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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

La CIA casi mata a Castro con un batido de chocolate

La CIA casi mata a Castro con un batido de chocolate

Olvídese del habano envenenado, del traje de buzo impregnado con bacterias o del molusco bomba.

Según un ex jefe del espionaje cubano, la ocasión en que la Agencia Central de Inteligencia estuvo más cerca de matar a Fidel Castro fue con un batido de chocolate... envenenado. Ocurrió una noche de marzo de 1963, cuando Castro pidió un batido en la cafetería del Hotel Habana Libre.

La pequeña cápsula de botulina enviada por la CIA que un camarero había escondido en un refrigerador se congeló y el veneno se derramó accidentalmente al manipularla.

"Fue el momento más cercano que la CIA estuvo para asesinar a Fidel. Para mí ese es el complot más importante", dijo el general retirado Fabián Escalante, ex jefe del Departamento de Seguridad del Estado, durante una entrevista con Reuters esta semana.

El ex espía cree que aquella cápsula de veneno fue fabricada por la CIA como parte de un plan tramado en 1960 con la mafia de Chicago que fue expuesto la semana pasada, cuando la agencia desclasificó más de 700 páginas de antiguos documentos.

"No hay nada nuevo. El caso de las pastillas envenenadas nosotros lo conocimos en detalle en 1965", dijo.

En su opinión, la desclasificación de documentos de la CIA es simplemente un "acto de purificación" para lavar su imagen.

634 FORMAS DE MATAR A CASTRO

Escalante calcula que durante su casi medio siglo en el poder Castro ha sido blanco de al menos 634 planes de asesinato, la mayoría organizados o instigados por la CIA.

"Fidel Castro ha sido el líder político, social o religioso más perseguido de la humanidad (...) Hubo planes de todo tipo y color", dijo el ex agente de 66 años, autor del libro "La Guerra Secreta" sobre los atentados contra Castro.

Al menos 167 de los 634 planes llegaron a ponerse en marcha, dijo. Si fracasaron fue gracias a la inteligencia cubana o, como pasó con el batido de chocolate, simplemente por azar.

En 1963 la CIA le envió de regalo un traje de buzo impregnado con bacilo de tuberculosis, intentó plantar un caracol explosivo en un arrecife donde Castro hacía pesca submarina y hasta probó con un bolígrafo envenenado.


Hubo complots de emboscadas con morteros y aviones teledirigidos, además de planes para asesinarlo con granadas de fragmentación durante partidos de béisbol.

Otras veces trataron simplemente de ridiculizarlo. Durante una visita a Nueva York en 1960, la CIA planeó colocar sales de talio en sus zapatos con la esperanza de hacerle perder la barba o de que fumara un habano con LSD para que alucinara durante una entrevista en directo con la televisión estadounidense.

Para la inteligencia cubana, es imposible determinar cuántos atentados fueron planeados por la CIA u organizados con su consentimiento por mafiosos o grupos de exiliados cubanos.

El ex jefe del espionaje cubano dice que el último fue una carga de dinamita colocada en el 2000 por el ex agente cubano de la CIA, Luis Posada Carriles, en la Universidad de Panamá donde Castro tenía previsto hablar durante una Cumbre Iberoamericana.

"No puedo decirle que el jefe de la CIA en el año 2000 haya dado la orden de matar a Fidel. No lo creo. Ahora, que todo ese mecanismo haya estado involucrado, eso seguro", dijo.

Si Castro está vivo es, dicen, gracias a su sexto sentido.

"Fidel tiene un raro olfato, primero para conocer a las personas y segundo para presentir las emboscadas. De alguna manera, ha sido su mejor jefe de seguridad", aseguró Escalante.

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