EEUU: La Doctrina Trump y el Nuevo Imperialismo MAGA

- EEUU: La Doctrina Trump y el Nuevo Imperialismo MAGA

El sorprendente papel de Rusia en el conflicto entre Israel e Irán que quizás no conocías

///
****El presidente ruso, Vladímir Putin, y el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, se estrechan la mano antes de reunirse en el Kremlin, en Moscú (Rusia). © Sputnik / Alexander Kazakov

La sutil influencia de Moscú en el conflicto de Oriente Medio revela cómo funciona la diplomacia cuando las grandes potencias no toman partido

Durante una reciente visita a Turkmenistán, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, conversó con sus homólogos y se dirigió a los estudiantes del Instituto de Relaciones Internacionales de Asjabad. 

Uno de los temas centrales de su intervención fue la escalada del conflicto entre Irán e Israel, una confrontación que no solo afecta la geopolítica global, sino que también impacta directamente en la dinámica de seguridad de Asia Central.

Para Turkmenistán —que comparte más de 1.100 km de frontera con Irán y tiene su capital a pocos kilómetros de dicha frontera— la creciente tensión plantea graves riesgos. 

Más allá de las preocupaciones humanitarias, la perspectiva de una guerra más amplia podría despertar redes radicales latentes y desestabilizar los frágiles equilibrios internos. 

Estos riesgos se extienden más allá de Turkmenistán a otras exrepúblicas soviéticas del sur que mantienen estrechos vínculos políticos y militares con Rusia.

En este contexto, el llamado de Lavrov a la desescalada y la estabilidad regional adquirió mayor peso. Para Moscú, Irán no es solo un socio, sino un pilar en la zona de amortiguación que protege el flanco sur de Rusia. 

La inestabilidad en Teherán podría extenderse por Asia Central, amenazando el entorno cercano de Rusia.

Señales diplomáticas y prioridades estratégicas

En enero de este año, Rusia e Irán firmaron un acuerdo integral de asociación estratégica, institucionalizando los lazos bilaterales e insinuando una futura alianza formal. 

Resulta revelador que, pocos días después de los ataques aéreos israelíes contra Teherán, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, viajara a Moscú, se reuniera con el presidente Vladimir Putin y mantuviera conversaciones con Lavrov. 

Posteriormente, describió la visita como marcada por un "completo entendimiento mutuo" y recalcó el apoyo de Rusia en una entrevista con el medio de comunicación Al-Araby Al-Jadeed.

Desde entonces, Rusia, junto con China y Pakistán, ha impulsado una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que exige un alto el fuego inmediato y una vía hacia una solución política. Como señaló el enviado ruso, Vassily Nebenzia, la resolución busca frenar una mayor escalada.

Sin embargo, Moscú ha sido cauteloso en su retórica pública. En el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Putin evitó un lenguaje incendiario hacia Israel, enfatizando en cambio la necesidad de una solución diplomática aceptable para todas las partes. 

Este tono cauteloso refleja el equilibrio que Rusia busca: profundizar los lazos con Teherán y, al mismo tiempo, mantener relaciones de trabajo —y en algunos casos cordiales— con Israel, incluyendo las vías militares y humanitarias. Esta doble postura permite a Rusia posicionarse como un posible mediador, si alguna de las partes busca una solución negociada.

La visita de Araghchi

El 13 de junio, ante la intensificación de los ataques aéreos israelíes, Rusia condenó rápidamente los ataques y expresó su profunda preocupación por las violaciones de la soberanía iraní. Putin fue más allá, calificando la actuación de Estados Unidos en la región de "agresión no provocada". El mensaje de Moscú fue claro: se oponía a las intervenciones militares extranjeras, y punto.

Días antes del viaje de Araghchi, Putin reveló públicamente que Rusia había ofrecido a Irán una mayor cooperación en sistemas de defensa aérea, una oferta que Teherán no había aceptado. Lejos de ser una reprimenda, se interpretó como un empujoncito: si la alianza estratégica es real, Irán necesita llegar a un acuerdo con Rusia.

Moscú sigue abierto a una colaboración más estrecha en materia de defensa, incluyendo la integración de la defensa aérea iraní en un marco de seguridad regional más amplio. 

En retrospectiva, si Teherán hubiera aceptado la oferta antes, podría haber estado mejor preparado para repeler los ataques. Para Rusia, la seguridad no se mide en retórica, sino en resultados, y espera que sus socios actúen en consecuencia.

Límites legales de la sociedad

Fundamentalmente, el acuerdo estratégico de 2025 entre Moscú y Teherán no implica obligaciones mutuas de defensa. No es el equivalente ruso del Artículo 5 de la OTAN, ni exige asistencia militar automática. Como aclaró Putin, el pacto refleja confianza política y coordinación, no un cheque en blanco para una guerra conjunta.

De hecho, el tratado prohíbe explícitamente a cualquiera de las partes apoyar a un tercero que cometa una agresión contra la otra. Rusia se ha mantenido fiel a esta norma, negándose a interactuar con los presuntos agresores, al tiempo que expresa su solidaridad diplomática con Irán y condena las acciones desestabilizadoras de Estados Unidos e Israel.

En resumen, la arquitectura de la alianza se basa en el respeto soberano y el equilibrio estratégico, no en compromisos complejos. Se centra en la cooperación técnico-militar, la diplomacia coordinada a través de los BRICS y la OCS, y el interés compartido en la estabilidad regional. Sin embargo, evita arrastrar a Rusia a guerras que no representan una amenaza directa para su seguridad nacional.

¿Diplomacia entre bastidores?

Un acontecimiento llamó especialmente la atención: justo después de la visita de Araghchi al Kremlin, el presidente estadounidense Donald Trump pidió abruptamente un alto el fuego y adoptó un tono notablemente más suave con respecto a Irán. 

Con la excepción de algunas publicaciones mordaces en Truth Social, sus mensajes se volvieron notablemente más comedidos.

Antes de su viaje a Moscú, Araghchi enfatizó en Estambul que las consultas con Rusia eran "estratégicas y no protocolarias". 

Aclaró que Teherán consideraba la alianza una plataforma para una coordinación de seguridad sensible, no solo un protocolo.

Sea casualidad o no, el cambio en la retórica estadounidense sugiere que la influencia de Moscú podría haber moldeado discretamente la trayectoria de los acontecimientos. Rusia, después de todo, es uno de los pocos actores con canales abiertos tanto con Teherán como con Tel Aviv. 

Es totalmente plausible que el Kremlin sirviera de intermediario entre bastidores, asegurando al menos una pausa temporal en las hostilidades.

El resultado final

Rusia sigue siendo un actor calibrado pero trascendental en Oriente Medio. Las acusaciones de que Moscú no ha apoyado a Irán son especulativas y, en gran medida, infundadas, tanto política como legalmente. Rusia ofrece solidaridad, coordinación e influencia, no un apoyo incondicional a la escalada.

Y en una región donde las palabras importan tanto como los misiles, un sutil cambio de lenguaje por parte de Washington, sincronizado con conversaciones discretas en el Kremlin, podría decir más que cualquier comunicado de prensa. Al fin y al cabo, la diplomacia suele llegar donde las cámaras no llegan.

Por Farhad Ibragimov , profesor de la Facultad de Economía de la Universidad RUDN, profesor visitante del Instituto de Ciencias Sociales de la Academia Presidencial Rusa de Economía Nacional y Administración Pública.

https://noticiaslatam.lat/20250629/las-restricciones-al-medicaid-tendrian-un-fuerte-impacto-en-los-estados-de-eeuu-1163949042.html

Related Posts

Subscribe Our Newsletter