Nicaragua: Benjamin Linder, símbolo de Solidaridad

19/04/18.- Nicaragua: Benjamin Linder, símbolo de Solidaridad

Las sanciones de Trump y el futuro del capitalismo


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***Se anticipa una recesión inminente a nivel global. ¿Estamos presenciando el fin del neoliberalismo? Como sostiene David Harvey, los episodios esporádicos de crisis en el sistema capitalista no son solo inevitables, sino también esenciales para su supervivencia.

“Hoy el neoliberalismo ha muerto”, declaró el presidente colombiano Gustavo Petro el 2 de abril, tras el anuncio de Donald Trump sobre las nuevas tarifas que regirán las relaciones comerciales de Estados Unidos con el resto del mundo. A raíz de estos anuncios, se ha desatado un intenso debate sobre si estamos ante el inicio de una nueva fase del capital, marcada por el fin de la economía global.

El impacto de las políticas arancelarias de Donald Trump no se limita a la relación comercial entre países, sino que plantea preguntas más profundas sobre la dirección futura del sistema económico mundial.

 ¿Estamos ante el final del neoliberalismo y el regreso al proteccionismo?

 ¿O el neoliberalismo se está adaptando para sobrevivir a las nuevas dinámicas de poder global? la nueva fase no funcionará por fuera del capital, sino que seguirá siendo capitalista, ya que establece relaciones entre redes globales de producción

Según Josafat Hernández, profesor investigador de la División de Estudios Multidisciplinarios del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), con las tarifas impuestas por Trump las reglas del comercio internacional cambiarán. 

Este proceso no será inmediato, sino que tomará tiempo, y aún está por verse qué nuevas reglas surgirán para el intercambio. 

Sin embargo, la nueva fase no funcionará por fuera del capital, sino que seguirá siendo capitalista, ya que establece relaciones entre redes globales de producción.

El origen de los mercados globales

El neoliberalismo, un modelo económico promovido por economistas como Milton Friedman y Friedrich Hayek, y que comenzó a implementarse en la década de 1980 por figuras como Augusto Pinochet en Chile, Margaret Thatcher en el Reino Unido y Ronald Reagan en Estados Unidos, alcanzó su auge global en la década de 1990. Su expansión fue impulsada por la globalización del comercio internacional y el fortalecimiento de instituciones como la Organización Mundial del Comercio (OMC).

La base de este modelo radica en la expansión del libre mercado, proponiendo que la competencia y la ley de oferta y demanda deben ser los principios rectores de la economía, sin la intervención del Estado

En su obra Breve historia del neoliberalismo (2005), David Harvey analiza cómo el neoliberalismo, aunque presentado como una política económica técnica, en realidad encierra un conjunto de principios y valores destinados a reorganizar las estructuras sociales y económicas en beneficio del capital privado. 

La base de este modelo radica en la expansión del libre mercado, proponiendo que la competencia y la ley de oferta y demanda deben ser los principios rectores de la economía, sin la intervención del Estado. La fragmentación de las estructuras públicas, la privatización de empresas estatales y la desregulación de los mercados son sus pilares fundamentales.

Mediante diversas reformas, el neoliberalismo promovió la concentración del poder económico en manos de grandes corporaciones y élites financieras, mientras que las clases medias y bajas experimentaron un incremento de la desigualdad y la precarización laboral.

 Harvey también aborda el papel crucial de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que condicionaron su ayuda financiera a países a cambio de la implementación de reformas neoliberales, tales como la privatización de servicios públicos, la apertura de mercados y la reducción del gasto público.

Hay tres momentos históricos que suelen asociarse al proceso de globalización: la caída del Muro de Berlín en 1989, la caída de la URSS en 1991 y la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995

En el ámbito del comercio internacional, el modelo neoliberal favoreció la apertura de mercados globales, eliminando barreras arancelarias y reduciendo las restricciones al movimiento de capitales. 

Hay tres momentos históricos que suelen asociarse al proceso de globalización: la caída del Muro de Berlín en 1989, la caída de la URSS en 1991 y la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 1995.

 Ejemplos emblemáticos de este proceso fueron los distintos acuerdos como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994, que redujo los aranceles y buscó integrar económicamente a México, Canadá y Estados Unidos.

A pesar de que el neoliberalismo fue presentado como una fórmula para promover el crecimiento económico y mejorar los niveles de vida de la población, después de más de tres décadas funcionando, los resultados son evidentes: aumentó la desigualdad social, concentró aún más la riqueza y desmanteló los sistemas de protección social. 

Para Harvey, este modelo constituye lo que él denomina el "capitalismo del desastre", ya que se alimenta de las crisis económicas para implementar reformas que benefician a una élite, mientras la mayoría de la población sufre sus consecuencias.
Matar al Frankenstein que crearon

Pese a que la globalización y el libre comercio fueron propuestos desde Estados Unidos como los pilares fundamentales del modelo neoliberal mundial, hoy asistimos a un claro repliegue de estas políticas. 

El auge de China en sectores industriales clave ha reconfigurado las dinámicas económicas globales, al mismo tiempo ha expuesto las vulnerabilidades de las economías occidentales que ven cómo su hegemonía es puesta en riesgo. 

A esto se suma el desmesurado endeudamiento de Estados Unidos y el progresivo desmantelamiento de su industria interna, consecuencia directa de la deslocalización de la producción a través de los Tratados de Libre Comercio y la integración global. 

Esta fragmentación del proceso productivo, que permitió la externalización de muchas actividades a países con menores costos laborales, ha dejado al país en una situación de dependencia excesiva de las cadenas de suministro internacionales. 

En respuesta a esta crisis estructural, el resurgimiento de políticas nacionalistas y proteccionistas, encabezadas por la administración Trump, busca revertir esta tendencia mediante el cierre de fronteras comerciales, con el objetivo explícito de reindustrializar y fortalecer la producción interna.

Este giro hacia el nacionalismo económico refleja una creciente desconfianza hacia un sistema global que, en lugar de beneficiar a los Estados Unidos, ha acentuado sus desequilibrios internos y ha subrayado las contradicciones inherentes al modelo neoliberal

La apuesta por el proteccionismo y el repliegue de la globalización no solo busca recuperar empleos perdidos, sino también restaurar una soberanía económica que se percibe como esencial para la estabilidad y seguridad nacional. 

Este giro hacia el nacionalismo económico refleja una creciente desconfianza hacia un sistema global que, en lugar de beneficiar a los Estados Unidos, ha acentuado sus desequilibrios internos y ha subrayado las contradicciones inherentes al modelo neoliberal.
¿Estamos entrando en una fase post-neoliberal?

Para el investigador Josafat Hernández, si la etapa neoliberal se caracterizaba por el libre mercado sin aranceles ni barreras, las tarifas impuestas por Trump generarán un cambio estructural que afectará a todos los mercados globales, dado que Estados Unidos representa el 20% del comercio internacional. 

Habrá que esperar la respuesta del otro 80%, ya que países como China probablemente continuarán defendiendo el libre comercio. 

Las instituciones multilaterales, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), deberán revisar si lo decidido por Trump está dentro del marco legal, pues se espera que varios países demanden en relación a la imposición de aranceles y el cumplimiento de los tratados y acuerdos existentes.

En cuanto a la situación interna de Estados Unidos, señala Hernández, aunque su relación con otros países se orienta hacia el proteccionismo, a nivel interno el neoliberalismo no ha sido superado; de hecho, sigue presente. Existe una mezcla de elementos neoliberales, como la privatización de derechos básicos como la educación y la salud, y la reducción de impuestos a los más ricos. 

La figura de Elon Musk simboliza muy bien esta atomización del Estado y el desmantelamiento de sus estructuras y presupuestos. No obstante, aún se mantienen algunos aspectos del estado de bienestar, como ciertos programas sociales y el seguro de desempleo. 

Con Trump, este modelo mixto —neoliberal en lo interno y proteccionista en lo exterior— mantendrá a Estados Unidos en una situación de hibridación de diferentes procesos.

La nueva etapa del capitalismo global probablemente tenderá hacia una regionalización, como se observa en los recientes acuerdos entre Japón, China y Corea, o la respuesta unificada de la Unión Europea

Desde un enfoque metodológico, Hernández considera que el cambio de modelo puede entenderse a partir de la dialéctica de Hegel y Marx, que plantea que todo está en transformación debido a las contradicciones internas de los sistemas, lo que se conoce como la "unidad de contradicciones". 

Así, los actuales elementos neoliberales, junto con los que son herencia del estado de bienestar, se articularán con aquellos que vayan surgiendo.

 Para definir si estamos transitando hacia un nuevo modelo, es necesario observar cómo esos elementos contradictorios se integran. En este momento se trata de una etapa de superación y preservación dialéctica de lo que ya hay, pero si esto se une a nuevos elementos, podría surgir una nueva fase histórica.

La nueva etapa del capitalismo global probablemente tenderá hacia una regionalización, como se observa en los recientes acuerdos entre Japón, China y Corea, o la respuesta unificada de la Unión Europea. En el caso de Latinoamérica, se espera una articulación regional, aunque el papel de Brasil y su rol en los BRICS ha complicado las posibles uniones regionales.

Como sostiene David Harvey, los episodios esporádicos de crisis en el sistema capitalista no son solo inevitables, sino también esenciales para su supervivencia

Hernández concluye que “puede que estemos iniciando un tránsito hacia una fase post-neoliberal", pero esto no implica la desaparición del neoliberalismo. Coexistirán elementos del neoliberalismo con aquellos que surjan en el futuro.

 En este contexto, es esencial que se estudien estas dinámicas en las academias para prever las nuevas tendencias y generar escenarios prospectivos que nos permitan entender lo que está por venir.

Las crisis del capital

Nos encontramos en tránsito. Tristemente, dentro de las fronteras del capitalismo, donde su fase neoliberal ha generado una nueva crisis. Se anticipa una recesión inminente, no solo en Estados Unidos, sino a nivel global. 

Como sostiene David Harvey, los episodios esporádicos de crisis en el sistema capitalista no son solo inevitables, sino también esenciales para su supervivencia. Las crisis permiten que el sistema se reestructure y se renueve, pues, durante una crisis económica, los actores más débiles colapsan, siendo absorbidos por los más poderosos. 

Este proceso propicia nuevas formas de acumulación de capital, reiniciando así el ciclo económico. Como dijo Trump recientemente, “a veces hay que tomar medicamentos para arreglar algo”.

¿Qué es lo que realmente quiere arreglar Donald Trump? ¿Está buscando la prosperidad para su país o hay intereses detrás relacionados con sus aliados en las grandes tecnológicas? ¿Quiénes se beneficiarán de esta nueva crisis del capital? La respuesta probablemente se encuentre observando el flujo del dinero, pues, como bien se sabe, el capital no tiene ideología y siempre se vende al mejor postor.

https://www.diario-red.com/articulo/internacional/sanciones-trump-futuro-capitalismo/20250407120000045364.html

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