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Colombia: ¿Qué pretende clérigo jesuita Francisco de Roux?


Imagen de portada: “Masacre del 16 de mayo en Barrancabermeja: 21 años de resistencia y dignidad contra el olvido”. Fuente: Vanguardia (1605-19). Tomada de elsalmon.com.co

Gustavo Castellanos V, un columnista del portal las 2 orillas.co, describiendo el primer debate público de candidatos presidenciales ocurrido este 25.01.2022, muestra la pobreza intelectual y los lugares comunes a los que la “policrisis” o crisis múltiple generalizada de miseria; de espantosa desigualdad social; de represión indiscriminada del terror del Estado; del masacramiento de la protesta social; de los genocidios y mortandades gota a gota de líderes sociales y guerrilleros reinsertados, etc; en la que se debate la sociedad colombiana con su conflicto interno reciclado, y las repercusiones en lo que se supone debe ser la concepción racional y “politica” de toda esta situación entre quienes aspiran a gobernar la “democracia” (genocida) de Colombia en los próximos cuatro años, refleja su entendible hartazgo así:

…” Mucho discurso de paz, de no más muertos, no nos matemos más, no nos odiemos más, sin embargo, todo en un anfiteatro y una puesta en escena de expresiones agresivas, posturas soberbias de sabelotodo; las palabras como sentencias, el rostro tenso, esos ojos fuera de sus cuencas sobre papadas a estallar; cada uno y cada una con esa tendencia manida de autoproclamarse más víctima que el otro, igual que la desorientación teatral de los Seis personajes en busca de autor, aquella obra sobre la ridiculez y el vacío, esa maravillosa tragicomedia de Pirandello.

Los planteamientos, las ideas, las propuestas, muy escasos. En su mayoría todos describen este país que aspiran a gobernar, como lo haría cualquier administrador de una propiedad horizontal (solo líos), o con el aburrimiento de un secretario o un copista que reescribe un expediente necrológico de juzgado.

Que está plagado de rateros, de asesinos, de guerras, de bandas, de corruptos, defraudadores, evasores de impuestos, de pocos ricos y muchos pobres, de curas, impunidad, de dolor, de rabia, de políticos, de clientelas, de adhesiones, de componendas, de culpas no pagadas, de promesas fallidas, de paramilitares, de narcos, de desigualdades inicuas, de desempleo, de jóvenes sin oportunidades, de incumplimientos gubernamentales, lo sabemos de memoria, lo escribimos, lo leemos y lo mascullamos todos los días. 



También somos conscientes de haber oído que lo mejor es su gente, que los colombianos son felices en la adversidad, que es maravillosa la diversidad, la alegría, el paisaje, los climas, la riqueza de la tierra y aquellas frases incluyentes de no toleraremos, acabaremos con, volaremos a, combatiremos a, haremos la reforma de, seremos tal, nunca más veremos…, todo eso que se afirma en campaña como ruido, esa aspiración desde la partida poco creíble, el lugar “usado y pobre”.

Se sabe que hoy la política no es el campo del poder y la libertad, el arte de gobernar, la resolución de los disensos, mucho menos el espacio de la legitimidad integral, el liderazgo o el carisma, sino un ejercicio de administración de coyunturas doblegadas a las aspiraciones de la economía que no son otra cosa que las aspiraciones de grupos económicos locales o globales (ejemplos casi todos). Mejor que el inolvidable Galeano es difícil decirlo: ya llegará la hora en la que los banqueros se dejen de intermediarios y pasen a gobernar ellos mismos…” (1)

Germán Ayala Osorio, columnista del portal el unicornio.co, llega a una conclusión un tanto semejante y comunica su crítica así:

……” Quiero ver a esos mismos candidatos cuando a sus campañas lleguen los emisarios de los tradicionales mecenas que patrocinan campañas en Colombia, sostener esa propuesta de ajuste tributario. Muy seguramente se quedará en simples propuestas, para aquellos que acepten los millonarios aportes, por ejemplo, del banquero Sarmiento Angulo. 

En cuanto a aquellos que en lugar de contestar la pregunta dijeron que la “mejor reforma tributaria es sacar a los ladrones del gobierno” o combatir la corrupción, claramente buscan agradar a sus potenciales patrocinadores.

Por más vociferantes que quieran presentarse ante la opinión pública, al final todos saben que detrás hay un régimen de poder al que de muchas maneras deberán rendir pleitesía y guardar distancia, por lo peligroso e inconveniente que sería ir en contravía de ese aparato de poder que se alimenta, justamente, de la inmoralidad o mejor, de la doble moral, con la que los colombianos lidiamos y actuamos en escenarios públicos y privados. 

Todos saben que los partidos políticos y el Congreso fungen como lubricantes de ese aparato de poder que no solo es eterno, sino que se ajusta al talante moral y a la ética de la clase dirigente y empresarial de Colombia. 

El comportamiento en ese mismo sentido de las grandes mayorías, es consecuencia del ethos mafioso que los miembros de esa élite, naturalizaron en este país…. La pregunta del millón es: ¿se puede gobernar en Colombia sin mafias?

La respuesta parece ser un NO rotundo. Y se explica esa circunstancia porque todos buscan asegurar el futuro de sus familias y dar rienda suelta a su afán por ganarse un lugar en la historia política de Colombia. La finitud es, quizás, la circunstancia que mejor explique el egoísmo y la perversidad de la condición humana, cuando en esta confluyen la inmoralidad, la ética acomodaticia y la defensa a ultranza del capitalismo salvaje.

Sobre el nuevo contrato social que propone Petro, hay que decir que suena a “borrón y cuenta nueva”, lo cual podría convertirse en la mejor palanca para sacudirnos de la tramposa inercia administrativa del régimen de poder.

Si de verdad el candidato de la Colombia Humana cree que es posible cambiar las lógicas y las dinámicas del poder en Colombia, debería sentarse a conversar con Sarmiento Angulo, los Gilinski y los Santodomingo, para ver si ceden en algo en sus mezquindades y comprenden que llevamos 200 años no tratando de consolidar un Estado al servicio de todos, sino un régimen mafioso y criminal al servicio de unos pocos” … Ver (2)

Bueno, es un intento crítico serio, hay que reconocerlo, por elevar el nivel intelectual del debate “político” en “el país del sagrado corazón”, que por lo menos intenta superar la desinformación y cerco mediático, la bilis, el amarillismo, la alienación sexual barata de artistas porno rellenas de silicona o de liendres miserables enriquecidas como modelo para la juventud, que hace la gran prensa adicta al Poder o falsimedia mediática oficial.

En medio de este remolino alienante de babas, y aprovechando el “púlpito político” en que se ha convertido la costosísima “Comisión de la Verdad” ( Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición en Colombia creada en el Acuerdo Santos.-Timochenko 2016) , aparece, calculadamente, su presidente, el fluido sacerdote Jesuita Francisco de Roux, de reconocida influencia y poder en el país, para aportar sus personales y controvertidos conceptos sobre el Poder y la paz en Colombia, en el foro “Colombia2022” convocado por la misma revista (adicta al Mini Führer Uribe Vélez).

“Servidor de la comunidad”, como lo ha mostrado a lo largo de su carrera eclesiástica, el padre de Roux, quien por razón de ser el Prior de la comunidad jesuítica de Colombia que goza de gran respeto y consideración (comunidad fundada en 1534 por Francisco de Loyola con el único fin de servir de sostén a su santidad el Papa de Roma) y por lo tanto, quien debe estar bien informado sobre la terrible Crisis moral y de legitimidad que bate el cortinaje y los entretelones del Palacio Vaticano, sacudido por los dolorosos descubrimientos que se han venido haciendo en Europa y sobre todo en la Curia Alemana, sobre los espantosos y prolongados abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos en niños menores de edad indefensos, que fueron cohonestados por el “Papa emérito” Benedicto XVI . 

Ver información objetiva oficial: («Conmoción y vergüenza» en la Iglesia tras informe de abusos sexuales https://www.dw.com/es/conmoci%C3%B3n-y-verg%C3%BCenza-en-la-iglesia-tras-informe-de-abusos-sexuales/a-60501875)

Y que ha sumido a la Iglesia vaticana con su Curia, en una profunda crisis de legitimidad, legalidad y moralidad (aclaro, no a la religión) y, llevado a la feligresía católica y religiosa consternada e indignada a pedir prácticamente la disolución de ese cuerpo del delito burocrático, con tantos siglos de duración.

En lugar de utilizar su “capacidad sacerdotal de servicio a la comunidad” para ayudar a los innumerables niños víctimas de estos abusos sexuales (que los debe haber por montones ) en Colombia, en donde la Iglesia Católica desde la conquista y la colonización fue la empuñadura de la espada, y posteriormente, desde los inicios de la República se constituyó en un partido político regresivo y autoritario dirigido desde el Vaticano, y luego en 1887, legalizó su estatus político-administrativo mediante un Concordato Internacional suscrito entre dos Estados sujetos de derecho Internacional.

Y en donde, como era de esperarse, esta importante noticia y el debate subsiguiente, no han tenido el más mínimo comentario, ni en los medios de comunicación adictos del régimen, ni en las organizaciones religiosas de la llamada Sociedad Civil controladas por la Iglesia, ni menos en la feligresía católica mayoritaria en el País que permanece pasmada asistiendo a debates insulsos y desabridos como el que arriba referenciamos, pero sobre todo, inmersa en la alienación inmediatista de las esperanzas para mañana de un “remolino electorero sin salida” y en la violencia absurda de un conflicto interno reciclado, que parece seguir la vieja tradición guerrillera de despedir al cebado “Pelele gobernante”, con salvas de artillería.

Pues bien, en lugar de liderar un debate ético-moral y religioso de hondas repercusiones humanas, el sacerdote De Roux, fiel a su clasismo familiar y a su vieja idea traída de los nazis argentinos de imponer en Colombia como “verdad oficial” el cuento de los dos demonios culpables de nuestra guerra, mediante el informe de la comisión de la verdad que preside, y que expliqué en su momento. (Ver https://rebelion.org/a-que-le-teme-el-cura-de-roux/ )

Prefiere comenzar el Foro mencionado Ver (3), ofreciéndole otro ramo de olivo más lleno de aceitunas al que le ofrendó en la finca del Ralito al gran ordenador y decisor electoral, el miniführer AUV, pero esta vez dando una extraña versión, bastante idealista, sobre la paz en Colombia y (“ego te absolvo a peccatis tuis”) , exculparlo de sus vínculos criminales probados:

…..“Aquí nos ha hecho falta en liderazgo en este país, que sea capaz de levantar la paz a nivel nacional, a la paz grande, a la paz que este país necesita capaz de convocar al empresariado, a los partidos políticos, a personas del Chocó, de la Costa, a los medios, a la academia, las universidades, para decir que la paz que hay que hacer es en serio. Había que coger los acuerdos de la paz y superarlos, por supuesto. Y había que meter a todos los grupos que están en el conflicto” …

Pero sobre todo (mirando hacia los lados a sus acompañantes) retorcer la Historia de Colombia:

….”De Roux señaló que a comienzos del milenio las Farc estuvieron a punto de ganar las elecciones: “No había partes dispuestas a aceptar derrota. Se jugó a todo (con la paz). Y hay que decirlo, Álvaro Uribe desmontó el paramilitarismo. Eso hay que decirlo también, lo hizo con el acuerdo de Ralito”…..

Es muy deprimente leer una tergiversación tan burda e impactante y una mentira tan irritante, vejatoria y provocadora para los millones de víctimas del conflicto interno colombiano, y sobre todo para las víctimas del genocidio del terror del Estado, viniendo de quien se supone preside las jerarquías no solo religiosas sino la moralidad y la ética de una Comisión Oficial de la Verdad en Colombia, como la que dirige el sacerdote de Roux.

¿Cuándo exactamente, dónde, cómo y quién lo ha documentado, las FARC estuvieron a punto de ganar las elecciones en Colombia?

¿Cómo se atreve el sacerdote de Roux, contradiciendo toda evidencia empírica y factual, a afirmar que Uribe Vélez desmontó el narco paramilitarismo?

¿Acaso no está enterado el sacerdote de la orden de captura de INTERPOL contra el comisionado de Paz de AUV Luis Carlos Restrepo, gran gestor del Acuerdo de Ralito por el delito de falsas desmovilizaciones? Ver (4)

¿Por qué el sacerdote retuerce intencionalmente los hechos históricos realmente ocurridos?, como lo explica de este 28 de enero/22, Gearóid Ó Loingsigh, columnista del portal “el salmon.com.co” en su réplica titulada “De Roux y la liberación paramilitar” Ver (5)

¿Por qué desestima o desconoce adrede, las declaraciones de los principales “Capos” narco-paramilitares, y las evidencias probatorias acumuladas en los procesos judiciales sobre la llamada “Para-Politica”, donde se trató el tema de las falsas desmovilizaciones de los paramilitares?.

¿Cuál es su interés de fondo?

Hombre. Son muchas las preguntas y pocas las respuestas que surgen con esa desdichada intervención del sacerdote De Roux en este mentado Foro Colombia 2022 de la revista uribista de Semana.

Si realmente el sacerdote desea no enfrentar la oscura y densa Crisis que atormenta a la jerarquía Vaticana y aún más a la feligresía católica que sigue confiando en la misericordia de Jesucristo, y en cambio usar su inmensa capacidad de servicio y su Influencia (entendida esta como poder) haciendo politiquería en Colombia, entonces por lo menos debiera ser más honesto, más ético, más sincero, menos FAKE y por sobre todo más respetuoso con las víctimas del prolongado conflicto colombiano, para que esa politiquería sea asumida de manera INDIVIDUAL y no desde la presidencia de una Institución creada para reivindicar a los millones de víctimas del pavoroso conflicto interno colombiano que parece no tener fin.

Notas






https://rebelion.org/que-pretende-el-cura-de-roux/

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