I
El juicio político que se tramita al presidente de la república en la Asamblea Nacional da cuenta de un momento político coyuntural, y muestra los resultados y conflictos que se han configurado en los últimos meses y semanas, tales como la ingobernabilidad e ineptitud del presidente Lasso para dirigir el Ecuador; el desastre de la seguridad y la falta de capacidad para enfrentar la ofensiva del crimen organizado que se ha desatado contra instituciones y personas, situaciones que han afectado dramáticamente la vida del Ecuador.
Estos hechos mencionados, se han combinado con un sinnúmero de denuncias de actos de corrupción de la cúpula cercana al Presidente Lasso, donde se encuentra, su cuñado, y también las denuncias de la cercanía de la cúpula presidencial con sectores del narcotráfico, como es el caso de la llamada “mafia albanesa”, que nos recuerda la investigación de los Pandora Papers, que vinculaba la fortuna de Lasso con los paraísos fiscales, y que fue ocultado y/o desmentido por el contralor encargado de ese entonces. Proceso que, por otra parte, ha dado lugar, de manera extraña y sorpresiva, al asesinato del ciudadano Rubén Cherres, persona cercana a la corrupción y narcotráfico, perteneciente al círculo gubernamental de Danilo Carrera, cuñado del presidente de la república.
En todo caso la admisibilidad otorgada por la Corte Constitucional al juicio, deja exclusivamente al delito de peculado como única causal del juicio; descarta así las otras acusaciones y denuncias que fueron formuladas por parte de los asambleístas que promovieron el juicio: del bloque de Unes (correista) y del PSC. Clara muestra de cierta parcialidad, favorable a Lasso, por parte de los integrantes de la Corte Constitucional. ¿qué se pretendía con el cometimiento de esta arbitrariedad?
II
El juicio de censura al presidente Lasso se ha iniciado en la Asamblea, en medio de un manejo confuso y anómalo, donde el asambleísta Fernando Villavicencio, presidente de la Comisión de Fiscalización, ha entorpecido el curso normal del juicio, y ha exigido a los asambleístas demandantes la llamada “singularización” del supuesto peculado; adicionalmente ha planteado la necesidad de injerencia de la Corte Constitucional para vigilar el cumplimiento de su resolución sobre el juicio. Cuestión, que según criterio de algunos constitucionalistas, es institucionalmente inadmisible.
Al mismo tiempo se ha denunciado actos de corrupción (“corruptelas”) que al parecer provienen del ejecutivo buscando neutralizar la presencia y los votos de algunos parlamentarios comprometidos con la censura y destitución de Lasso.
El Movimiento Pachacutik en efecto, ha denunciado esta corrupción. Por otro lado, la Comisión Cívica Anticorrupción (CNA) advirtió, en días pasados, de esta posible manipulación, cuando en su último comunicado hizo una advertencia para que el proceso de juicio “no se convierta –afirma la CNA- en un escenario en el cual -en la búsqueda de determinados resultados políticos- se acuda a conductas propias de la corruptela”.
Se configura entonces un conflicto y un choque de posiciones, vale decir, una determinada correlación de fuerzas: de una parte la oposición al gobierno, conformada por los bloques del UNES, el Partido Social Cristiano (PSC) y el movimiento Pachacutik que orgánicamente ha resuelto la censura y destitución del Presidente de la República.
Faltan por definirse el partido Izquierda Democrática y algunos asambleístas independientes. En este contexto el gobierno de Lasso, adicionalmente, ha recibido el beneplácito y apoyo de algunos senadores norteamericanos, que en días pasados, visitaron Carondelet para entrevistarse con el presidente.
Todo haría pensar que el juicio ingresaría en un compás de espera, e incertidumbre, respecto a la definición de la salida del presidente Lasso.
Quedan 45 días para concluir este proceso que se encuentra en la fase de definición de cargos y descargos, hasta la elaboración del informe de la comisión, antes del tratamiento en el Pleno de la Asamblea. En estas circunstancias el grupo de gobierno, encabezado por el presidente, ha generado una estrategia para recuperar la fuerza y el prestigio gubernamental.
Es más, el gobierno busca que el juicio se caiga (argot legislativo) y quede archivado antes de la revisión del pleno de la asamblea.
En consecuencia, se busca desarmar política y mediáticamente a la oposición, y evitar su censura. Con este propósito, al parecer, se ha actuado sobre la Corte constitucional y se ha hecho y se hacen gestiones- como dicen algunos denunciantes- para comprar diputados de la Asamblea, ¿será posible?
El Movimiento Pachacutik por caso, al tener que responder y representar a sus electores de las distintas localidades, y presionado por la postura de censura y destitución del movimiento social indígena, a través de la Conaie, difícilmente inclinara sus votos al gobierno. Entonces, ¿cómo hacerlo?
Es esta probabilidad la que nos lleva a una conjetura, la misma que puede surgir el momento en que camine, de manera definitiva, la censura y destitución. En este caso, pragmáticamente, Lasso y sus amigos tienen previsto lanzar la llamada “muerte cruzada”.
Maniobra para dejar pasar algunos proyectos y acciones neoliberales del plan de gobierno, que se encuentran en carpeta. Asunto que podría hacerlo durante los tres o seis meses que Lasso- según la disposición constitucional- gobernaría sin asamblea, tan solo con la autorización de la Corte Constitucional a los decretos ejecutivos emitidos por el gobierno. ¿Sera este el as que el gobierno tiene debajo de la manga?
Claro está para poder retirarse cumpliendo con algunos de los planes y compromisos neoliberales. Es más, y esta es nuestra interpretación principal, es necesario devolver la autoridad al presidente de la república y recuperar su hegemonía política para avanzar a aplicar los planes neoliberales en carpeta. El juicio y la derrota de la oposición pueden convertirse en una oportunidad.
III
Este en principio -hasta el 12 de abril- es el estado de la situación política del juicio, que evidencia por su parte la continuidad de una línea o conducta del movimiento social y Pachacutik. Así, el juicio político entonces constituye un nuevo momento opuesto a la voracidad del capitalismo financiero, y a la arbitrariedad y autoritarismo de la gestión gubernamental, alineándose con los distintos tiempos anteriores que ha representado la lucha política y social, desde el ascenso de Lasso a la presidencia de la república.
El primero se dio cuando en la segunda vuelta electoral a la presidencia de la república, el movimiento social planteó el VOTO NULO, para oponerse al neoliberalismo de Lasso, y con el propósito de evitar la adhesión de algunos sectores, que vieron en Lasso una oportunidad política, y proponían llamar a votar por él; el segundo momento se dio cuando se produjo la importante movilización del movimiento indígena, en junio de 2022, en contra del gobierno, por las demandas específicas expuestas en los 10 puntos programáticos de la CONAIE, y las organizaciones indígenas como la Feine y la Fenocin, en el marco de la construcción de la contra hegemonía, como lo fue octubre de 2019.
El tercer momento táctico lo constituyó el LLAMADO AL NO a la consulta popular propuesta por Lasso, y que llevó a coincidencias del movimiento social con sectores del espectro político, como el correismo.
Se destacó, de manera especial y crítica, la acción mediática del colectivo Montecristi Vive, que fundamentó, jurídica y políticamente, esta importante alternativa en oposición al gobierno, quien quiso utilizar tramposamente la consulta para obtener algún nivel de credibilidad.
La censura y destitución de Lasso entonces representa un acumulado político, que ha determinado la acción del movimiento social y su expresión política Pachacutik, y que hoy ha decidido, en coincidencia con los sectores de oposición a Lasso, con quienes tienen un coincidencia táctica, llamar al juicio y comprometerse – a pesar de las diferencias- a votar por su destitución.
Línea táctica, por otra parte, resuelta desde la acción y la presión de la Conaie que con coherencia e independientemente, ha decido comprometerse con la destitución del presidente, y en consecuencia, terminar con esta forma gubernamental para evitar y limitar algunas de las propuestas bancarias y/o neoliberales, presentes en el gobierno y la coyuntura.
La coherencia con este momento de acumulación política abrirá el camino, en el futuro inmediato, para la presencia de la movilización y resistencia social, así como la perspectiva institucional y legal en los próximos años. Esta la tensión y la fuerza política del movimiento social y sus organizaciones políticas.
IV
Desde aquellas posiciones que nos alineamos con la necesidad de la autonomía, así como con la disposición al combate desde abajo, sugerimos atender estas condiciones tomando en cuenta mínimas garantías de independencia y continuidad de la lucha que demanda el moviento social.
Por esto, en plan de enfrentar la nueva situación creada, se debe definir un programa mínimo de coyuntura que enfrente el resultado, de la destitución y/o la mantención de Lasso como presidente, por 3 o más meses con la muerte cruzada. Sugerimos como principales demandas:
La reforma a la seguridad social, descartando la postura neoliberal privatizadora
El cumplimiento de los principales puntos pendientes que quedaron sin resolverse en las mesas de diálogo, entre movimiento indígena y gobierno y que duraron 3 meses,
La promoción de la agricultura y la aprobación del Código Agrario
El antiestractivismo protegiendo, principalmente, las fuentes de agua,
Un mayor presupuesto a las universidades públicas que permita ampliar la oferta de carreas y tecnologías.
Un postura política clara y transparente para combatir la corrupción y el narcotráfico inserto en la acción pública del Estado
Un plan concreto de seguridad por parte del Estado, opuesto a la privatización de la seguridad ciudadana.
Sobre esta base programática debe concretarse el llamado a la unidad del movimiento social, y la apertura a un nuevo momento, de movilización y resistencia, como al electoral e institucional, en que se exprese una tendencia social y democrática, opuesta a la derecha reaccionaria, y a las posiciones populistas.
Conducta política sugerida, que debe estar atenta al desenlace del juicio político, bajo cualquiera de las formas o fórmulas que pueda darse, incluida la mantención y continuidad de Lasso, en que se resuelta su autoridad y hegemonía política para impulsar el neoliberalismo en boga, y continuar con su gestión arbitraria y autoritaria; lo que llevará a un nuevo análisis de este posible momento y balance, que dé continuidad al presente artículo.
https://rebelion.org/avateres-de-un-juicio-presidencial/