EEUU: La Doctrina Trump y el Nuevo Imperialismo MAGA

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Continúan protestas y paros en Panamá contra políticas del gobierno de Mulino y el imperialismo

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***Los trabajadores han cumplido su tercera semana de protestas en Panamá en una dinámica creciente, pues más sectores sindicales y sociales adhieren. 

Trabajadores de la construcción, de las bananeras, docentes, médicos y enfermeras, continúan huelgas sectoriales a nivel nacional a las que se han sumado estudiantes e importantes movimientos sociales, contra la Ley 462 sobre reforma de pensiones, la reactivación minera, proyectos de embalses y contra la entrega del Canal de Panamá.

Las protestas que se desarrollan en Panamá tienen importancia central en el actual momento político no solo de Panamá sino también de los países de la región. 

La ofensiva del gobierno derechista de José Raúl Mulino con nuevos ataques a las condiciones de vida del pueblo trabajador panameño se combina con la política de Donald Trump de avanzar contra la soberanía de Panamá al buscar hacerse del control del Canal y la instalación de nuevas bases militares en el país centroamericano, en otras palabras, transformar a Panamá en un nuevo enclave de Estados Unidos.

Para los trabajadores panameños, las demandas por sus condiciones de vida y su defensa ante los ataques del gobierno nacional que se disciplina a la Casa Blanca se entrelazan en una lucha simultánea contra el imperialismo. En esto radica la clave de la actual situación en Panamá.

En la tercera semana de movilizaciones y paros a nivel nacional

Las movilizaciones y las huelgas han adquirido carácter nacional, arrancaron el pasado 23 de abril cuando fue convocado un paro nacional por sindicatos docentes en todo el país, muchos de ellos aglutinados en La Alianza Pueblo Unido por la Vida, a la cual el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Construcción y Similares (SUNTRACS) se unió el 28 de dicho mes paralizando buena parte de las obras de construcción en el país. Luego se sumaron los trabajadores del proletariado agrícola del banano en la región de Bocas del Toro, en el norte caribeño, que llevan adelante una huelga indefinida en la industria por más de 12 días.

También se han incorporado diversos gremios, como médicos, odontólogos y otros profesionales de la Caja del Seguro Social, así como supervisores escolares y de la importante asociación nacional de enfermeras de Panamá.

 Los estudiantes, trabajadores y profesores de la Universidad de Panamá también se unieron al movimiento de protestas desde sus inicios, manteniéndose en protesta diaria. Desde el campus central, manifiestan su rechazo y son reprimidos por unidades de control de multitudes de la Fuerza Pública panameña, el cuerpo represivo de la policía.

La demanda central de las concentraciones, huelgas, paros, bloqueos de carreteras y cierres de calle es el rechazo a la Ley de Reforma a la Caja de Seguro Social (CSS), institución estatal que supervisa la atención médica y las pensiones. 

Se trata de una Ley que busca mantener pensiones miserables, aumenta la edad de jubilación, aumenta las cuotas de los trabajadores y crea cuentas individuales separadas del fondo colectivo. Pero sobre todo abre el camino para la privatización para todo el sistema de pensiones. 

Por eso es que la rabia de la clase trabajadora panameña se ha extendido, abarcando cada vez más sectores que abrazan esta lucha.

Este viernes 9 de mayo las enfermeras aglutinadas en la Asociación Nacional de Enfermeras de Panamá (ANEP) tomaron las calles al grito de “¡No a la Ley 462!”, llevando a cabo la gran caminata blanca exigiendo, una marcha que recorrió el sector de Calidonia hasta llegar a la Plaza 5 de Mayo en dirección a la Presidencia de la República; una acción que forma parte de una serie de acciones de protesta que llevan cuatro días y que podrían culminar en un paro general a partir del 19 de mayo. 

En la gran marcha blanca, también participaron sectores de estudiantes de diversos planteles escolares, que tenían pancartas que dicen: “Cambiamos los cuadernos por pancartas porque mi futuro sí importa”.
Estas luchas han empalmado con otra de las grandes demandas del pueblo panameño como su lucha por la soberanía nacional. 

Por eso priman en este proceso de protestas las banderas antiimperialistas, exigiendo la inmediata ruptura del Memorando de Entendimiento acordado entre el presidente Mulino y la administración Trump, así como su rechazo a la instalación de bases militares estadounidenses y sobre todo por la defensa del Canal. “Una sola bandera, un solo territorio”, se canta en las protestas.

Además, los movimientos sociales y el pueblo panameño han salido a protestar contra los nuevos intentos de reapertura de la explotación minera. 

Hace no más de un año se protagonizaron grandes movilizaciones que hicieron retroceder las políticas mineras del presidente Mulino. 

Por eso, esta vez también salen a luchar contra la nueva apertura de la mina Donoso y contra la construcción de un embalse para abastecer el Canal de Panamá en río Indio, de acuerdo a exigencias de los pobladores de la zona y las comunidades indígenas y campesinas.

Las protestas y huelgas en Bocas del Toro, liderado por el Sindicato de Trabajadores Bananeros y otras organizaciones gremiales, ha alcanzado una gran fuerza y según declaran algunos reporteros: “Ya no se trata nada más del sindicato y organizaciones magisteriales, está toda la familia de esos trabajadores dentro de estos puntos”, refiriéndose a los puntos de cortes de carreteras en esta región.

 “Los bloqueos, inicialmente impulsados por organizaciones magisteriales y sindicales…, se han extendido con apoyo de la ciudadanía, generando una paralización total en la provincia…”, remarcan medios de la región.

La respuesta del gobierno nacional es la represión y su negativa a ceder a las demandas

El Gobierno de Mulino está respondiendo con represión en diversos puntos del país, además ha violado la autonomía de la Universidad de Panamá con el ingreso de militares para detener a estudiantes y trabajadores que han salido a protestar. 

En la jornada de protestas del miércoles 7 de mayo, una cadena de enfrentamientos se generó entre manifestantes y unidades policiales en distintos puntos, como en Santiago, La Chorrera y los alrededores de la Universidad de Panamá (UP). En este último punto, el saldo fue la detención de 17 docentes, quienes fueron llevados al cuartel local.

La Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas denunció recientemente en un comunicado detenciones de líderes de la protesta, el brutal uso excesivo de la fuerza de represión y violaciones a los derechos humanos, en particular el derecho a protestar de las comunidades en la comarca Ngäbe-Buglé. También en Chiriquí hubo enfrentamientos entre manifestantes y unidades de la Policía Nacional y del Servicio Nacional de Fronteras. Ambos en la zona oeste de Panamá, cerca de la frontera con Costa Rica.

“Respaldamos el clamor nacional que pide la derogatoria de la Ley 462 del Seguro Social, la no reapertura de la mina y el rechazo enérgico al memorándum con los Estados Unidos que lesiona gravemente la soberanía nacional, retrotrayendo épocas superadas de la presencia militar extranjera en Panamá”, declaran representantes de la Coordinadora de los pueblos indígenas, al paso que denuncian que se han registrado hechos violentos contra los pueblos originarios en Tolé, Ojo de Agua, San Felix y otras comunidades.

Estamos ante un proceso de luchas muy importante en Panamá. El actual paro nacional de grandes sectores de trabajadores es parte de las varias huelgas que se han dado en Panamá en los últimos años, por ejemplo, en 2022 contra el costo de la vida, una huelga docente contra la minería en 2023, entre otros grandes procesos de lucha. Una dinámica que puede alentar a los demás trabajadores y pueblos oprimidos de la región.

El efecto Trump sobre Centroamérica y el apoyo a la lucha del pueblo trabajador panameño

Las políticas agresivas de Trump sobre Centroamérica comienzan a tener respuestas por parte de los pueblos de la región y esto es lo que expresan las protestas en Panamá, pues las banderas antiimperialistas pasan a un primer plano en la lucha por la soberanía, lo que hace a este proceso de luchas bastante progresivo. 

Las agresiones de Trump se concretaron con un "acuerdo" entre Mulino y Marco Rubio, que autoriza despliegues militares de Estados Unidos en Panamá, además de hacerse del control del Canal de Panamá. Esta presencia según Trump es para combatir a China. Pero lo que realmente hace es reforzar la dominación imperialista sobre Panamá y Centroamérica y el Caribe de conjunto.

Ante esta situación, la débil burguesía panameña no tuvo reparo alguno en tomar la posición de Trump y permitir que soldados estadounidenses se preparen para entrar en territorio panameño, cuya presencia ya se empieza a hacerse notar en las antiguas bases militares y en los constantes ejercicios militares con las tropas panameñas. 

La clase trabajadora, con este nuevo proceso de lucha, está ofreciendo una perspectiva completamente distinta, levantando banderas antiimperialistas.

Un mundo en "multicrisis" permite que la clase trabajadora en todos los países pueda entender mejor el rol que le toca jugar, el de ponerse al frente de las luchas junto con los demás sectores oprimidos. La clase trabajadora debe dar el paso al frente en la defensa de las condiciones de vida, a la par que sale a defender la soberanía contra el imperialismo a la que se prestan las burguesías lacayas como la panameña con el gobierno de Mulino a la cabeza.

Para enfrentar la agresiva política de Trump es necesaria la más amplia movilización de los trabajadores, los grandes sectores populares, campesinos, pueblos originarios en nuestros países, junto con la clase trabajadora estadounidense. 

Por eso, la clase trabajadora de Estados Unidos debe oponerse a la política de Trump sobre Panamá luchando contra su propia burguesía imperialista, tal como ya lo viene haciendo con significativas movilizaciones en muchísimas ciudades.

Llamamos a que los sindicatos de Canadá, Estados Unidos, México, Centroamérica y el Caribe realicen jornadas de solidaridad obrera internacionalista con las y los trabajadores de Panamá. Derrotar las políticas del presidente proimperialista de Mulino es fundamental en estos momentos para redoblar la lucha e ir por más. 

Pero también, si se consigue derrotar la política de Trump en Panamá, se cuestionaría toda la política imperialista contra nuestros pueblos, y sería un aliciente para la movilización de todas las clases obreras y pueblos oprimidos de la región.

https://www.laizquierdadiario.com/Continuan-protestas-y-paros-en-Panama-contra-politicas-del-gobierno-de-Mulino-y-el-imperialismo

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