Pablo Gonzalez

De Novia Secreta de Fernando Lugo a cabeza de Proyecto Político

Una de las tantas mujeres a la que el cura papá Fernando Lugo intentó denigrar, ahora busca una revancha política

Se ha dicho que en la vida siempre hay oportunidades de tomarse una revancha, inclusive en épocas de Navidad, y es lo que pretende por estas fechas Hortensia Morán.

Luego de enfrentar al máximo poder político del Paraguay, en su lucha por el derecho a la identidad de su hijo Juan Pablo, negado producto de una relación con el cura presidente Fernando Lugo, en varios años de una refriega desigual que evocó la parábola bíblica de David y Goliat, Hortensia finalmente logró insertarse en las internas del mayoritario Partido Colorado de Paraguay.
 
 El mismo que Lugo supuestamente derrotara a Lugo en abril del 2008, aunque grandes sectores del mismo se hayan plegado al proselitismo luguista y a su posterior gobierno.

Aunque nadie mejor preparado que ella para enfrentar los contratiempos y obstáculos implícitos en una incursión política, las derivaciones de su candidatura a Concejal por el Departamento Central como cabeza de lista, no se hicieron esperar. 
 
 La oficina desde donde impulsa su proyecto político, a la altura del kilómetro 18 de la Ruta 2, fue blanco de destrozos y robos en un evidente intento de amedrentamiento.

Durante los años en que el Paraguay soportó al escandaloso obispo jubilado en la presidencia, este tipo de incidentes fueron una constante en la vida de Hortensia.
 
 Directora de una guardería para niños carenciados que levantó con gran esfuerzo en una localidad suburbana de la capital paraguaya, fue blanco de permanente hostigamiento por parte de los partidarios del gobierno arzobispal. 
 
En varias oportunidades su establecimiento educativo sufrió cortes de luz, e incluso fue destruido un tendido de suministro eléctrico en más de una oportunidad.

La prensa sobornada por la pauta oficial, no escatimó recursos para realizar campañas de desprestigio contra Hortensia, con el evidente propósito de intentar sanear la imagen de Lugo a través de burdos operativos de prensa. 
 
 Entre ellos, una prueba de ADN de nula credibilidad, que el mismo Lugo mencionó sin que nadie se lo pregunte en una entrevista realizada por la CNN, poniendo en evidencia la farsa.

Una fraudulenta prueba de ADN que buscó limpiar la imagen de Lugo, fue realizada en vísperas de las elecciones municipales del año 2010. 
 
 El operativo terminó siendo un resonante fracaso, dado que Lugo acabó aquellos comicios derrotado en toda la línea.

En varias oportunidades el cura presidente se negó a acatar fallos judiciales relacionados con las pruebas de paternidad que le exigen varias mujeres, y logró congelar los juicios con interminables triquiñuelas judiciales. No tuvo la misma actitud cuando se ordenó desalojar a campesinos sin tierras de una propiedad usurpada por un recordado personero de la dictadura de Stroessner, en Curuguaty.

El resultado fue una masacre entre campesinos que se declaraban partidarios de Lugo , y las fuerzas públicas mandadas por Lugo. 
 
Como derivación de la indignación que ese hecho generó, Lugo perdió el poder luego de un impeachment el 22 de junio de este año que termina.
 
 Perder el poder solo fue el fracaso final para un gobierno que decepcionó y traicionó a todas sus banderas, para derrumbarse ante la indiferencia de la población.

Hoy Hortensia busca su merecida revancha política, y lo hace en el mismo terreno desde el cual el poder intentó aniquilarla. 
 
 En uno de los puntos de su proyecto, promete más guarderías para que muchas madres paraguayas puedan trabajar con tranquilidad mientras sus hijos crecen recibiendo la atención que se merecen. 
 
Hortensia no olvida la intrahistoria que la marcó, y promueve su candidatura evocando la lucha de las madres solteras del Paraguay, que solo en el departamento Central se estiman en cuatrocientos mil.
 
 La última palabra de esta historia no está dicha, pero la tendrá el electorado este fin de semana. 
 
El destino puso muchas trampas en el camino a Hortensia, pero ella supo siempre atravesar los pantanos por más lúgubres que lucieran. 
 
Y como dijera Chesterton, aunque hay un destino, también hay otra cosa que se llama albedrío. 
 
Lo que nos califica es, precisamente, el equilibrio de esa contradicción. 
 

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