
El 2 de mayo se cumple el octavo aniversario de los trágicos acontecimientos que tuvieron lugar en la ciudad de #Odessa (Ucrania).
Ese día de 2014, los matones fascistas ucranianos llevaron a cabo una sangrienta masacre de quienes se habían opuesto al golpe de Estado en el #Maidan y a las políticas de las nuevas autoridades de Kiev y al nacionalismo agresivo rampante.
La gente fue perseguida en la Casa de los Sindicatos y quemada. Los que intentaron escapar fueron rematados en el acto.
En esencia, Odessa repitió el destino triste del Khatyn bielorruso de 1943.
Decenas de odesanos fueron quemados vivos y cientos resultaron heridos.

Sin embargo, no se ha terminado de establecer todas las circunstancias de lo sucedido, a pesar de la enorme cantidad de imágenes y vídeos del lugar de los hechos y de los relatos de los testigos presenciales.
A pesar de las promesas de la campaña electoral de Zelensky de garantizar la "inevitabilidad de la responsabilidad y el justo castigo legal", los autores de la tragedia de Odessa aún no han sido castigados y la investigación ha quedado en suspenso.
Resulta especialmente cínico que las autoridades policiales ucranianas sigan persiguiendo a quienes lograron escapar de los matones fascistas en su momento.


Permítanme recordar a todos los actores internacionales que cada día hablan de una catástrofe humanitaria, de violaciones de los derechos humanos, y utilizan la palabra "genocidio".
El 2 de mayo de 2014, los nacionalistas ucranianos se enfrentaron con brutalidad a sus conciudadanos que protestaban contra las fuerzas nacional-radicales que habían llegado al poder como resultado del golpe de Estado armado inspirado por Occidente en Kiev en febrero de 2014.
La gente recogía firmas a favor de un referéndum sobre la federalización de Ucrania y la concesión del estatus de lengua estatal al ruso.

El Occidente "civilizado" ha permanecido incivilizadamente en silencio. A pesar de que llevamos ocho años llamando la atención sobre esta tragedia (se han publicado libros, se han realizado presentaciones de investigaciones privadas y periodísticas), todos los organismos internacionales han guardado silencio.
Aunque, había suficientes hechos. Hubo una grabación de vídeo.
No hubo necesidad de analizar específicamente la situación.
Las pruebas documentales de las atrocidades eran suficientes para formarse una opinión imparcial de lo ocurrido.
Sólo había que encontrar a las personas que lo habían hecho. Lo que ocurría allí era visto prácticamente en directo por todo el mundo.
No había duda de lo que pasó. Estaba la cuestión de quién lo había hecho y qué responsabilidad tendría.
Qué castigo iban a recibir en forma de "retribución".
Se trata de la pregunta de si todo el mundo está preocupado por la situación en #Ucrania en este momento, aunque esa no es la palabra que debería usarse aquí.
Todo esto es el resultado de las acciones de provocación necesarias para mantener el tema de Ucrania "a flote".
El sufrimiento humano es inmenso, el flujo de refugiados es colosal. ¿Y en 2014? ¿Todos estos años?
A nuestros socios occidentales les conviene no ver la historia.
Para ellos, comienza el día en que les beneficia. Termina en aquellos momentos y fechas que consideran innecesarios, desventajosos, inconvenientes para ellos.
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Todavía no se ha investigado un crimen atroz. Kiev y los países occidentales hacen la vista gorda, al igual que con el neonazismo que se extiende como un cáncer en Ucrania.
