Estimado amigo de casualidad se acuerda de este rostro, es de mi papa caido en el frente sur Benjamín Zeledón su seudonimo segun algunos compañeros fue Leonardo, la ultima vez lo miran por el sector de la calera…
Soy David Garay Mendoza hijo de un compañero caído en el Frente Sur, desde hace como cinco años he tratado de buscar información de la muerte de mi papá en Rivas y gracias a Dios he logrado mucho.
Siempre me vienen a la mente las palabras del comandante Valdivia cuando, platicando con él sobre mi padre, dijo: “ha pasado mucho tiempo y la mayoría de las personas que pudieran dar algún testimonio de Armando Garay Bonilla (el comandante fue excompañero de clases en el instituto Ramírez Goyena de mi papá) ya han muerto y siguen muriendo”.
A pesar de estas palabras, he descubierto muchas cosas que jamás imaginé luego de solo saber que había muerto en la guerra.
Son pocos los que me brindaron mucha información, mucha de ella desconocida por el propio comandante Valdivia.
Solo las historias de dos personas que actualmente están vivas, una es de Managua, trabaja en la Alcaldía de Managua con más de 60 años de edad, ex integrante de aquellas filas de la lucha sandinista, se llama Fátima García y es del Distrito III del municipio.
La otra persona, un hondureño que radica por destinos de la vida desde hace tres años en la ciudad de Masaya y lo conocí para el 35 aniversario de los caídos en Sapoá, llamado Jorge Maldonado, excapitán del ejército Sandinista y cuyo hermano cae tres días después de mi papá, en esos mismos sectores, un 16 de junio de 1979 según sus palabras.
Yo he trabajado con base en cuatro hipótesis para descubrir el día exacto de su caída:
1) Jorge Maldonado.
2) La de doña Fátima García
3) Comandante José Valdivia, quién dice que muere en julio de 1979, para la misma fecha de Ulises Colombia tal como aparece en la valla de Sapoá, pero no se ha confirmado esta teoría.
4) Y la de una persona capturada por la Guardia Nacional en septiembre de 1978. Me cuenta que le parece conocida la cara de mi papa cuando la llevaron al comando de Rivas o Sapoá no recuerdo y tenían a dos prisioneros que gritaban consignas en un cuarto encerrado, luego de algún tiempo de gritar se quedaron en silencio y murieron, y uno de ellos le parece que es mi papá Armando Vicente Garay. Ella habla de septiembre de 1978.
Mi único propósito es descubrir el día de su muerte y encontrar personas que pudieran recordar, para esto le mando una pequeña reseña de mi papá, de lo que he descubierto y su foto.
Él es un guerrillero desconocido actualmente.
Esta es la reseña de mi papá, de lo que he descubierto hay algunas cosas que no se pueden escribir porque no sé cómo sustentarlas, ya que mi papá me lleva a Managua al barrio Santa Rosa, en marzo de 1978, a dejar un dinero en dólares que me pidió esconder en un lugar que solo yo supiera y luego de unos días fue a dejar a estas casas de seguridad también en carretera norte cerca de Santa Rosa, luego habló con jóvenes del barrio San Luis Sur, barrio Larreynaga, que le pedían que llevara armas porque les hacía falta…. de casualidad escuchamos mi hermano y yo, cuando en la casa donde estábamos de unos parientes ellos llegaron al barrio El Edén.
Me gustaría poder contar con su apoyo para descubrir personas en Rivas que se pudieran acordar de mi papá, como doña Maira Parrales, del barrio La Puebla, que me indicó don Jorge Maldonado, que mi papá permaneció un tiempo en casa de ellos (casa de seguridad) y ella me pudiera dar detalles de cuándo pudo morir y cuál era su seudónimo en el Frente Sur.
La foto de mi papá en el Frente Sur es la foto a color donde están algunos guerrilleros y una persona con la mano levantada como que está dirigiendo alguna acción militar.
Mi papá es el que está en la parte izquierda camisa celeste manga larga y un suéter verde, pantalón café, con un arma larga entre sus manos.
Toda nuestra familia lo reconoce, a pesar de que no está muy clara la imagen, las facciones son las de él y el parado propio de nuestra familia.
Se conserva siempre delgado, por no decir flaco o como dijo José Valdivia, yo lo recuerdo calavérico…
Mucho cariño, nostalgia, unas pocas fotos, una carta fechada en Caracas, recortes de periódicos borrosos por el tiempo y el testimonio de algunos de sus compañeros, es lo único que cuentan; no obstante, el mayor tesoro de la familia Garay Mendoza que conserva de su querido Armando, el compañero “Andrés”, son el recuerdo de las tareas clandestinas del FSLN en los turbulentos años de la lucha contra la dictadura somocista.
¿Quién fue este hombre cuya vida, desde muy joven, estuvo ligada al esfuerzo de su pueblo por alcanzar la libertad?
Armando Vicente Garay Bonilla, nacido el 25 de septiembre de 1947 en Granada, vivió luego con su familia en el barrio Los Ángeles, en Managua, donde fue alumno del Instituto Ramírez Goyena, por el que pasaron tantos jóvenes comprometidos con el futuro de Nicaragua.
Sus coetáneos recuerdan que era frecuente verlo reunido con otros compañeros y siempre apasionado por la música, hasta formar un grupo musical llamado Los Cadejos.
En 1961, el día 25 de septiembre, según consta en una certificación de un Juez de Policía de esta época, estuvo preso por alteración del orden público, mientras participaba en una manifestación popular por las calles de Managua.
A finales de los años 60, de su unión matrimonial con Miladys Mendoza nacieron dos varones. Para atender a su familia buscó trabajo en una empresa donde quiso formar un sindicato y fue corrido por sus contratantes.
Emigra a Venezuela
En 1972, como voluntario de la Cruz Roja Internacional participa en el rescate de los damnificados del terremoto y emigró a Venezuela, busca terminar su formación profesional y brindar mejores condiciones de vida a los suyos.
En 1975 se unió en Caracas junto a altos dirigentes a una célula del FSLN, dirigida por José Valdivia, su compañero de estudios en el Goyena, quien más tarde alcanzó el grado de comandante.
Después de terminar sus estudios permaneció en esa ciudad, trabajaba en una agencia de mensajería y logra culminar una carrera universitaria en Estadísticas
Aplicaba, una pasión por la música, logra encabezar con su guitarra el coro de la iglesia de Los Jardines del Valle, en Caracas, donde se gana el cariño de algunos sacerdotes católicos.
Mantuvo contacto con su familia, a la que visitó en mayo de 1978, y la vez realizó trabajos de correo estratégico en distintas ciudades del país: Jinotega, Estelí, Granada, etc.
Logró hacer contacto con Ulises Tapia, quien lo acompañó a visitas de casas de seguridad.
Para finales de mayo sale del país con rumbo desconocido a realizar labores de traslado de armas desde Costa Rica, es cuando dirigió a su padre una breve carta de despedida, que es a la vez testimonio de su compromiso con la Revolución Sandinista.
En Abril de 1978 tomó parte en una acción conjunta con integrantes del M-19, orientada a atraer la atención de la opinión pública sobre la lucha del pueblo nicaragüense.
Desvían el bus de un equipo pinolero participante de los Juegos Centroamericanos de Medellín, Hecho que terminó con la distribución de panfletos y otras acciones de propaganda.
El 7 de julio de 1978 participó en la toma de la embajada de Nicaragua en Venezuela, que condujo al apresamiento de los participantes y su encarcelamiento durante un mes en el organismo de la Dicip en Caracas.
Combatiente del Frente Sur
En el pasaporte de Armando, que llegó a manos de su familia por azar, consta su llegada a Costa Rica el 5 de agosto de 1978.
Existen testimonios de su entrada a Nicaragua y de su incorporación a las tropas de lucha y combate llevadas a cabo en el sector de Rivas, como es el caso de una foto donde es identificado junto al comandante Laureano Mairena, en el Frente Sur.
Algunos compañeros lo recuerdan cantando la Misa Campesina bajo los árboles de aquellas montañas, acompañado de su guitarra; otros por su participación en una misa que ofició el padre Gaspar García Laviana, de la que le quedó el mote de El Padrecito.
Algunos han dicho que no participaba en las bromas comunes entre los combatientes, que su espíritu solidario se puso en claro cuando ayudó a un compañero panameño cuya mochila se había atascado al cruzar una cerca de alambre, y luego de caminar más de una hora se regresó sobre sus pasos, ya que había dejado en aquel mismo lugar sus propias pertenencias y todos pensaron que lo había capturado la GN.
No se han podido precisar la fecha de su muerte en combate, ni el sitio donde descansan sus restos.
Algunos afirman que fue cerca del puente La Pita, en Sapoá, junto a otros revolucionarios.
Otros, como el comandante Valdivia, afirman que fue en la misma fecha cuando muere Ulises Colombia, héroe de gran valentía, pero no se está seguro.
¿Acaso esos detalles pueden empañar el sacrificio y la abnegación de este joven nicaragüense que supo estar a la altura de sus tiempos?
Porque los hombres dignos y comprometidos con la lucha revolucionaria de aquellos tiempos lograron grandes hazañas; entregaban lo más valioso, que fueron sus vidas por amor a Nicaragua y su pueblo.
Armando Vicente Garay, tus hijos Fabrio y David, y tus hermanos, te agradecemos por ser ahora un hombre libre, porque confiaste en el futuro y en la palabra de Dios como único camino para la vida eterna.
Honor y gloria a nuestros héroes y mártires #PatriaLibreOMorir