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La India en un nuevo orden mundial

--- Con su población de 1.4 mil millones, la India es prácticamente el único país del mundo comparable con la República Popular China, en su importancia política y económica para el nuevo orden mundial que está tomando forma en este momento histórico.

La población de China también es de unos 1.4 mil millones, pero su extensión territorial de 9.6 millones de km2, es casi tres veces el tamaño del territorio de la India. Medido en base a la paridad del poder adquisitivo, el PIB de China de US$17.7 billones (millón millones) es mayor por casi 50% que el PIB de la India de 13.1 billones.

Los dos países comparten una historia de lucha contra el imperialismo europeo que culminó en la independencia de la India en 1947, junto con Pakistán, y la declaración de la República de la India en 1950. En ese mismo momento histórico, el Partido Comunista de China liderado por Mao Zedong, declaró la fundación de la República Popular China en 1949.

Para ambos países el problema principal que han enfrentado desde su fundación como repúblicas, ha sido el reto de reducir la pobreza heredada de siglos de la intervención imperialista en Asia y ambos países han logrado grandes avances en ese tema.

Entre 2005 y 2020, más de 400 millones de personas en la India han salido de la pobreza, dejando el porcentaje de la población empobrecida en 14.8%. 

En China durante los últimos cuarenta años 800 millones de personas han salido de la pobreza, dejando el porcentaje de la población empobrecida en un 13%. Estos tremendos logros componen por mucho la mayor razón del declive de la pobreza a nivel mundial en las últimas décadas.

En años recientes, ambos países han logrado esta reducción de pobreza en base a impresionantes niveles de crecimiento anual de su Producto Interno Bruto por encima de 5% y 6%, muy por encima de los mediocres niveles de crecimiento de las economías de Estados Unidos y los países de la Unión Europea.

La sociedad de la India es enormemente compleja, con más de 2,000 grupos étnicos que profesan diversas variedades de las principales religiones del mundo, principalmente la fe hindú, practicado por más de 75% de la población y el islam, practicado por alrededor de 14%.

Otras importantes religiones practicadas en la India son el cristianismo, el sijismo, el budismo y el jainismo. El país tiene 22 idiomas oficiales, siendo el idioma hindi el idioma más hablado, por más de 500 millones de la población. En total, se ha averiguado el uso de más de 1,500 diferentes idiomas entre la población del país.

Desde luego, esta enorme diversidad de la sociedad del país se refleja en la vida política también. La India es una república federal compuesta de 29 estados y 8 territorios en unión. La India tiene un sistema parlamentario con un primer ministro que conduce el gobierno, y un presidente como Jefe de Estado. Actualmente el primer ministro de la India es el político de la derecha nacionalista Narendra Modi y, desde 2022, el presidente ha sido Droupadi Murmu.

En términos electorales, el sistema electoral reconoce 6 partidos nacionales y más de 50 partidos regionales. Los dos partidos políticos más importantes son el Partido Bharatiya Janata, en gobierno, y el opositor Congreso Nacional de la India.

La figura de Pandit Jawaharlal Nehru, del Congreso Nacional de la India, dominaba la vida política en la India desde la independencia hasta la muerte de Nehru en 1964. Fue hasta los años 1970s que otros partidos políticos lograron desplazar al Congreso Nacional de la India del poder, en respuesta a las políticas represivas del gobierno de Indira Gandhi.

Desde 2014, Narendra Modi y su Partido Bharatiya Janata, han dominado la vida política de la India a nivel nacional, debido en gran parte a su capacidad de fomento económico de que la política emblemática ahora es el programa para una India autosuficiente lanzado en 2020, que ha priorizado la distribución a nivel local de la capacidad de manufactura internacional.

Se calcula que la India ahora tiene la quinta economía más grande a nivel mundial, compuesta por alrededor de 55% del sector de servicios, 26% de la industria y 18% del sector agropecuario.

Otro avance de gran importancia ha sido el exitoso programa espacial de la India, que indica la importancia del sector de la alta tecnología en el país. Debido a este crecimiento, se estima que la India será el tercer país consumidor más grande de energía para 2025, detrás de Estados Unidos y la República Popular China. Los principales socios comerciales de la India han sido China, Estados Unidos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.

Pero desde la aplicación de parte de Estados Unidos y sus aliados de masivas medidas coercitivas contra la Federación Rusa en 2021, la India ha aumentado de manera exponencial sus importaciones de hidrocarburos de Rusia, en gran parte para refinar el petróleo y venderlo a la Unión Europea. Se calcula que, en el primer semestre de 2023, el comercio bilateral con la Federación Rusa se aumentó en un 290%. En el mismo período, las exportaciones de los fertilizantes rusos a la India aumentaron en un 140%.

En cambio, durante ese mismo período, el comercio de la India con los Estados Unidos cayó un 11%

La India y la Federación Rusa esperan poder desarrollar todavía más este intercambio comercial, especialmente en el contexto de la presidencia pro tempore de Rusia del grupo de los 10 países del grupo BRICS+.

En relación a su principal contrincante regional, China, India quiere reducir su dependencia sobre las importaciones desde China, las cuales alcanzan más de US$100 mil millones de un intercambio total de US$135 mil millones entre los dos países. De todas maneras, está claro que la economía nacional de la India está entrelazada de manera inextricable con su política exterior.

Desde su independencia, la India ha apoyado firmemente los procesos de la descolonización en el mundo mayoritario y fue uno de los países claves en el desarrollo del Movimiento de los Países No Alineados. 

Pero sus relaciones con sus vecinos China y Pakistán han sido marcadas por persistente tensión desde la guerra con China de 1962 y las guerras con Pakistán de 1965, 1971 y 1999.

Un punto permanente de conflicto ha sido el territorio en disputa de Cachemira. En gran parte por motivo de estas tensiones regionales, la India firmó en 1971 con la Unión Soviética un Tratado de Amistad y Cooperación, y en 1974 llegó a ser un poder nuclear. 

La relación estratégica con Rusia ha sobrevivido la desaparición de la Unión Soviética y se ha reforzado en años recientes. Así que la India rechazó la presión occidental para condenar la operación militar especial de la Federación Rusa en Ucrania contra la inminente agresión de la OTAN en febrero 2021.

Este año promete ser un año clave en la estructuración con mayor definición de un mundo multicéntrico. La India mantiene una política exterior independiente y equilibrada, a pesar de las disputas territoriales todavía por resolver con Pakistán y China. Después de participar en la fundación del grupo de países BRICS en 2009, en 2017 ambos, la India y Pakistán se integraron en la Organización de Cooperación de Shanghai.

Ahora se ha aceptado la expansión de BRICS para incluir a Irán y Arabia Saudita junto con los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía. La India también mantiene una participación activa en el foro de diálogo con Brasil y Sudáfrica, que ha mantenido desde 2003, antes de la fundación del grupo BRICS.

La ampliación del grupo BRICS+ permitirá a la India aumentar su comercio con todos los diez miembros del grupo ampliado y ayudará poner en una perspectiva más amplia las diferencias mutuas con otros países miembros y posiblemente avanzar en su resolución.

La nueva configuración de relaciones internacionales también ha ido fortaleciendo las relaciones de la India con los países de América Latina y África. Por ejemplo, la India ahora es el quinto socio comercial más importante de Brasil.

El presidente Lula da Silva y el primer ministro Modi, han acordado colaborar para ampliar el Acuerdo de Comercio Preferencial de la India con Mercosur. De la misma manera, la India explora cómo aumentar sus relaciones comerciales con la Unión Aduanera de África del Sur (Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia), con la Unión Económica Eurasiática, que incluye Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Rusia y con la Asociación de Cooperación Regional de Asia del Sur que incluye Afganistán, Bangladesh, Bután, India, Maldivas, Nepal, Pakistán y Sri Lanka.

Los diversos desafíos para los países del BRICS+ incluyen el aumento del uso de sus monedas nacionales para dejar de depender del dólar estadounidense, y el fortalecimiento de sus instituciones financieras como el Nuevo Banco de Desarrollo y el Acuerdo de Reservas Contingentes. Donde se ha avanzado bastante es en el desarrollo de robustos sistemas de pagos, por ejemplo, por medio de monedas digitales las cuales podrían facilitar el desarrollo de una moneda común.

Estas diversas iniciativas progresan con ritmos diferentes. Rusia, China y la India están casi listos para lanzar sus monedas digitales para uso común a principios de 2025, lo cual eliminará su uso de la red SWIFT global controlada por Estados Unidos y sus aliados. Brasil y Sudáfrica están avanzando en el mismo sentido.

Otro elemento de fundamental importancia para la India, ha sido el desarrollo del Corredor de Transporte Internacional Norte-Sur, que ahora tiene en operación sus tres rutas, la ruta de Asia Oeste (Rusia-Azerbaiyán-Irán-India), la ruta Transcaspiana (Rusia-Irán-India) y la Ruta del Este (Rusia-Asia Central-Irán-India).

Por el momento, una posible alternativa denominado el Corredor Económico India-Asia Occidental-Europa por medio de Palestina es imposible por motivo del conflicto provocado por la ocupación militar de Palestina de parte del régimen sionista de Israel.

En todo este complejo contexto del vertiginoso desarrollo de un nuevo orden de relaciones internacionales, es lógico que Estados Unidos va a buscar cómo dividir los principales poderes del mundo mayoritario para compensar en la medida posible la desventaja estratégica del Occidente. 

Estado Unidos es un país de menos de 400 millones de habitantes.

Se ha desindustrializado de tal manera, que depende de su parásito sector financiero para ingeniar la ilusión de crecimiento en base a la extorsión neocolonial respaldado por su poder militar. 

Durante la guerra en Corea, hace casi 75 años, Mao Zedong comentó que Estados Unidos era en verdad un tigre de papel. La derrota de la OTAN por las fuerzas armadas rusas en Ucrania resalta todavía más esa frase de Mao Zedong.

Y parece ser por ese motivo que Estados Unidos intenta implicar a la India en su siniestra trama para hostigar y agredir a China. 

Estados Unidos ha desarrollado una red diplomática cuadrilateral para ir desarrollando ese siniestro plan contra la República Popular China, el cual, junto con sus viejos súbditos regionales Japón y Australia, plantea enfocar sus provocaciones en el Mar Meridional China.

Para la India, se trata de equilibrar sus relaciones para contrarrestar en la medida posible el poder e influencia de su principal contrincante económico en la región, que es China, especialmente por motivo del alcance y éxito de la iniciativa China de la Ruta y Franja.

Para la India, es un delicado juego colaborar con Estados Unidos contra China, mientras a la vez se mantiene su histórica relación estratégica con Rusia, y su membresía junto con países socios como Pakistán, China e Irán de importantes organizaciones como BRICS y la Organización de Cooperación de Shanghai.

Se ha visto que esto es prácticamente imposible por la manera en que el gobierno de Nahendra Modi ha tenido que abandonar su apoyo al régimen sionista de Israel, ante el rechazo del mundo mayoritario del genocidio sionista contra el pueblo palestino. La India tampoco apoya la agresión anglosajona contra Yemen.

Mientras la India apoya la democratización de la economía mundial y de las relaciones internacionales, probablemente va a encontrar imposible mantener en paralelo una colaboración con el esquema imperialista de Estado Unidos y sus aliados en la región contra la República Popular China.

Stephen Sefton

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