La noticia de última hora que está resonando viralmente en todo el mundo es la re-vinculación del Reino de Arabia Saudita con la República Islámica de Irán, acuerdo que fue triangulado por la República Popular China, esta noticia es de suma importancia y tendrá gran impacto no solamente en Asia Occidental como así también todo el continente de Asia y de allí el mundo entero se verá afectado.
Nos disponemos humildemente a analizar en esta breve nota las posibles implicancias a futuro y sus antecedentes.
En primer lugar cabe recordar cómo y cuando tuvieron desenlace los vínculos iranio-saudíes, por ende debemos retornar al año 2015, donde la crisis en Yemen derivó en que Irán se decidiera por apoyar a sus aliados houzis, en especial a la organización Ansarollah, lo cual generó un gran recelo por parte del Reino de Arabia Saudita, quien está decidido a ser el mandamás de toda la península arábiga y no podría aceptar bajo ningún punto de vista un gobierno pro-iraní en su área de influencia, por ende el recelo fue en aumento hasta que el Reino de Arabia Saudita decidió cortar vínculos con la República Islámica de Irán de la forma más cruel; el día 2 de enero del año 2016 decidieron ejecutar al Sheij Nimr, famoso erudito shiíta de la península arábiga, líder de una de las comunidades shiítas más golpeadas del mundo, los shiítas de Arabia Saudita.
La respuesta de Irán no se hizo esperar y masivas manifestaciones en todo el mundo frente a las embajadas de Arabia Saudita derivaron en la ruptura de los vínculos diplomáticos entre ambos países.
De allí en más la hostilidad no paró de crecer; los houzis lograron atacar la famosa empresa petrolera saudí Aramco logrando reducir su actividad al 50% lo que produjo un cimbronazo económico en el Reino de Arabia Saudita, por eso mismo la guerra en Yemen se volvió un problema grande para Arabia Saudita y sus aliados en la zona (como Emiratos Árabes Unidos, donde los yemeníes incluso lograron atacar la opulenta ciudad de Dubai), además las bajas humanas son muchas, y esto es muy sensible porque los países del golfo sostienen su economía en base a un porcentaje de inmigrantes muy grandes, quienes difícilmente logren algún día identificarse con los países a donde emigraron ya que estos no admiten una concepción de ciudadanía como existe en otros países, sino que son dominios de ciertas familias, por ende son muy pocos quienes aceptan la idea de morir por una “patria” con la que no se sienten vinculados y que además el estado mismo no los integra ni reconoce como compatriotas.
Por todas estas razones, Arabia Saudita y sus aliados identificaron a la República Islámica Irán como un peligro a la seguridad e integridad de sus países, por eso mismo Arabia Saudita vio con muy buenos ojos el asesinato del General Solaimaní por parte de Trump y ese infame gesto de apoyo por parte de Trump a Arabia Saudita (dado que otro de los campos de batalla también es La República Árabe Siria y la República de Irak, donde el General Solaimaní tuvo una participación destacada en la lucha contra el ISIS y otras fuerzas terroristas, algunas de ellas oficialmente apoyadas por Arabia Saudita y las potencias del golfo) derivó en los “Acuerdos de Abraham” donde los Emiratos Árabes Unidos reconocieron y normalizaron vínculos con el Estado de Israel, acuerdos a los que también se sumarían más tarde Bahréin, Sudán y Marruecos, todos países que se vinculan con Arabia Saudita y comparten su política anti-iraní de forma proactiva.
Entre 2020 y 2022 creció la hostilidad anti-iraní por parte de los saudíes y sus aliados, de hecho han inyectado una fuerte cantidad de dinero en la guerra informática en contra de la República Islámica de Irán, creando agencias multimedios que difunden el odio en contra de la República Islámica de Irán, sus valores civilizatorios, la doctrina mayoritaria de dicha nación (el Shiísmo duodecimano), como así también una fuerte propaganda separatista y de extremismo sunní, valiéndose de las minorías suníes en la provincia de Sistán y Baluchistán, lo cual derivo en que en el segundo semestre del año 2022 y en el contexto de las protestas en Irán (las cuales fueron impulsadas y promocionadas por las potencias de Occidente, dada la operatoriedad de los medios vinculados a las naciones que forman parte de la OTAN, como así también el tinte ideológico liberal y progresistas de las proclamas), distintos grupos extremistas violentos intenten llevar a cabo un golpe en la República Islámica de Irán desde la periferia hacia el centro; así fue como grupos armados en Sistán y Baluchistán irrumpieron contra las fuerzas de seguridad y también el ISIS atacó el mausoleo “Shah Cherag”, en la ciudad de Shiraz, siendo esta ciudad la tercera más importante en valor espiritual para los shiítas en Irán, después de Mashhad y Qom, no sería la primera vez que el ISIS ataque un lugar importante y simbólico en Irán, dado que en 2017 también atacaron el mausoleo del Aiatolá Jomeini y el congreso.
El citado ataque en Shiraz se llevó el alma de más de 15 peregrinos inocentes. De una forma u otra, todos los grupos takfiríes tienen vínculos con Arabia Saudita, ya sea por una por un apoyo directo o bien algún vínculo ideológico dada la aceptación de las ideas de Muhammad Ibn Abdul-Wahab, ideas extremistas e irracionales distorsionantes de la tradición islámica, ideas que son las promocionadas por el Reino de Arabia Saudita desde hace ya mucho tiempo.
La presión sobre la República Islámica de Irán no paró de crecer todos estos años, ha sido un gran desafío tras otro defender la soberanía nacional y los intereses en la zona, sobre todo desde el año 2001 hasta ahora, año en que comenzaron las incursiones de la EEUU y la OTAN en la zona (Afganistán 2001 e Irak 2003), no obstante los iraníes han podido demostrar entereza y solvencia militar a la hora de hacerse cargo de la seguridad, tanto dentro de las fronteras iraníes (como por ejemplo aplacar a los grupos terroristas y separatistas en el pasado año 2022 como así también resolver el asunto del takfirismo en sus fronteras, dado que en el año 2011 logró vencer al grupo “Yundullah” de Abdul Malik Rigi, que fue la primera experiencia en la zona de un grupo símil al ISIS pero en la zona fronteriza de Irán y Pakistán).
Por otra parte, la diplomacia iraní estoicamente trabaja desde hace ya muchos años para lograr finiquitar el tratado nuclear que le quite la piedra en el zapato de las sanciones, las cuales no se han detenido ni siquiera en el contexto de la pandemia del Covid-19 en el pasado año 2020, ese mismo tratado del cual Donald Trump eligió salirse de forma unilateral, recrudeciendo así los vínculos entre iraníes y norteamericanos, no obstante ya con la nueva administración de Joe Biden las tratativas se reencaminaron y al parecer esta revinculación con el Reino de Arabia Saudita le beneficiaría a la República Islámica de Irán, dado que renueva su imagen de ser un país en búsqueda de soluciones y no de extender los conflictos hasta las últimas consecuencias, lo cual impulsaría más a la nación iraní a poder lograr un acuerdo con las potencias de Occidente, las cuales además han tenido que replantearse muchas cosas luego de la operación militar especial que comenzó la Federación Rusa a partir de febrero del año 2022, dado que las sanciones contra esta nación euroasiática y el apoyo militar a Ucrania imponen la imperativa necesidad de una pacificación de dos posibles proveedores importantes como lo son La República Islámica de Irán (donde recientemente se encontró una importante reserva de litio) y el Reino de Arabia Saudita (quien tiene un proyecto importante y ambicioso para 2050).
A Sabiendas que no solamente no han podido quebrar a La República Islámica de Irán militarmente (dado que ya habían fracasado con el apoyo a Saddam en el siglo XX) sino que tampoco pudieron a través de un golpe blando (táctica que la han repetido reiteradas veces, no sólo contra Irán sino contra varias naciones también en este contemporáneo S.XXI) y que además la República Islámica de Irán logró posicionar su industria armamentística al nivel de exportarle armas (drones y misiles) a una potencia de primer nivel como es la Federación Rusa en este conflicto iniciado en 2022 todo esto tendrá como resultado de que las potencias de occidente, sobre todo las de Europa, tengan que sentarse a negociar con la República Islámica de Irán con otra perspectiva, entendiendo de que esta nación asiática tiene todo lo necesario para ser un actor regional de primer nivel.
Por último, la República Popular China hace ya diez años (2013) dio inicio a un ambicioso proyecto “One Belt One Road”, conocido también como la ruta de la seda moderna, que espera finalizarse para el año 2050, dicho proyecto tiene como condición imperativa la pacificación de, por lo menos, las zonas por donde pase esa franja y ruta, por ende, pacificar las dos orillas del Golfo Pérsico, es más que necesario.
En el año 2020 la República Popular China firmó un acuerdo de 25 años (dato muy importante, dado que el acuerdo terminaría muy cercano a la fecha propuesta para concretar el proyecto “One Belt One Road”) con la República Islámica de Irán, este acuerdo bilateral incluyó también cooperación militar, por ende fue otra forma que encontró Irán de blindar su soberanía nacional, junto a los acuerdos que firmó en 2016 con la Federación Rusa, a la cuál le compró material de defensa anti-aéreo y también toda la tecnología correspondiente para poder desarrollarlo puertas adentro.
Por otra parte y de forma casi conjunta, La República Popular China comenzó a vender material de defensa anti-aéreo a Arabia Saudita, por lo tanto blindar a ambos es el antecedente a la revinculación diplomática que se efectivizó en este mes de marzo del corriente 2023.
A diferencia de la República Popular China, los Estados Unidos de Norteamérica tienen como proyecto desde principios de siglo desestabilizar toda la zona de Asia occidental, para que así el petróleo tenga un precio que sea de su conveniencia, un Irán grande y unido es sin dudas un enorme problema para esto y por eso mismo propulsaron un frente árabe-israelí en contra de Irán y sus aliados en la zona, pero al parecer, la presencia y la influencia de la República Popular China en la zona juega un rol estrategia y mueve una ficha importante para pacificar la zona y frustrar así el deseo de los norteamericanos de una escalada bélica, quienes además recientemente tuvieron que retirarse de Afganistán tras 20 años ininterrumpidos de bombardeos.
El mundo evidentemente cambió; la Federación Rusa intervino en el conflicto en la República Árabe Siria en el año 2015, ahora la República Popular China hace lo propio interviniendo en los vínculos entre iraníes y saudíes, por ende los Estados Unidos de Norteamérica tienen que lidiar con todo esto, en un mundo que pasó de una hegemonía unipolar después de la caída del muro de Berlín (viniendo de una bipolaridad en la guerra fría contra la ex URSS) estando ya hoy firmes en una tripolaridad (EEUU, China y Rusia) y orientándonos a un mundo multipolar dado que la República Islámica de Irán es hoy ya miembro observante de la Organización de Cooperación de Shanghai (China, Rusia, India, Kazajstán, Kirguistán, Pakistán, Tayikistán y Uzbekistán) y se muestra interesado en adherirse como miembro de pleno derecho en la misma.
Así también, tanto el Reino de Arabia Saudita como la República Islámica de Irán manifestaron su deseo de adherirse al BRICS, conformado por Rusia, Brasil, India, China y Sudáfrica.
Por Leandro Bracamonte