, lo cual representa un costo suplementario de 30 a 50 millones de dólares. La GAO revisa la factura de la nueva versión [fijándola] en 106,8 millones de dólares para Estados Unidos y 24,7 millones para Israel [7].
Según un vocero del SMDC, las primeras investigaciones ya han costado 260 millones de dólares [8]. Ante los reclamos del Congreso, Washington amenaza con no asumir el gasto suplementario. Los universitarios estadounidenses Melman y Cooks recuerdan en ese sentido que la mitad de los contratos militares de interés para Israel «se atribuyen sin proceso de licitación» [9]. Se observa que el estimado es de todas formas menos alto que en el caso de los Arrow, tanto para la fabricación como para el funcionamiento, ya que el costo de un sistema antimisiles clásico es de 180 millones de dólares (como promedio por cada batería) y el de la intercepción se eleva a 1 millón de dólares, o sea mucho más que en el caso del Nautilus (2 500 por cada Qassam) [10].
Se llega entonces a un acuerdo. Washington y Tel Aviv pagarán respectivamente una cuarta parte del costo extra y Northrop asumirá la otra mitad. El proyecto es renombrado Skyguard. Pero Israel se retira en 2001 para desarrollar su propio sistema. Las partes implicadas no renuncian sin embargo a la idea de obtener la participación de Jordania (1999), Grecia, Kuwait, Arabia Saudita, Corea del Sur (1998), Singapur, Japón (1999), el Reino Unido, Holanda (1999), la India y Turquía (1999), argumentando que esta cobertura también puede protegerlos a ellos.
Es interesante observar que algunos de los países anteriormente mencionados habían optado también por el Arrow y el Patriot, lo cual equivale a reconocer la ineficacia de esos sistemas. Por otro lado, Washington teme que Tel Aviv aproveche la oportunidad para robarle estos mercados. Son pocos los países que responden positivamente.
El teniente general John Costello, del Commanding General U.S. Army Space & Missile Defense Command (Alabama) y Tim Hannemann, vicepresidente de TRW, explican que esta protección puede ser útil para todo el mundo, mientras que el mayor general Isaac Ben-Israel, director del MAFAT (ministerio de Defensa) agrega: «Este tiro es un excitante y muy importante acontecimiento para el pueblo de Israel. El THEL ha vencido una etapa crucial para ayudar a proteger las comunidades a lo largo de la frontera norte contra todo tipo de ataques devastadores con cohetes que hemos venido sufriendo recientemente» [12].
Así que se procede a la firma de un protocolo para el desarrollo de una versión móvil (MTHEL). La versión móvil del THEL no resulta precisamente discreta ya que, además del camión que transporta el arma, se necesitan 3 vehículos más que se encargarán de alimentarlo, esencialmente en energía. Para rentabilizar su inversión, el Pentágono prevé dotar sus bases y aeropuertos de este tipo de protección, sobre todo en el Medio Oriente. Para Israel, la prioridad la tienen aeropuertos, concentraciones de colonias, bases, centrales nucleares y laboratorios secretos. El tiempo apremia ya que la segunda Intifada se caracteriza precisamente por el uso masivo de cohetes.
Después del 11 de septiembre, Estados Unidos quiere que el láser sea capaz de destruir tanto misiles como aviones secuestrados. Entre 2001 y 2009, en momentos de la agresión [israelí] contra Gaza, y en 2006, durante la segunda guerra contra el Líbano, se despliegan THEL a lo largo de la frontera, para tratar de destruir los Qassam… sin éxito, por no tratarse ya de disparos programados como en los entrenamientos [13].
En julio de 2006, Northrop Grumman trata de renegociar el THEL con el Estado hebreo reuniéndose con Amir Peretz, con el director general Jacob Toren y con el responsable del proyecto Homa, Arie Herzog. La conclusión del encuentro es inapelable: «Durante 10 años hemos venido invirtiendo en este proyecto a un costo muy elevado y sin resultados. ¿Qué va a pasar ahora que las fuerzas [armadas] estadounidenses han perdido todo interés en él?» [14].
Lo principal es que una primera auditoria exige 300 millones de dólares más, elevando así la factura final a 700 millones de dólares… sin contar el costo del mantenimiento del sistema. Por esa suma, Peretz exige de Rafael un sistema polivalente capaz de destruir todo tipo de proyectiles: «En estos últimos años, el programa común con Estados Unidos se había detenido. Esta decisión estuvo motivada entonces por importantes consideraciones… Pero por otro lado, Israel no podía darse el lujo de reflexionar en términos de estadísticas de daños causados por cohetes, porque tenemos que ver esa amenaza como una amenaza para la existencia misma de Israel.» [15]
Después de haber invertido entre 250 y 320 millones de euros en 10 años (en el caso de Washington) y 150 millones de euros (en el caso de Israel), los dos países congelan el proyecto, cuya culminación exige finalmente 230 millones de euros más, después de la rebaja aceptada por Rafael [16].
Al ser interrogado sobre el proyecto, en septiembre de 2006, por el diario Haaretz, que le reprocha su oposición al sistema presentado como el arma absoluta, el jefe de Estado Mayor Moshe Yaalon declara: «Yo no he sido el único que ha detenido el proyecto Nautilus. Pero tengo dudas sobre él. Ya había resultado extremadamente oneroso y sus resultados han sido limitados. Sólo puede proteger alguna ciudad por aquí o por allá. Si Israel invierte una fortuna en tejer un traje de protección para cada ciudadano y convertirlos a todos en búnkeres, esto no será económicamente sostenible.» [17]
Acusando a la sociedad de estar militarizándose, con todo lo que eso implica, el general confiesa en definitiva que… ¡realmente no hay solución contra los cohetes!
El 1º de junio de 2007, la Comisión de las fuerzas armadas del Senado estadounidense propone, para el futuro, 60 millones de dólares distribuidos en 25 millones para el Arrow, sólo 10 millones para el THEL y 25 millones para otro antimisil de corto alcance [18].
Pero los THEL son desconectados en septiembre. ¡Peor todavía! Es Tsahal quien tiene que cumplir la misión de ese costoso juguete tecnológico, como ocurrió durante el verano del año 2006 en el Líbano, lanzando contra la franja de Gaza una ofensiva terrestre de gran envergadura, con un costoso saldo en bajas humanas, ¡precisamente lo que se quería evitar con el THEL! La precisión del THEL resulta, en definitiva, ser un inconveniente ya que no se adapta a la trayectoria aleatoria de los Scud y sus derivados.
En otras palabras, mientras más artesanal es el misil, ¡más inoperante resulta ser la alta tecnología israelí-estadounidense! Lo cual da lugar al siguiente análisis del general de reserva (shirout milouim) Yossi Kuperwasser, experto israelí en inteligencia:
«La lucha contra el terrorismo cuesta caro. Por supuesto, hay que equipar nuestros vehículos con sistemas para enfrentar [ataques con] misiles. Si queremos estar listos para la pelea, hay que pagar el precio. Este sistema (Skyguard) es, en efecto, extraordinariamente caro, y se dice que está fuera de nuestras posibilidades financieras. Eso es cierto en este momento, pero es posible que la decisión sea diferente mañana.
Habíamos comenzado, efectivamente, a desarrollar esta tecnología y no nos equipamos con ella a causa de su precio. Si analizamos la guerra del pasado verano, ¿tuvimos razón o fue un error? Algunos dicen que la muerte de 50 civiles en una guerra de 34 días es un precio que Israel puede pagar. Otros dicen que es un precio demasiado elevado y que, en el futuro, el costo en vidas humanas será muy superior si no nos dotamos ahora de esos sistemas a un precio astronómico. Es un debate muy difícil.» [19]
Pero Estados Unidos logra imponer el SkyGuard, cuyo margen de éxito «es cercano al 100%», según se anuncia. El Skyguard tendrá que sumarse al sistema general israelí Iron Dome. Tel Aviv no se atreve a comprometerse demasiado con la defensa de sus prototipos nacionales ya que la decisión está vinculada a un proyecto de asignación de una cifra record de 30 000 millones de dólares en materia de asistencia militar, con una parte destinada a los antimisiles, prevista para un periodo de 10 años.
Ello no impide al gabinete israelí de seguridad asignar, el 23 de diciembre, 811 millones de nuevos shekels al estudio… de un nuevo sistema.
Identificado como Iron Dome, este nuevo sistema deberá estar listo para el 2010 y ser capaz de destruir los cohetes de corto alcance. Nuevamente se pone esta tarea en manos de Rafael. El 22 de enero de 2008, esa firma presenta su nuevo prototipo, bautizado con el nombre de Stunner.
El Congreso estadounidense ya había financiado las primeras investigaciones, en 2007, a un costo de 155 millones de dólares [20].
Concebido para interceptar los Qassam y las Katiuska, el Stunner no reemplaza los sistemas anteriores sino que los completa y debe alcanzar su estado operacional en 2010. Formará parte del dispositivo «Varita mágica» que debe garantizar la protección del espacio aéreo de Israel [21]. El Stunner se inserta en una defensa más amplia llamada Magic Wand, de la que también forman parte otros tipos de antimisiles y que debe interceptar los Zelzal y los Fajr del Hamas y del Hezbollah. Estos escudos conformarán por lo tanto a fin de cuentas una profunda defensa balística con varias redes de protección, como las diferentes capas de kevlar que conforman un chaleco antibalas.
A finales de marzo de 2009, el Iron Dome pasa con éxito una serie de ensayos contra cohetes «del mismo tipo que los utilizados recientemente contra Israel» [22]. Ante la Comisión de Relaciones y de Defensa de la Knesset [el parlamento israelí], el jefe del Estado Mayor señala, el 11 de noviembre de 2009, que el primer batallón de ese sistema será operacional dentro de un año (6 meses de retraso) [23]. El carácter de esta decisión es en realidad más político que militar ya que dos tercios de la población del gran Sderot, cerca de Gaza, han anunciado que huirán si se producen nuevos ataques balísticos. El sistema reintegra en realidad el radar MTHEL (Elta) que acompaña los misiles interceptores tipo Tamir [24]. Lo más importante es que este radar calcula el punto de intercepción de manera tal que los fragmentos no caigan sobre las zonas habitadas, por lo menos en teoría.
Pero un mes después, Ehud Barak presenta discretamente a Estados Unidos un pedido de Vulcan-Phalanx, un radar acompañado de un cañón Gatling de 20 milímetros capaz de disparar 4 000 obuses por minuto a 1 500 metros, sistema utilizado por las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán [25].
Cuando el sistema esté listo, ese cañón posiblemente sea reemplazado por un interceptor láser, de más largo alcance, lo cual quiere decir que este último sigue sin estar listo. El arma resulta menos cara, más simple y más confiable. Algunos expertos estiman que el Phalanx ya está siendo utilizado en el terreno, contra los cohetes.
Durante los años 1990, la investigación y desarrollo hacen posible la concretización de esa arma. El láser, con una potencia de 700 watt, no sirve para la destrucción propiamente dicha sino que está acoplado a una ametralladora de 30 o 50 milímetros. Esta arma neutraliza la munición enemiga únicamente si esta última está a punto de alcanzar el vehículo [27]. Varios países han desarrollado cada uno su propio sistema (dispositivo de detección de un misil combinado con un lanzador de señuelos) destinado a la protección de sus vehículos blindados, como el tanque francés Leclerc o el tanque israelí Merkava IV.
En 2003, la US Army’s Program Executive Office for Air, Space and Missile Defense (PEO-ASMD) y la firma Rafael colaboran en la concepción del Trophy Active Protection System (APS). La cantidad de vehículos destruidos por ataques con lanzacohetes en Afganistán e Irak plantea la necesidad de concebir urgentemente una protección adecuada.
El mercado comienza a escapar al control de los estadounidenses. Al igual que en el caso de los contratos perdidos anteriormente por las firmas estadounidenses en beneficio de Tel Aviv, los estadounidenses acusan de clientelismo a los grupos israelíes de presión activos en el Congreso. Al cabo de una serie de ensayos, Raytheon logra imponer su propia versión, bautizada como Quick Kill y presentada como confiable en un 98%, en detrimento del Trophy [28]. Meses más tarde, el Senado ordena una reevaluación del sistema israelí ante Donald Rumsfeld.
En abril de 2006, Globes revela la existencia de vínculos entre el ejército y el personal de Raytheon infiltrado en el equipo que rechazó el Trophy. Raytheon se defiende y acusa al lobby israelí de desinformación [29].
El Quick Kill, que no debía alcanzar su fase operacional hasta el año 2012, es finalmente rechazado en una decisión que favorece el Trophy al cabo de 15 ensayos realizados en Virginia por el Institute for Defense Analyses (IDA), institución designada al efecto por la secretaría estadounidense de Defensa.
En febrero de 2007, Rafael recibe un mandato del ejército de los Estados Unidos para adaptar en Irak sus sistemas Trophy-2 y 3, 100 de los cuales ya forman parte de la protección de los tanques [israelíes] Merkava. Pero en mayo de 2007, Rafael se deshace –por alguna razón desconocida– de su departamento IT systems, que trabaja en el desarrollo de ese sistema [30]. Otra empresa, Elbit, aprovecha entonces la ocasión para proponer su propio sistema para el año 2008. Según Tsahal, la instalación del sistema a bordo de cada blindado representa una inversión de 500 000 dólares por cada uno. El problema es que Israel dispone de 10 000 blindados.
Hoy en día el proyecto está congelado, a falta de una decisión al respecto. Al igual que en el caso de los antimisiles de teatro, en ausencia de solución se procede al fortalecimiento numérico de los sistemas de reemplazo, como el Meil Rouah (término hebreo que designa una prenda de ropa destinada a proteger de la lluvia a la persona que la usa) que teje una red de acero destinada a interceptar los misiles enemigos. Este sistema cuesta de 150 000 a 200 000 dólares por cada unidad y se afirma que su eficacia es de un 90%. Pero tiene el inconveniente de que la explosión puede herir a los soldados de infantería que acompañan a los blindados [31].
En este momento, los sistemas de armas Pac y los Thel han llevado a una inflación de protecciones paralelas, multiplicando las capas de intercepción, con un resultado que, según la opinión que los propios expertos israelíes expresan off the record, sólo sirve para tranquilizar a una población traumatizada por las lluvias de cohetes y por la perspectiva, finalmente poco creíble, de futuros ataques balísticos iraníes. Los “escudos antimisiles” tampoco parecen contrarrestar los ímpetus del Hamas y del Hezbollah.
La continuación de esa iniciativa reactivaría la carrera armamentista, aunque en materia de armamento ni siquiera es necesario ese pretexto. Para los Estados que no tienen posibilidades de concursar en esa carrera, la única solución es aceptar la hegemonía de los grandes. Para otros, el “escudo” obliga a los adversarios a disponer de grandes cantidades de ADM [Armas de Destrucción Masiva] para poder saturar la defensa.
La seguridad absoluta está condenada al fracaso permanente ya que el propio concepto, por definición, ni siquiera existe en la vida real. Aun cuando ningún «Estado renegado», aparte de Irak en 1991, ha utilizado nunca ningún tipo de misil contra Israel, ambos países [Estados Unidos e Israel] siguen empeñados, esencialmente empujados por las presiones de especuladores políticos y militares, en llenar ese barril sin fondo a fuerza de lanzar en él inútilmente astronómicas sumas de dinero. Y probablemente exigirán a los contribuyentes estadounidenses e israelíes nuevos fondos a cambio de no emprender una intervención contra Irán. Los litigios y problemas que plantea la colaboración entre las diferentes ramas de las fuerzas armadas estadounidenses e israelíes y las empresas implicadas complican más aun este vano empeño.
En el verano del año 2008, Polonia acepta el despliegue de una decena de Pac y la República Checa acepta la instalación de un radar. El 5 de abril de 2009, Barack Obama mantiene el principio del escudo. Aunque lo matiza poniendo en tela de juicio parte de la doctrina de Bush al declarar: «Mientras exista la amenaza de Irán, tenemos la intención de seguir adelante con un sistema de defensa antimisiles con gastos controlados y cuyo interés debe estar demostrado» [AFP, 5 abril 2009.].
Ese es precisamente el problema. El programa sigue adelante, pero el 16 de septiembre Obama renuncia a la instalación de los antimisiles en Polonia y en la República Checa a favor del despliegue de un sistema naval. Al contrario de lo que afirma Laure Delcour [32], la razón de esa decisión no está en las protestas de Rusia. Las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre Irán, el fracaso técnico, el costo financiero y las nuevas relaciones con Israel son sus verdaderas causas.
Sin embargo, el 5 de febrero de 2010, durante la cumbre que reúne en Estambul a los 28 ministros de Defensa de la OTAN, se confirma el escudo antimisiles con la futura instalación de sistemas en Bulgaria y Rumania.
Es importante sumar también a los asociados y clientes japoneses, turcos, británicos, australianos, daneses, indios, italianos y checos. Israel se encontraba entre los participantes en aquella reunión, pero sus propios sistemas de teatro no lograron convencer a nadie.
[1] Spatial Based Laser - SBL.
[2] «Nautilus: Un parapluie hyper-tech contre les dangers rustiques», Israelvalley, 29 de marzo de 2006.
[3] Designado como MIRACL: Mid-Infrared Advanced Chemical Laser.
[4] Comentario traducido y completado a partir del sitio Israeli.weapons.com, 2006.
[5] Michel Bailly, op.cit. p. 40.
[6] Anthony Cordesman, 15 de abril de 2003, op.cit., p. 49.
[7] «Israel Missile Update – 2000», The Risk Report, Volúmen 6, n°6, noviembre de 2000.
[8] CNES Washington D.C, Embajada de Francia en Estados Unidos. Misión Científica y Tecnológica.
[9] Hervé Couteau-Bégarie, Traité de Stratégie, op.cit., p. 467.
[10] «Les différents systèmes de protections anti-missiles (Qassam, Katyushas) à l’étude», por Michel Debus, Israelvalley, 10 de julio de 2006.
[11] «Laser Gun to Stay at White Sands», BMDO External Affairs Digest, 7 de diciembre de 2000.
[12] «THEL Kills A Two-Rocket Salvo», por D.C. Isby, Jane’s Missiles and Rockets, vol. 4, n° 10, 2000.
[13] Jerusalem Post, 12 de octubre de 2005, Arieh O’Sullivan.
[14] «The US and Israel spent over $400 million on the Nautilus system before the US Army suspended financing», Israelvalley, 16 de julio de 2006.
[15] «Peretz choisit d’adopter le système de défense anti-missile courte portée de Rafael», Mickael Finfelstein, Israelvalley, 3 de febrero de 2007.
[16] «Les différents systèmes de protections anti-missiles (Qassam, Katyushas) à l’étude», por Michel Debus, Israelvalley, 10 de julio de 2006.
[17] «Who stop Qassam?», Haaretz, 11 de septiembre de 2006.
[18] «Senate Panel Okays $60 Million for Missile Partnership Programs with Israel», Defense Daily International, 1º de junio de 2007.
[19] «Ils pensent qu’il est légitime de tuer des civils», L’Arche, n° 590, junio de 2007, pp. 58-64.
[20] «Israel Gets U.S. Aid for Anti-Missile System», AFP, 8 de noviembre de 2007.
[21] Israelinfos.com, 23 de enero de 2008.
[22] «Le bouclier argent déclenché avec succès», Embajada de Israel en Francia, boletín, 27 de marzo 2009.
[23] «Gaby Ashkenazi: le Hezbollah possède des missiles pouvant atteindre Tel-Aviv», Haaretz, 11 de noviembre de 2009.
[24] «Israël au salon du Bourget», Israelvalley, 1º de junio de 2009.
[25] «Israël va acquérir un système américain d’interception de roquettes», France 24, 21 de abril de 2009.
[26] Armoured Shield PROtection.
[27] «L’armée US demande à Rafael d’adapter son système Trophy pour les hélicoptères», Israelvalley, 25 de febrero de 2007.
[28] BBC, 25 de septiembre de 2006.
[29] «Nouvel espoir accordé par le Sénat américain pour le système de protection israélien des tanks Trophy», Israelvalley, 7 de septiembre de 2006.
[30] Israelvalley, 1º de mayo de 2007.
[31] Boletín de la Embajada de Israel, 12 de junio de 2009.
[32] «Abandon du bouclier antimissile», por Laure Delcourt, Iris, 22 de septiembre de 2009.
A falta de lograr detener los misiles balísticos rusos, esta milagrosa defensa debía protegerlos de los rudimentarios cohetes de la resistencia en el Medio Oriente.
En definitiva, la «Cúpula de acero» que supuestamente debía proteger a Israel del pueblo al que expulsó de sus tierras no se concretará nunca. Lo que no pasó de ser eslogan publicitario de vendedores de armas y promesa de los politiqueros no dio más resultado que un equipamiento inadecuado, ya relegado al almacén de trastos.
Este artículo es la continuación de:
1. «El escudo de la invencibilidad»
2. «Del combate contra el “Imperio del Mal” a la lucha contra el “Eje del Mal”».
- Tactical High Energy Laser (THEL).
El principio del láser contra los cohetes
Surgido en los años 1960, el programa Nautilus es el predecesor del programa del láser espacial [1] de la IDS. Durante los años 1980, la Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) colabora con la Directed Energy Office con vistas a concretar el programa TRIAD, un láser capaz de destruir misiles en tierra así como durante la fase de ascenso o a la mitad de la trayectoria prevista.En febrero de 1983 el Estado Mayor interarmas logra convencer al presidente Reagan de que el láser permitirá llenar un vacío hasta que la balística estadounidense logre superar la de los soviéticos. Los opositores, encabezados por Edward Kennedy, se burlan de esa tecnología comparándola a la de trilogía hollywodense La Guerra de las Galaxias, expresión que acabará reemplazando la denominación IDS en el lenguaje popular.
Hoy en día, la apelación genérica Nautilus sirve para designar el nuevo antimisil THEL, que comienza en 1995, cuando el Hezbollah lanza sus primeros cohetes desde el Líbano. Siria e Irán proporcionan cohetes a la «Resistencia», manteniéndose así al margen del enfrentamiento directo.
La firma estadounidense TWR comienza los primeros trabajos. Empresas israelíes, como Elbit, Electro-Optics Industries, IAI, MBT Systems & Space Technology, Tadiran y Raphael se unen a ellos. Posteriormente Northrop Grumman Space Technology compra TWR [2]. Se concibe un THEL versión ABL (Air Borne Laser) que se fabrica con el objetivo de destruir los Scud durante la fase de lanzamiento. Rockwell y Boeing lo desarrollan, prometiendo su entrada en servicio para el año 2006.
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Film publicitario de la propaganda militar alabando las capacidades del Tactical High Energy Laser (THEL).
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Desde el principio se trata de encontrar una alternativa que permita llenar las lagunas que representan los fallos de los Pac y los Arrow. Mientras que estos últimos tienen como misión la destrucción de los misiles de teatro, el THEL se dedica exclusivamente a las Katiuska, los Qassam e incluso a los obuses de mortero, contra los que no existía hasta entonces ningún tipo de defensa. La media de vuelo de los Qassam es muy corta.
El antimisil destinado a neutralizarlo tiene por lo tanto que actuar muy rápidamente. El THEL esta concebido para actuar 15 segundos antes del impacto. 15 segundos es el tiempo que el proceso israelí de alerta da a los civiles para meterse en los refugios ya que el sistema de «alerta roja» (Tzeva Adom) se activa en ese momento. El láser [3] ofrece la ventaja de actuar más rápidamente (a la velocidad de la luz) y sin agregar más fragmentos a los del misil destruido.
Resultaría tedioso describir científicamente aquí las complejidades de esa arma, pero se puede precisar que se trata de un láser de fluorido de deuterio que transita a través de 44 cámaras de combustión en las que se hacen reaccionar trifluorido, nitrógeno y etileno y que desintegra el objetivo mediante el fuerte calor que produce [4]. El láser proviene de una bombilla que dispara fotones a presión hacia 9 discos de cristal de neodimio. Para reforzar el poder destructivo del haz durante varias decenas de microsegundos como mínimo, las energías que se emiten representan sólo cerca de una décima parte de lo que ese mismo cristal es capaz de producir al funcionar normalmente.
El problema reside en que la potencia debe alcanzar los 100 kilowatts. La manipulación del THEL depende de un comandante y un artillero, que no tienen teóricamente otra función que la de verificar el funcionamiento de la computadora. Según el equipo del doctor Josef Shwartz, responsable de los primeros estudios: «Aquí estamos hablando de intercepción a la velocidad de la luz. Eso exige un C3I (orden, control, comunicación e inteligencia), lo cual deja sólo muy poco tiempo para las decisiones humanas en cada etapa.»
El láser no puede recargarse rápidamente en caso de error de tiro o ante una lluvia de cohetes, aunque puede enfrentar los disparos en forma de racimo haciendo entre 20 y 60 disparos antes de la recarga. La autonomía depende de la cantidad de disparos y de la duración de cada haz. Pero esos datos son de carácter teórico y los diferentes informes difieren en cuanto a las posibilidades del arma.
El THEL tiene que mantener determinada temperatura para que no se estropee la totalidad del sistema. Pero el fluorido evita tener que recurrir a un voluminoso sistema de enfriamiento. La otra ventaja del láser, en comparación con el vehículo “asesino” [de los misiles antimisiles], es su invulnerabilidad ante las condiciones meteorológicas, que no tienen prácticamente ninguna incidencia en la trayectoria y la potencia del haz.
En abril de 1996, Bill Clinton y William Perry autorizan el ensayo de un prototipo. Israel promete salir del sur del Líbano, después de la controvertida operación «Uvas de la ira», si los escudos permiten prescindir de su ocupación. Así que es mucho lo que está en juego. Estados Unidos e Israel firman un protocolo el 18 de julio.
Se prevén 21 meses para la construcción del sistema y entre 12 y 18 meses para los ensayos, organizados en la High Energy Laser Systems Test Facility, en White Sand (Nuevo México). Nuevamente, Estados Unidos invierte masivamente en ese proyecto, cuyo principal beneficiario será en primer lugar Israel, por ser el más amenazado por los proyectiles de corto alcance.
Se estima que las investigaciones costarán 250 millones de dólares hasta el año 2002. Incluyendo el ABL ([láser] instalado en la nariz de 7 aviones Boeing 747, puesto a prueba en 2009) y la posibilidad de un sistema instalado a bordo de un satélite (que no tiene carácter prioritario), [5] el total del estimado se elevaría, en materia de investigación-desarrollo y fabricación, a 6 100 millones de dólares. En agosto de 1996, se ensaya con éxito el principio del ABL. También se entrega una primera asignación de 100 millones de dólares en 1997: Estados Unidos pone un 70% mientras que Israel asume el 30% [6].
En mayo de 1999, la GAO [General Accounting Office, institución estadounidense vinculada al Congreso y que funge como contraloría. NdT.] ya señala los problemas de fugas de fluidos químicos, la poca potencia del láser y su incapacidad para la destrucción de grandes cohetes de largo alcance (Zelzal). Se rediseña entonces el programa, lo cual representa un costo suplementario de 30 a 50 millones de dólares. La GAO revisa la factura de la nueva versión [fijándola] en 106,8 millones de dólares para Estados Unidos y 24,7 millones para Israel [7].
Según un vocero del SMDC, las primeras investigaciones ya han costado 260 millones de dólares [8]. Ante los reclamos del Congreso, Washington amenaza con no asumir el gasto suplementario. Los universitarios estadounidenses Melman y Cooks recuerdan en ese sentido que la mitad de los contratos militares de interés para Israel «se atribuyen sin proceso de licitación» [9]. Se observa que el estimado es de todas formas menos alto que en el caso de los Arrow, tanto para la fabricación como para el funcionamiento, ya que el costo de un sistema antimisiles clásico es de 180 millones de dólares (como promedio por cada batería) y el de la intercepción se eleva a 1 millón de dólares, o sea mucho más que en el caso del Nautilus (2 500 por cada Qassam) [10].
Se llega entonces a un acuerdo. Washington y Tel Aviv pagarán respectivamente una cuarta parte del costo extra y Northrop asumirá la otra mitad. El proyecto es renombrado Skyguard. Pero Israel se retira en 2001 para desarrollar su propio sistema. Las partes implicadas no renuncian sin embargo a la idea de obtener la participación de Jordania (1999), Grecia, Kuwait, Arabia Saudita, Corea del Sur (1998), Singapur, Japón (1999), el Reino Unido, Holanda (1999), la India y Turquía (1999), argumentando que esta cobertura también puede protegerlos a ellos.
Es interesante observar que algunos de los países anteriormente mencionados habían optado también por el Arrow y el Patriot, lo cual equivale a reconocer la ineficacia de esos sistemas. Por otro lado, Washington teme que Tel Aviv aproveche la oportunidad para robarle estos mercados. Son pocos los países que responden positivamente.
El espectro del síndrome Patriot
El teniente general John Costello, comandante del Space and Missile Defense Command, abriga serias inquietudes en cuanto a lo difícil que puede resultar defender de los ataques enemigos un THEL que no se mueve [11]. En otras palabras, ¡hay que proteger el sistema de protección antimisiles! En junio del año 2000 el sistema es puesto a prueba con éxito contra el tiro de Katiuska en el centro de White Sand.El teniente general John Costello, del Commanding General U.S. Army Space & Missile Defense Command (Alabama) y Tim Hannemann, vicepresidente de TRW, explican que esta protección puede ser útil para todo el mundo, mientras que el mayor general Isaac Ben-Israel, director del MAFAT (ministerio de Defensa) agrega: «Este tiro es un excitante y muy importante acontecimiento para el pueblo de Israel. El THEL ha vencido una etapa crucial para ayudar a proteger las comunidades a lo largo de la frontera norte contra todo tipo de ataques devastadores con cohetes que hemos venido sufriendo recientemente» [12].
Así que se procede a la firma de un protocolo para el desarrollo de una versión móvil (MTHEL). La versión móvil del THEL no resulta precisamente discreta ya que, además del camión que transporta el arma, se necesitan 3 vehículos más que se encargarán de alimentarlo, esencialmente en energía. Para rentabilizar su inversión, el Pentágono prevé dotar sus bases y aeropuertos de este tipo de protección, sobre todo en el Medio Oriente. Para Israel, la prioridad la tienen aeropuertos, concentraciones de colonias, bases, centrales nucleares y laboratorios secretos. El tiempo apremia ya que la segunda Intifada se caracteriza precisamente por el uso masivo de cohetes.
Después del 11 de septiembre, Estados Unidos quiere que el láser sea capaz de destruir tanto misiles como aviones secuestrados. Entre 2001 y 2009, en momentos de la agresión [israelí] contra Gaza, y en 2006, durante la segunda guerra contra el Líbano, se despliegan THEL a lo largo de la frontera, para tratar de destruir los Qassam… sin éxito, por no tratarse ya de disparos programados como en los entrenamientos [13].
En julio de 2006, Northrop Grumman trata de renegociar el THEL con el Estado hebreo reuniéndose con Amir Peretz, con el director general Jacob Toren y con el responsable del proyecto Homa, Arie Herzog. La conclusión del encuentro es inapelable: «Durante 10 años hemos venido invirtiendo en este proyecto a un costo muy elevado y sin resultados. ¿Qué va a pasar ahora que las fuerzas [armadas] estadounidenses han perdido todo interés en él?» [14].
Lo principal es que una primera auditoria exige 300 millones de dólares más, elevando así la factura final a 700 millones de dólares… sin contar el costo del mantenimiento del sistema. Por esa suma, Peretz exige de Rafael un sistema polivalente capaz de destruir todo tipo de proyectiles: «En estos últimos años, el programa común con Estados Unidos se había detenido. Esta decisión estuvo motivada entonces por importantes consideraciones… Pero por otro lado, Israel no podía darse el lujo de reflexionar en términos de estadísticas de daños causados por cohetes, porque tenemos que ver esa amenaza como una amenaza para la existencia misma de Israel.» [15]
Después de haber invertido entre 250 y 320 millones de euros en 10 años (en el caso de Washington) y 150 millones de euros (en el caso de Israel), los dos países congelan el proyecto, cuya culminación exige finalmente 230 millones de euros más, después de la rebaja aceptada por Rafael [16].
Al ser interrogado sobre el proyecto, en septiembre de 2006, por el diario Haaretz, que le reprocha su oposición al sistema presentado como el arma absoluta, el jefe de Estado Mayor Moshe Yaalon declara: «Yo no he sido el único que ha detenido el proyecto Nautilus. Pero tengo dudas sobre él. Ya había resultado extremadamente oneroso y sus resultados han sido limitados. Sólo puede proteger alguna ciudad por aquí o por allá. Si Israel invierte una fortuna en tejer un traje de protección para cada ciudadano y convertirlos a todos en búnkeres, esto no será económicamente sostenible.» [17]
Acusando a la sociedad de estar militarizándose, con todo lo que eso implica, el general confiesa en definitiva que… ¡realmente no hay solución contra los cohetes!
El 1º de junio de 2007, la Comisión de las fuerzas armadas del Senado estadounidense propone, para el futuro, 60 millones de dólares distribuidos en 25 millones para el Arrow, sólo 10 millones para el THEL y 25 millones para otro antimisil de corto alcance [18].
Pero los THEL son desconectados en septiembre. ¡Peor todavía! Es Tsahal quien tiene que cumplir la misión de ese costoso juguete tecnológico, como ocurrió durante el verano del año 2006 en el Líbano, lanzando contra la franja de Gaza una ofensiva terrestre de gran envergadura, con un costoso saldo en bajas humanas, ¡precisamente lo que se quería evitar con el THEL! La precisión del THEL resulta, en definitiva, ser un inconveniente ya que no se adapta a la trayectoria aleatoria de los Scud y sus derivados.
En otras palabras, mientras más artesanal es el misil, ¡más inoperante resulta ser la alta tecnología israelí-estadounidense! Lo cual da lugar al siguiente análisis del general de reserva (shirout milouim) Yossi Kuperwasser, experto israelí en inteligencia:
«La lucha contra el terrorismo cuesta caro. Por supuesto, hay que equipar nuestros vehículos con sistemas para enfrentar [ataques con] misiles. Si queremos estar listos para la pelea, hay que pagar el precio. Este sistema (Skyguard) es, en efecto, extraordinariamente caro, y se dice que está fuera de nuestras posibilidades financieras. Eso es cierto en este momento, pero es posible que la decisión sea diferente mañana.
Habíamos comenzado, efectivamente, a desarrollar esta tecnología y no nos equipamos con ella a causa de su precio. Si analizamos la guerra del pasado verano, ¿tuvimos razón o fue un error? Algunos dicen que la muerte de 50 civiles en una guerra de 34 días es un precio que Israel puede pagar. Otros dicen que es un precio demasiado elevado y que, en el futuro, el costo en vidas humanas será muy superior si no nos dotamos ahora de esos sistemas a un precio astronómico. Es un debate muy difícil.» [19]
Pero Estados Unidos logra imponer el SkyGuard, cuyo margen de éxito «es cercano al 100%», según se anuncia. El Skyguard tendrá que sumarse al sistema general israelí Iron Dome. Tel Aviv no se atreve a comprometerse demasiado con la defensa de sus prototipos nacionales ya que la decisión está vinculada a un proyecto de asignación de una cifra record de 30 000 millones de dólares en materia de asistencia militar, con una parte destinada a los antimisiles, prevista para un periodo de 10 años.
Ello no impide al gabinete israelí de seguridad asignar, el 23 de diciembre, 811 millones de nuevos shekels al estudio… de un nuevo sistema.
Identificado como Iron Dome, este nuevo sistema deberá estar listo para el 2010 y ser capaz de destruir los cohetes de corto alcance. Nuevamente se pone esta tarea en manos de Rafael. El 22 de enero de 2008, esa firma presenta su nuevo prototipo, bautizado con el nombre de Stunner.
El Congreso estadounidense ya había financiado las primeras investigaciones, en 2007, a un costo de 155 millones de dólares [20].
Concebido para interceptar los Qassam y las Katiuska, el Stunner no reemplaza los sistemas anteriores sino que los completa y debe alcanzar su estado operacional en 2010. Formará parte del dispositivo «Varita mágica» que debe garantizar la protección del espacio aéreo de Israel [21]. El Stunner se inserta en una defensa más amplia llamada Magic Wand, de la que también forman parte otros tipos de antimisiles y que debe interceptar los Zelzal y los Fajr del Hamas y del Hezbollah. Estos escudos conformarán por lo tanto a fin de cuentas una profunda defensa balística con varias redes de protección, como las diferentes capas de kevlar que conforman un chaleco antibalas.
A finales de marzo de 2009, el Iron Dome pasa con éxito una serie de ensayos contra cohetes «del mismo tipo que los utilizados recientemente contra Israel» [22]. Ante la Comisión de Relaciones y de Defensa de la Knesset [el parlamento israelí], el jefe del Estado Mayor señala, el 11 de noviembre de 2009, que el primer batallón de ese sistema será operacional dentro de un año (6 meses de retraso) [23]. El carácter de esta decisión es en realidad más político que militar ya que dos tercios de la población del gran Sderot, cerca de Gaza, han anunciado que huirán si se producen nuevos ataques balísticos. El sistema reintegra en realidad el radar MTHEL (Elta) que acompaña los misiles interceptores tipo Tamir [24]. Lo más importante es que este radar calcula el punto de intercepción de manera tal que los fragmentos no caigan sobre las zonas habitadas, por lo menos en teoría.
Pero un mes después, Ehud Barak presenta discretamente a Estados Unidos un pedido de Vulcan-Phalanx, un radar acompañado de un cañón Gatling de 20 milímetros capaz de disparar 4 000 obuses por minuto a 1 500 metros, sistema utilizado por las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán [25].
Cuando el sistema esté listo, ese cañón posiblemente sea reemplazado por un interceptor láser, de más largo alcance, lo cual quiere decir que este último sigue sin estar listo. El arma resulta menos cara, más simple y más confiable. Algunos expertos estiman que el Phalanx ya está siendo utilizado en el terreno, contra los cohetes.
Trophy contra Quick Kill: Las bambalinas de una rivalidad entre Estados Unidos e Israel
El Thel se presenta en otras versiones [COIL, ASPRO [26] y Trophy], capaces de destruir misiles y obuses, para garantizar la protección de un vehículo o de una aeronave. Estos láseres están diseñados para detectar las amenazas, darles seguimiento, clasificarlas, estimar el punto idóneo de intercepción y finalmente neutralizarlas a distancia gracias varios tipos de señuelos y ametralladoras desplegados alrededor del vehículo. La idea había sido concebida en IMI después de la guerra del Kipur.Durante los años 1990, la investigación y desarrollo hacen posible la concretización de esa arma. El láser, con una potencia de 700 watt, no sirve para la destrucción propiamente dicha sino que está acoplado a una ametralladora de 30 o 50 milímetros. Esta arma neutraliza la munición enemiga únicamente si esta última está a punto de alcanzar el vehículo [27]. Varios países han desarrollado cada uno su propio sistema (dispositivo de detección de un misil combinado con un lanzador de señuelos) destinado a la protección de sus vehículos blindados, como el tanque francés Leclerc o el tanque israelí Merkava IV.
En 2003, la US Army’s Program Executive Office for Air, Space and Missile Defense (PEO-ASMD) y la firma Rafael colaboran en la concepción del Trophy Active Protection System (APS). La cantidad de vehículos destruidos por ataques con lanzacohetes en Afganistán e Irak plantea la necesidad de concebir urgentemente una protección adecuada.
El mercado comienza a escapar al control de los estadounidenses. Al igual que en el caso de los contratos perdidos anteriormente por las firmas estadounidenses en beneficio de Tel Aviv, los estadounidenses acusan de clientelismo a los grupos israelíes de presión activos en el Congreso. Al cabo de una serie de ensayos, Raytheon logra imponer su propia versión, bautizada como Quick Kill y presentada como confiable en un 98%, en detrimento del Trophy [28]. Meses más tarde, el Senado ordena una reevaluación del sistema israelí ante Donald Rumsfeld.
En abril de 2006, Globes revela la existencia de vínculos entre el ejército y el personal de Raytheon infiltrado en el equipo que rechazó el Trophy. Raytheon se defiende y acusa al lobby israelí de desinformación [29].
El Quick Kill, que no debía alcanzar su fase operacional hasta el año 2012, es finalmente rechazado en una decisión que favorece el Trophy al cabo de 15 ensayos realizados en Virginia por el Institute for Defense Analyses (IDA), institución designada al efecto por la secretaría estadounidense de Defensa.
En febrero de 2007, Rafael recibe un mandato del ejército de los Estados Unidos para adaptar en Irak sus sistemas Trophy-2 y 3, 100 de los cuales ya forman parte de la protección de los tanques [israelíes] Merkava. Pero en mayo de 2007, Rafael se deshace –por alguna razón desconocida– de su departamento IT systems, que trabaja en el desarrollo de ese sistema [30]. Otra empresa, Elbit, aprovecha entonces la ocasión para proponer su propio sistema para el año 2008. Según Tsahal, la instalación del sistema a bordo de cada blindado representa una inversión de 500 000 dólares por cada uno. El problema es que Israel dispone de 10 000 blindados.
Hoy en día el proyecto está congelado, a falta de una decisión al respecto. Al igual que en el caso de los antimisiles de teatro, en ausencia de solución se procede al fortalecimiento numérico de los sistemas de reemplazo, como el Meil Rouah (término hebreo que designa una prenda de ropa destinada a proteger de la lluvia a la persona que la usa) que teje una red de acero destinada a interceptar los misiles enemigos. Este sistema cuesta de 150 000 a 200 000 dólares por cada unidad y se afirma que su eficacia es de un 90%. Pero tiene el inconveniente de que la explosión puede herir a los soldados de infantería que acompañan a los blindados [31].
Conclusión
La historia de los sistemas de defensa antimisiles en Estados Unidos e Israel, concebidos como respuesta política, militar, cultural y moral ante una amenaza real, ha generado despilfarro y malversación, tanto en el plano financiero como en el tecnológico, en momentos en que el Estado hebreo, al no lograr protegerse de simples cohetes artesanales o muy poco desarrollados, recurre a represalias inadecuadas, mal vistas y en definitiva ineficaces. Más o menos congelados hasta nuevo aviso, por problemas técnicos y también económicos, estos sistemas siguen teniendo defensores entre los cabilderos de la industria armamentista. El perfeccionamiento de dichos sistemas se menciona constantemente a la hora de analizar el proceso de paz, ya que evitarían que Tsahal tuviese que acudir a las represalias.En este momento, los sistemas de armas Pac y los Thel han llevado a una inflación de protecciones paralelas, multiplicando las capas de intercepción, con un resultado que, según la opinión que los propios expertos israelíes expresan off the record, sólo sirve para tranquilizar a una población traumatizada por las lluvias de cohetes y por la perspectiva, finalmente poco creíble, de futuros ataques balísticos iraníes. Los “escudos antimisiles” tampoco parecen contrarrestar los ímpetus del Hamas y del Hezbollah.
La continuación de esa iniciativa reactivaría la carrera armamentista, aunque en materia de armamento ni siquiera es necesario ese pretexto. Para los Estados que no tienen posibilidades de concursar en esa carrera, la única solución es aceptar la hegemonía de los grandes. Para otros, el “escudo” obliga a los adversarios a disponer de grandes cantidades de ADM [Armas de Destrucción Masiva] para poder saturar la defensa.
La seguridad absoluta está condenada al fracaso permanente ya que el propio concepto, por definición, ni siquiera existe en la vida real. Aun cuando ningún «Estado renegado», aparte de Irak en 1991, ha utilizado nunca ningún tipo de misil contra Israel, ambos países [Estados Unidos e Israel] siguen empeñados, esencialmente empujados por las presiones de especuladores políticos y militares, en llenar ese barril sin fondo a fuerza de lanzar en él inútilmente astronómicas sumas de dinero. Y probablemente exigirán a los contribuyentes estadounidenses e israelíes nuevos fondos a cambio de no emprender una intervención contra Irán. Los litigios y problemas que plantea la colaboración entre las diferentes ramas de las fuerzas armadas estadounidenses e israelíes y las empresas implicadas complican más aun este vano empeño.
En el verano del año 2008, Polonia acepta el despliegue de una decena de Pac y la República Checa acepta la instalación de un radar. El 5 de abril de 2009, Barack Obama mantiene el principio del escudo. Aunque lo matiza poniendo en tela de juicio parte de la doctrina de Bush al declarar: «Mientras exista la amenaza de Irán, tenemos la intención de seguir adelante con un sistema de defensa antimisiles con gastos controlados y cuyo interés debe estar demostrado» [AFP, 5 abril 2009.].
Ese es precisamente el problema. El programa sigue adelante, pero el 16 de septiembre Obama renuncia a la instalación de los antimisiles en Polonia y en la República Checa a favor del despliegue de un sistema naval. Al contrario de lo que afirma Laure Delcour [32], la razón de esa decisión no está en las protestas de Rusia. Las negociaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre Irán, el fracaso técnico, el costo financiero y las nuevas relaciones con Israel son sus verdaderas causas.
Sin embargo, el 5 de febrero de 2010, durante la cumbre que reúne en Estambul a los 28 ministros de Defensa de la OTAN, se confirma el escudo antimisiles con la futura instalación de sistemas en Bulgaria y Rumania.
Es importante sumar también a los asociados y clientes japoneses, turcos, británicos, australianos, daneses, indios, italianos y checos. Israel se encontraba entre los participantes en aquella reunión, pero sus propios sistemas de teatro no lograron convencer a nadie.
Nicolas Ténèze Doctorado en Historia por el Instituto de Estudios Políticos de Toulouse en abril de 2009. Su tesis, financiada en parte por el Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional (IHEDN) trata de la disuasión, convencional y no convencional, israelí. Los artículos de esta autora o autor Enviar un mensaje |
[1] Spatial Based Laser - SBL.
[2] «Nautilus: Un parapluie hyper-tech contre les dangers rustiques», Israelvalley, 29 de marzo de 2006.
[3] Designado como MIRACL: Mid-Infrared Advanced Chemical Laser.
[4] Comentario traducido y completado a partir del sitio Israeli.weapons.com, 2006.
[5] Michel Bailly, op.cit. p. 40.
[6] Anthony Cordesman, 15 de abril de 2003, op.cit., p. 49.
[7] «Israel Missile Update – 2000», The Risk Report, Volúmen 6, n°6, noviembre de 2000.
[8] CNES Washington D.C, Embajada de Francia en Estados Unidos. Misión Científica y Tecnológica.
[9] Hervé Couteau-Bégarie, Traité de Stratégie, op.cit., p. 467.
[10] «Les différents systèmes de protections anti-missiles (Qassam, Katyushas) à l’étude», por Michel Debus, Israelvalley, 10 de julio de 2006.
[11] «Laser Gun to Stay at White Sands», BMDO External Affairs Digest, 7 de diciembre de 2000.
[12] «THEL Kills A Two-Rocket Salvo», por D.C. Isby, Jane’s Missiles and Rockets, vol. 4, n° 10, 2000.
[13] Jerusalem Post, 12 de octubre de 2005, Arieh O’Sullivan.
[14] «The US and Israel spent over $400 million on the Nautilus system before the US Army suspended financing», Israelvalley, 16 de julio de 2006.
[15] «Peretz choisit d’adopter le système de défense anti-missile courte portée de Rafael», Mickael Finfelstein, Israelvalley, 3 de febrero de 2007.
[16] «Les différents systèmes de protections anti-missiles (Qassam, Katyushas) à l’étude», por Michel Debus, Israelvalley, 10 de julio de 2006.
[17] «Who stop Qassam?», Haaretz, 11 de septiembre de 2006.
[18] «Senate Panel Okays $60 Million for Missile Partnership Programs with Israel», Defense Daily International, 1º de junio de 2007.
[19] «Ils pensent qu’il est légitime de tuer des civils», L’Arche, n° 590, junio de 2007, pp. 58-64.
[20] «Israel Gets U.S. Aid for Anti-Missile System», AFP, 8 de noviembre de 2007.
[21] Israelinfos.com, 23 de enero de 2008.
[22] «Le bouclier argent déclenché avec succès», Embajada de Israel en Francia, boletín, 27 de marzo 2009.
[23] «Gaby Ashkenazi: le Hezbollah possède des missiles pouvant atteindre Tel-Aviv», Haaretz, 11 de noviembre de 2009.
[24] «Israël au salon du Bourget», Israelvalley, 1º de junio de 2009.
[25] «Israël va acquérir un système américain d’interception de roquettes», France 24, 21 de abril de 2009.
[26] Armoured Shield PROtection.
[27] «L’armée US demande à Rafael d’adapter son système Trophy pour les hélicoptères», Israelvalley, 25 de febrero de 2007.
[28] BBC, 25 de septiembre de 2006.
[29] «Nouvel espoir accordé par le Sénat américain pour le système de protection israélien des tanks Trophy», Israelvalley, 7 de septiembre de 2006.
[30] Israelvalley, 1º de mayo de 2007.
[31] Boletín de la Embajada de Israel, 12 de junio de 2009.
[32] «Abandon du bouclier antimissile», por Laure Delcourt, Iris, 22 de septiembre de 2009.
- por Nicolas Ténèze*