La importación desde mercados lejanos de productos esenciales para el sector educacional está entre las complejidades que impone el bloqueo económico norteamericano al sistema educacional del país.
Desde mayo del 2008 hasta abril del 2009 Cuba tuvo que traer desde lejanos mercados como el asiático productos para el sector educacional por valor de 40 millones de dólares, una de las erogaciones a las que obligó al país el bloqueo económico norteamericano.
Más de la mitad de esa cifra hubiera podido destinarse a compras adicionales, si el comercio con Estados Unidos fuera posible, precisó en conferencia de prensa Jorge G. Corona, asesor del Ministerio de Educación.
Más del ocho por ciento de la citada cifra debió emplearse en el pago de fletes por transportación y almacenamiento, denunció el funcionario en el Centro de Prensa Internacional.
Aunque Cuba ocupa un lugar relevante en materia de educación por encima de la media regional, todos los niveles de enseñanza han sufrido la política de asfixia de sucesivos gobiernos de los Estados Unidos.
En la medida en que se frena cada vez más el progreso económico y social de la Isla se reducen las posibilidades de una mayor asignación de recursos, imprescindibles para el sector educacional.
«Estas medidas sin justificación ética ni moral han ocasionado grandes daños a la educación cubana que no han sido mayores gracias a la voluntad política del Gobierno y a la participación activa de maestros y de la población en general», afirmó Corona.
La búsqueda de alternativas para garantizar los resultados satisfactorios que nuestro país muestra hoy, ha permitido que se adquieran en otros mercados los medios necesarios.
Las restricciones en la adquisición de juguetería didáctica para la enseñanza prescolar así como los insumos y materias primas para producirla en nuestro país; las limitaciones para reponer, ampliar y modernizar los laboratorios de Física, Química y Biología así como para adquirir mobiliario escolar, medios de aseo, vestuario apropiado y otros medios de base material de vida y estudio, son algunas de las carencias diarias a las que se enfrenta este sector, explicó Rosa Álvarez, directora nacional de Planeamiento y Estadísticas del MINED.
Puntualizó que el déficit de medios disponibles en las universidades pedagógicas para la enseñanza de lenguas extranjeras; el difícil acceso del personal docente a bibliografía actualizada y los impedimentos para acceder a instrumentos imprescindibles para la enseñanza especial, inciden negativamente en el proceso educativo.
En el ámbito científico, la negativa ante el intercambio de experiencias con profesionales norteamericanos se ha recrudecido, así como las limitantes para el acceso de nuestro país a Internet, herramienta imprescindible para las universidades.
Lo más admirable es que pese a tantas restricciones Cuba muestra un sistema educacional paradigmático para el mundo y sus métodos educativos y de solidaridad han sido esenciales para la formación de profesionales para el tercer mundo y combatir flagelos como el analfabetismo.