Los verdaderos extremistas violentos son los oligarcas e imperialistas que dirigen el imperio centralizado de Estados Unidos desde ambos partidos dominantes.
Ni Antifa. Ni personas trans. Ni activistas antigenocidio. Ni manifestantes contra ICE.
Los extremistas que están infligiendo la verdadera violencia y abuso en nuestro mundo son los que cometen genocidio, inician guerras, apoyan bloqueos, imponen sanciones de hambre, arman conflictos por poderes, rodean el planeta con cientos de bases militares y flirtean con el armagedón nuclear.
Donald Trump es un extremista violento. Joe Biden es un extremista violento. Keir Starmer es un extremista violento. Benjamin Netanyahu es un extremista violento.
Los oligarcas que se integran a la asesina estructura de poder imperial, como Jeff Bezos, Elon Musk, Peter Thiel, Miriam Adelson y Larry Ellison, son extremistas violentos.
El Partido Demócrata es una organización extremista violenta. El Partido Republicano es una organización extremista violenta.
Los especuladores de guerra como Raytheon, Lockheed Martin y Northrop Grumman son organizaciones extremistas violentas.
Las empresas de gestión imperial que facilitan la violencia y el control imperial, como Palantir, Oracle y Starlink, son organizaciones extremistas violentas.
No existe ningún grupo terrorista, nacional o extranjero, que pueda compararse con el número de muertes y el sufrimiento humano infligido por el imperio occidental.
Creo que vale la pena recordar esto mientras el imperio aprovecha la histeria emocional en torno a la muerte de Charlie Kirk para sembrar el pánico moral sobre la violencia de la izquierda radical en Estados Unidos y justificar así el aumento de las medidas autoritarias para reprimir la disidencia política .
La verdadera violencia proviene de los poderosos manipuladores que quieren que consientas estas medidas. El llamado viene de dentro de la casa.
Estados Unidos y sus aliados han asesinado a millones de personas en sus guerras de agresión desde el 11-S y desplazado a decenas de millones .
Sus crueles sanciones han matado a decenas de millones desde 1970. Sus políticas de extracción imperialista obligan a las poblaciones del sur global a vivir en una pobreza y un trabajo interminables . Actualmente, están perpetrando un genocidio a la vista de todo el mundo.
Estos son los extremistas violentos. La única razón por la que pueden afirmar que un niño con keffiyeh o pasamontañas es un extremista violento, mientras que ellos mismos no lo son, es porque controlan la narrativa.
Los plutócratas que se benefician del statu quo imperial poseen y controlan las plataformas mediáticas y los sistemas de información que la gente usa para aprender sobre el mundo, y utilizan este control narrativo para presentar el statu quo imperial como normal y cualquier oposición a él como extremismo excéntrico.
Esa es la única razón por la que un occidental que apoya el genocidio, el belicismo, el militarismo y el imperialismo puede llamarse "centrista" o "moderado".
Vive en un imperio cuyos propagandistas normalizan activamente los abusos imperialistas, mientras presentan cualquier desviación de esta locura violenta como anormalidades de la periferia política radical.
Pero es mentira. El genocidio es extremismo violento.
El asesinato en masa es extremismo violento. La guerra de asedio es extremismo violento. La tiranía global es extremismo violento.
La paz es moderada y normal. La justicia es moderada y normal. La salud es moderada y normal. La igualdad es moderada y normal. La distribución equitativa de la riqueza y los recursos es moderada y normal.
La pesadilla genocida, ecocida y omnicida que vemos hoy en nuestro mundo es lo que parece cuando los extremistas violentos están al mando.
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