
***El 17 de julio de 1984, se devela el monumento al combatiente.
En 1984 se cumplían cinco años del derrocamiento del dictador Anastasio Somoza Debayle (1925-1980) y del triunfo de la Revolución Sandinista, para ese año, el entonces presidente de la República Daniel Ortega Saavedra, decidió celebrarlo homenajeando al trabajador combatiente con un monumento encargado al escultor granadino Frank Orozco.
El Día nacional del combatiente popular fue aprobado el 15 de julio de 1981 y publicado en La Gaceta, Diario Oficial N°. 195 el 29 de agosto del mismo año.
La estatua al combatiente popular o llamada también el Guerrillero anónimo, fue ubicada en la Avenida Bolívar, frente al Cine González y develizada el 17 de julio de 1984.
La monumental estructura de 9 metros de alto y repujada en hierro soldado, representa a un guerrillero de complexión hercúlea, que carga en la mano derecha una pica, y en la otra un fusil AK-47, mientras alza la vista hacia el infinito, destaca El Nuevo Diario en su artículo La mole herida.
Fue un trabajo magistral del escultor Frank Orozco que contó con la ayuda de Ellis Casanova, Santiago Aguilar y Javier Orozco, y le valió el Premio Nacional de Escultura en el Certamen Nacional de Artes Plásticas en 1985, años antes obtuvo otras distinciones como: Premio a la Escultura de La Prensa Literaria (1979) y el Premio de Escultura Lottiano per la pace (1983).
Juan Francisco Orozco Pernudi era originario de la ciudad de Granada, nació el 7 de febrero de 1950, estudió arte en la Escuela de Bellas Artes, y se especializó en México, España e Italia.
Se casó el 22 de mayo de 1980 con Nelly Molina Rodríguez, fue su padrino el pintor Roger Pérez de la Rocha.
Con ella procreó cuatro hijas: Arianna, Francesca, María Margarita y Johana Orozco Rodríguez.
Cada figura tiene un alma, expresó Frank en entrevista con Carlos Gallo en 2001, año en que visitó Nicaragua por última vez.
Falleció el 7 de octubre de 2013 a los 63 años en Milán, Italia.
En los 90 el monumento fue vandalizado cuando intentaron derribarlo con una bomba puesta en una de sus piernas, lo que fue imposible, pues solo sufrió un leve daño que adornó más la escultura.