****En Ucrania está sucediendo lo que el occidente colectivo más teme.
Rusia está derrotando a la OTAN en la guerra que de delegatoria ha pasado a ser directa (La OTAN provee medios, financiamiento, entrenamiento, logística, inteligencia e incluso fuerzas en el terreno disfrazadas de mercenarios) y que ante la fortaleza que cada día demuestra Rusia, tanto en el campo militar, político y económico, venciendo sanciones de todo tipo y creciendo en todos los índices y parámetros; el “Estado profundo” yanqui va cruzando todas las rayas y límites, acercándose aceleradamente a una conflagración con uso de armas nucleares, sin importar que esto lleve a la ultima guerra (sin ganadores) de la humanidad.
Las barreras (políticas, militares y morales) autoimpuestas por las potencias nucleares para no llegar a una conflagración de suma cero, pareciera que ya no rigen la conducta en el campo internacional de las élites que gobiernan a los Estados Unidos y sus también belicosos e irreflexivos aliados menores europeos.
Atacar abiertamente la profundidad del territorio ruso con armas de exterminio masivo, enviar fuerzas y medios de la OTAN (sin ningún disimulo), ya es una opción que sólo está esperando la aprobación del mandamás.
Lo más terrible es que sus medios masivos han logrado lo impensable: Que una mayoría de la población (a nivel europeo y global) haya “racionalizado” tal peligro de nivel de extinción civilizatoria.
Mayoría silente, adormecida y controlada que no advierte el peligro mortal en que nos encontramos todos.
Esta “política” por su misma dinámica y concatenación, puede a corto plazo trasladarse (incluida con su alta dosis de irresponsabilidad y desprecio por la paz y la vida humana) a los escenarios menores, donde los gringos y el neocolonialismo europeo tienen intereses.
Nicaragua, victima en el 2018 de un golpe de Estado “suave” instigado y financiado desde los Estados Unidos, logró vencer y prevalecer ese intento foráneo (con la activa participación de traidores internos) y retomar el paso de la lucha por el desarrollo inclusivo, la paz y reconciliación nacional.
Sin embargo, esos mismo traidores y apátridas durante todos estos años no han cesado (ahora desde el extranjero) de buscar la forma de seguir haciéndole daño a nuestro pueblo, buscando caminos y cómplices para desestabilizar y si pudieran, destruir a nuestro gobierno.
En el ínterin, sus seudo lideres, se han ido llenando los bolsillos de dólares, robándolo de los mismos presupuestos para la subversión, facilitados por los gobiernos y la ultraderecha yanqui y europea.
Pero ha llegado un cambio de seña.
Los gringos necesitan resultados y se lo exigen a los traidores de acá como a la camarilla neofascista de Zelensky.
Necesitan resultados ya, no importan los métodos ni la cantidad de muertos.
No es casualidad que el gallinero de la “oposición” se este alborotando.
Con un discurso coordinado en su contenido (con algunas variantes concerniente al método) y en el tiempo, individuos que alguna vez ocuparon (antes de su traición) altos cargos en los diferentes periodos de gobierno sandinista con cinismo y sin ningún respeto por la vida de las familias nicaragüenses, piden desesperados un baño de sangre, una guerra interna en la que seguro que de producirse ellos no participarían.
Los gringos entienden que los que han estado enviando hasta ahora a todos los foros internacionales a pedir sanciones para Nicaragua, a los que los han llenado de premios y medallas para hacerlos más visibles, los que crean organizaciones y alianzas “opositoras” que nacen como hongos para seguir viviendo del discurso, no sirven ya a sus propósitos, no calzan en un entorno dinámico donde, incluso, se habla de guerra mundial.
La generala yanqui (encargada de vigilar lo que creen es su traspatio en el Hemisferio occidental) y personeros del Estado imperialista vomitan sus discursos en consonancia con este "despertar" del interés por no dejarnos en paz, lo que es indicativo que los zombis que han reaparecido en la falsimedia ya tienen un cheque en la mano.
Ahora apuestan a los viejos traidores del sandinismo, a los que se creyeron líderes, "mentes brillantes" y hoy están ratificando lo que siempre han sido.
Llaman a la guerra, ofrecen victorias que nunca han podido conseguir, tratan de socavar el prestigio de nuestras instituciones del orden publico y de defensa, la autoridad de nuestros líderes.
Prometen la destrucción pronta del Sandinismo, el regreso de la “democracia” de los ricos y “el orden” de la guardia somocista, Desprecian a nuestros jóvenes y a la voluntad del pueblo.
Nos debería causar risa, pero como hablan de muerte y destrucción, hay que tomar en serio las palabras que brotan de sus podridas bocas, porque detrás de ellos (casi todos, ancianos valetudinarios) están los yanquis, sus órganos de inteligencia, el financiamiento de sus “tanques” de pensamiento, los intereses globales del Estado profundo que no tolera disidencias ni alineamientos, que odia a los que defienden su soberanía y la convivencia bajo las reglas del Derecho Internacional.
Han escogido- para este nuevo intento de subvertir la paz en nuestro país- a hombres y mujeres antes ligados a nuestras fuerzas armadas, al Poder Judicial, a los ONG, a las capas intelectuales y a los órganos del Frente Sandinista.
Personalmente, pienso que es un plan, una nueva estrategia ante lo obvio de su derrota, que quizá ya este en marcha desde hace tiempo y esta fase “declaratoria” y con gestos dramáticos y autoflagelación en los medios del enemigo, talvez sea sólo un elemento.
Este desentierro de cadáveres políticos no es gratuito.
Hay también cambio de planes en Venezuela, en Oriente Medio, en el Sahel africano, en la región del Indo-pacifico,... donde quiera que hay recursos naturales o cualquier interés vital del imperio que lucha por sobrevivir. La guerra en el mundo ya es un hecho.
Acá, en nuestro querido país, confiemos en el trabajo de nuestras autoridades, pero estemos alertas.
Estemos unidos, cercanos siempre a nuestro Frente Sandinista, a nuestro comandante Daniel, a la compañera Rosario, fieles siempre a nuestro pueblo y a nuestros mártires.
Edelberto Matus.
