El ocaso del sistema capitalista (tal como lo conocemos), la pérdida del control global ( político, económico e incluso, ideológico) del gran hegemón, Estados Unidos, nos está llevando aceleradamente a una catástrofe, un nuevo evento de extinción masiva.
En primer lugar, la posibilidad cada vez más plausible de una guerra nuclear como consecuencia de la agresividad temeraria de la OTAN en el conflicto " ucraniano", dónde cada día se provoca a Rusia para que use su enorme poder disuasorio nuclear.
Ya no se puede ocultar la proliferación en curso del arma nuclear para cercar a Rusia y a China, luego de que los yanquis ( de iure o de facto ) han ido abandonando los acuerdos de limitación de tales armas entre potencias, que por decenios salvaguardaron al mundo de una tercera y última guerra mundial:
Además de las bombas nucleares operativas en Francia, Reino Unido, Alemania, India, Paquistán e Israel, la OTAN ( es decir, los yanquis) se prepara para armar con estas dispositivos de destrucción masiva en Europa a Polonia y a los países escandinavos ( por el momento no se habla de los tres voncingleros y belicosos pulgarcitos del pribáltico, aunque quién sabe) y en la región de Asia -Pacífico están en fila Japón, Corea del Sur y Australia.
Por otro parte y por asuntos de amenaza a su supervivencia, Irán acelera su propio proyecto de arma nuclear y Rusia coloca cohetes de corto y mediano alcance en territorio de su aliado, Bielorrusia.
Al parecer, la inicua tragedia de Hiroshima y Nagasaky (crímen perpetrado por las fuerzas armadas de Estados Unidos en agosto de 1945) ha sido " racionalizada", mejor dicho olvidada gracias a décadas de propaganda gringa que ha reducido esos actos supremos de terrorismo internacional y crímenes de guerra a una simple fecha conmemorativa de globos de colores y huecos discursos. Sin embargo, el peligro de su repetición -miles de veces amplificada- es real y nos debe de preocupar y ocupar.
La pradera puede incendiarse con una chispa.
Pero hay otros grandes peligros que amenazan la existencia de la civilización humana en el planeta, originadas en la injusta repartición de la riqueza mundial, la explotación económica del sur global por parte del capitalismo, sus corporaciones y bancos que se apropian y especulan con las reservas de agua dulce, yacimientos minerales, tierras cultivables y la producción de alimentos del planeta.
La manipulación genética en alimentos y medicinas, las " bondades" del " transhumanismo" en marcha ( biotecnología como arma) que al igual que la manipulación social mediática y el impulso de las agendas sociales como las de los LGTB, pretenden reducir y controlar, la salud humana y el crecimiento de la población mundial.
Los grandes adelantos de la ciencia y la tecnología en el campo de la digitalización, las comunicaciones, la robótica, la inteligencia artificial y biotecnología están siendo apropiadas por las élites que controlan hasta hoy el poder global, usando las para su propio beneficio, lo que ya está causando graves e irreversibles daños tanto al planeta como a la sociedad en su conjunto.
Ejemplo claro y actual de esto es la situación de inestabilidad, pobreza e injusticia social que viven la mayoría de países del continente africano, que está dando como resultado un nuevo ciclo de resistencia y lucha de sus pueblos.
El cambio climático es usado- por los mismos que han acelerado su deterioro- para asustar y manipular a la humanidad, creando agendas que benefician principalmente a la élite de países que ya no tienen recursos en sus propios territorios y necesitan seguir viviendo a gran nivel a costas de los recursos de otras naciones empobrecidas.
El cambio climático es una realidad del desarrollo geológico del planeta y es imparable y sólo puede ser mitigado con la participación de toda la humanidad si quisiéramos seguir habitando este planeta ( que por supuesto, nos sobrevivirá), mitigación que debe ser financiada por los países ricos que son los que se han beneficiado de la explotación irracional de sus recursos.
Los elites globales hoy hablan de destruir la base de la existencia, evolución y del desarrollo humano que es la agricultura y la ganadería, quieren privatizar las reservas y fuentes de agua dulce para vendernos agua embotellada y controlarnos.
Impulsan una nueva revolución industrial a base de tecnologías " verdes" que paradójicamente se basan en minerales muy escasos que para explotarlos necesitan más energía, más agua, más explotación de mano de obra y por supuesto, más neocolonialismo.
Y eso no es todo, pero basta para que más allá de asustarnos, ponernos en guardia, no dejarnos engañar, no entregar nuestras mentes y la de nuestros hijos al proyecto de ellos, los invasores y potentados de siempre.
El mundo debe de cambiar hacia una nueva forma de convivencia, de gestionar los recursos, de entender la vida en toda su sencillez y complejidad.
Hoy se dan pasos hacia la multipolaridad que debe avanzar luego al Socialismo. No hay alternativas.
Edelberto Matus.