**Condenamos la injerencia imperialista del embajador sionista Nadav Goren.
El pueblo hondureño no está en venta. No somos colonia, no somos patio trasero, y mucho menos vamos a permitir que un enviado del régimen sionista israelí, Nadav Goren, se atreva a meter sus manos sucias y manchadas con la sangre de los inocentes niños Gazatíes en los asuntos internos de nuestra patria.
Su participación en reuniones con la Confraternidad Evangélica en La Ceiba, promoviendo una marcha nacional convocada por iglesias, es una provocación descarada, un acto de injerencia imperialista que debe ser respondido con la firmeza revolucionaria que exige nuestra soberanía.
Honduras ha sufrido siglos de dominación: primero el yugo español, luego la explotación bananera gringa, y ahora pretenden someternos con nuevas formas de neocolonialismo.
Que un embajador extranjero, representante de un Estado criminal que masacra palestinos, venga a instigar movilizaciones en nuestro territorio es una afrenta que no pasará sin respuesta.
¿Con qué derecho este enviado del sionismo internacional se permite influir en sectores religiosos hondureños? ¿Qué intereses oscuros hay detrás de esta manipulación?
No tenemos dientes de leche, sabemos que detrás de este tipo de acciones hay una estrategia de dominación ideológica y política, donde el imperialismo utiliza a actores religiosos para dividir al pueblo y desviar su atención de las verdaderas luchas: contra el saqueo capitalista, contra la pobreza impuesta, contra la entrega de nuestros recursos.
Las iglesias, en su mayoría, representan la fe y la esperanza de gran parte de la población de Honduras. Pero cuando su voz es secuestrada por intereses extranjeros o de la oligarquía golpista, se convierten en cómplices de la opresión. No permitiremos que agentes como Goren conviertan los púlpitos en tribunas de injerencia política al servicio de potencias foráneas.
La lucha del pueblo hondureño debe ser dirigida por el pueblo, no por embajadores sionistas ni por iglesias alineadas con el poder imperial.
Ante esta flagrante violación de nuestra soberanía, asumimos que nuestro gobierno debe proceder a:
1. La expulsión inmediata de Nadav Goren por injerencia en asuntos internos.
2. Realizar una investigación profunda sobre los vínculos entre sectores religiosos y embajadas extranjeras.
3. La ruptura de relaciones diplomáticas con Israel mientras siga siendo un Estado genocida y violador de derechos humanos.
No somos un pueblo sumiso. Nuestra historia está llena de rebeliones contra los opresores, y hoy más que nunca, ¡levantamos la voz contra esta nueva forma de colonialismo!
El pueblo organizado no se deja manipular. La verdadera lucha es contra el capital, contra el imperialismo, contra los vendepatrias que abren las puertas a estos agentes extranjeros. Que quede claro: quien se ponga del lado del invasor, será tratado como traidor a la patria.
Mientras tanto, tres de las naciones occidentales más poderosas del mundo han sumado su peso económico y geopolítico a las peticiones de un Estado palestino, una idea ya avalada por más de 140 países.
Las iniciativas responden a muchos motivos, desde la frustración con Israel y la presión interna hasta la indignación por las imágenes de palestinos hambrientos. Sea cual sea la razón, los palestinos han recibido los anuncios como un impulso a su causa. El Gobierno israelí ha rechazado los llamados, calificándolos, con un cinismo a prueba de cualquier vergüenza, de equivalentes a recompensar el terrorismo.
Finalmente.
La IMPAGABLE deuda pública de EE.UU ascendió a $ 37,183 billones. Recordemos que, en Enero 19, 2023, EE.UU alcanzó el techo de su deuda pública, establecido en $ 31,4 billones de divisas tóxicas.
Por su parte, Trump recibió la Casa Blanca (Enero 20, 2025) con una deuda pública de $ 36,380 billones (122.87 % del PIB). El rendimiento de los bonos del tesoro a 10 años (Enero 20, 2025), se encontraban a 4.58 %. Hoy se encuentran a 4.22 %.
*Domingo, Agosto 3, 2025*
Ruy Díaz²
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