
En medio de la agresión, donde la gente muere a un ritmo incontable, había un hombre con bata blanca, moviéndose entre hospitales, no huyendo, sino buscando la esperanza enterrada bajo los escombros, buscando sanar los huesos rotos de las personas y las almas que se aferraban a la vida.
El Dr. Adnan Al-Barsh se mantuvo decidido a continuar su trabajo a pesar de todo.
Fue a trabajar al hospital indonesio, pero las fuerzas israelíes irrumpieron en el lugar y expulsaron por la fuerza al personal, forzando la evacuación del hospital.
No se detuvo. Luego se trasladó al Hospital Al-Awda en Beit Lahia y continuó su misión hasta que las fuerzas israelíes también irrumpieron en ese hospital, donde fue arrestado en diciembre de 2023.
Cuando los soldados rodearon el hospital, gritaron amenazas:
"¡Si no bajan, demoleremos el hospital con todos dentro!" Obedeció, no por sumisión, sino para proteger la vida de los pacientes.
El Dr. Adnan fue arrestado y sometido a severas torturas durante su detención, según organizaciones de presos.
Según el Dr. Khaled Hammouda, quien estuvo con él en la prisión de Sidi Taimon, fue brutalmente golpeado y no pudo ir al baño por sí solo.
En otro testimonio, cuando fue trasladado a la prisión de Ofer en abril de 2024, un preso afiliado a la organización israelí de derechos humanos "Hamoked" denunció que fue sometido a agresiones en todo el cuerpo, con la parte inferior del cuerpo expuesta. Los guardias de la prisión lo dejaron en el patio de la prisión sin poder mantenerse en pie, y solo otros presos lo ayudaron a entrar en su celda.
Un comunicado oficial del Club de Presos Palestinos, el 19 de abril de 2024, confirmó la muerte del Dr. Adnan Al-Barsh.
Un informe de Sky News Britain también confirmó que fue sometido a agresiones sexuales hasta su muerte.
La ocupación no se detuvo allí; Aún conserva su cuerpo, como si temieran incluso su muerte.
Pero Adnan no será borrado.
Salió del quirófano y se adentró en la memoria de su patria.
En Gaza, un médico no es solo un médico: es un mártir y testigo de que una persona puede estar destrozada… pero nunca derrotada.