El escándalo de los abusos sexuales
MARÍA R. SAHUQUILLO - Madrid
José Ángel Arregui, el religioso español encarcelado en Chile, almacenaba más de 400 horas de grabaciones de pornografía infantil y alrededor de 2.000 imágenes, según fuentes de la investigación. Ese material incluye los vídeos en que Arregui, detenido en agosto de 2009, filmaba mediante cámara oculta abusos a menores en colegios españoles y miles de imágenes descargadas de varias comunidades pedófilas en la Red.
Fue precisamente su entrada y salida de estos foros lo que llevó a su detención. El informe psiquiátrico realizado a Arregui como parte de la investigación en Chile, al que ha tenido acceso EL PAÍS, revela que el imputado reconoce que se descargó material pornográfico infantil homosexual, lésbico, fetichista y sadomasoquista. Lo hizo, dice, por "soledad y carencias afectivas".
La gran cantidad de imágenes y vídeos pornográficos hallado por los investigadores en poder del religioso español les ha llevado a definirle como un "coleccionista". Arregui, de 53 años, miembro de la congregación de los Clérigos de San Viator, dedicaba al menos una hora al día a revisar el material que tenía en su poder. Las fotografías y también los vídeos. Algunos, destaca Cristian González, subcomisario de la Agrupación de Pornografía Infantil de la Brigada del Cibercrimen chilena, "de una dureza extrema". Muchos de ellos muestran a niños de sólo tres y cuatro años, e incluso a "lactantes".
La policía chilena ha investigado las imágenes incautadas a Arregui para determinar dónde fueron filmadas. Fue así como lograron identificar que los vídeos que Arregui había elaborado se grabaron en España. El resto, las imágenes que el religioso se había descargado de la Red ha sido imposible ubicarlas, de momento. "La mayoría son grabaciones realizadas con tal cuidado que no se puede saber de dónde proceden", explica González. Algunas no son nuevas para ellos. Llevan años circulando por las comunidades pedófilas en Internet.
Arregi, en prisión provisional desde su detención, reconoce, según se desprende de su informe psiquiátrico, sus actividades. Explica que le gustan las mujeres y los hombres jóvenes.
También los niños con características y rostros más bien femeninos. El religioso, que dio clases en colegios españoles desde 1979 hasta 2007, contó a los médicos que le examinaron que grabó sus propios vídeos entre 1993 y 2003 aproximadamente. Aseguró que los menores que participaron en sus filmaciones se prestaron para eso. Relató que sentía cierta curiosidad por el comportamiento de los muchachos. En los vídeos elaborados por el religioso -todos grabados con cámara oculta- se aprecian tocamientos, masturbaciones, agresiones a los menores o penetración con objetos.
"Me producía cierto placer como desahogo sexual", llego a manifestar.
Los investigadores españoles del caso han identificado al menos a 15 de los menores que aparecen en los vídeos elaborados por Arregui. En el momento de los presuntos abusos tenían entre 12 y 14 años. Todos eran alumnos de los centros en los que el religioso daba clase. Las filmaciones, según han determinado los investigadores, fueron realizadas en el colegio San Viator de Madrid, el San José de Basauri y el San Viator de Vitoria.
La Comunidad de los Clérigos de San Viator, responsable de los tres centros, ha abierto un expediente informativo. "Si se llegara a verificar la comisión de algún hecho delictivo, conllevaría la solicitud de expulsión del religioso", explica en un comunicado difundido ayer. "Cualquier delito contra la libertad sexual supone una grave alteración del orden moral y un repugnante atentado contra la dignidad humana, y lo es aún más en los casos en los que afecta a menores", dice la nota. Los miembros de esta comunidad religiosa -una orden de origen francés con presencia en 15 países- aseguran que nadie conocía las actividades de Arregui, que se trasladó a Chile en enero de 2008 para dar clase en la Universidad Santo Tomás de Santiago.
Se declaran "consternados" ante las sospechas acerca de la comisión de "un delito y de una falta de moralidad tan grave que, en sí mismas, suponen ya una lesión a la reputación" de los centros y de quienes en ellos trabajan, "a la Congregación y a la propia Iglesia". Explican que jamás hubo quejas ni denuncias contra el profesor, que daba clase de Educación Física, Lengua o Religión.
Efectivamente, nunca hubo denuncias oficiales por parte de las familias o los menores. La investigación, según se desprende de la instrucción del caso, encontró en un grupo de antiguos alumnos en la red social Facebook algún comentario -ahora suprimido- en el que uno de ellos hablaba de la supuesta "fama" de pederasta de Arregui. Ayer mismo varios comentarios de antiguos estudiantes del religioso aseguraban que lo que hacía era vox pópuli.
La policía chilena tiene alguna sospecha sobre el grado de conocimiento que tenían los demás miembros de la comunidad viatoriana de Chile sobre las actividades de Arregui. El subcomisario Cristian González, que participó en la detención, relata sus impresiones: "Cuando le apresamos nos llamó la atención que no se sorprendiesen de lo que encontramos. Le dieron todo su apoyo en el momento. Incluso alguien de la comunidad nos llegó a comentar que el religioso estaba en tratamiento por este problema. Sospechamos que vinieron a esconderlo a Chile".