En 1983, el presidente republicano Ronald Reagan dio origen a la Fundación Nacional para la Democracia, conocida por su sigla en inglés NED (National Endowment for Democracy).
Desde sus inicios, este organismo, junto a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), ha funcionado como uno de los brazos económicos de la política injerencista del Gobierno de Estados Unidos, financiando organizaciones no gubernamentales (ONG) y fundaciones, que se disfrazan con nombres de valores muy loables como democracia o libertad, pero que persiguen el cambio de los gobiernos que no se subordinen a las políticas de Washington.
Esas políticas injerencistas se han desarrollado en muchos países del mundo, en especial en aquellos que se encuentran en lo que Estados Unidos considera su patio trasero: América Latina y el Caribe.
Según se detalla en la propia web de la NED, en 2020, el programa LAC de la National Endowment for Democracy brindó un apoyo fundamental para promover supuestamente la democracia en los países bajo lo que ellos consideran los regímenes más autoritarios: Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En su opinión, dos países en transición, Ecuador y Bolivia, ofrecieron importantes oportunidades para revertir la anterior legislación «autoritaria» sobre libertad de expresión e independencia judicial, y para fomentar la participación ciudadana en los procesos electorales.
Reportan que ampliaron lo que ellos consideran los programas anticorrupción, de medios digitales y de derechos humanos, así como la NED reafirmó compromisos con los países más grandes de la región: Brasil y México, que para ellos actualmente enfrentan las amenazas de gobiernos populistas de derecha e izquierda, respectivamente.
Como se puede apreciar, desde el organismo se tilda de «regímenes más autoritarios» a los de Cuba, Nicaragua y Venezuela, países que fueron abiertamente agredidos a través de la red de fundaciones y de ONG que tiene esta entidad, y difamados desde los medios de comunicación que también son financiados a través de estas organizaciones o de otras similares.
En la web de la NED también se informa que, el 30 de noviembre de 2018, se realizó un encuentro en el que participaron el senador demócrata, Robert «Bob» Menéndez, y la integrante republicana de la Cámara de Representantes, Ileana Ros-Lehtinen, dos reconocidos activistas contra los procesos populares de la región y con vínculos con los sectores más reaccionarios de la emigración cubana radicada en Miami.
Junto a ellos, estuvieron en esa actividad el presidente de la NED, Carl Gershman, y el administrador de la Usaid, Emb. Mark Green, con el objetivo de promover supuestos líderes en Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Gershman aprovechó la oportunidad para agradecer a la congresista Ros-Lehtinen su inquebrantable apoyo al trabajo de los activistas «democráticos» de todo el mundo, y le entregó una impresión enmarcada de la Diosa de la Democracia, construida en la Plaza de Tiananmén en China, hace casi 30 años.
Más tarde, la directora sénior de la NED para América Latina y el Caribe, Miriam Kornblith, participó en un panel con activistas de Venezuela y Cuba.
Luego se agrega que «este evento reunió a agencias de desarrollo y a legisladores de EEUU con “líderes democráticos” de Cuba, Nicaragua y Venezuela».
Cuba en la mira
Desde el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959, Estados Unidos ha buscado por todas las vías forzar un cambio de gobierno en la Isla.
El criminal bloqueo económico, comercial y financiero que de forma ilegal y unilateral Washington mantiene contra Cuba, y que ha sido rechazado por la gran mayoría de la comunidad internacional en 29 votaciones en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es, sin dudas, el ejemplo más concreto de esa agresión sistemática que el Gobierno estadounidense mantiene contra nuestro pueblo.
Los impulsores del bloqueo han confesado en más de una oportunidad que esa serie de medidas tiene como fin asfixiar al pueblo cubano, provocar caos y así generar un cambio de gobierno y de sistema político.
Durante los años de la pandemia, 2020 y 2021, la administración estadounidense (primero con la conducción de Donald Trump y ahora con Joe Biden) profundizó el bloqueo con nuevas medidas. Se impidió la entrada de medicamentos, de respiradores, de combustible y de recursos económicos para enfrentar la crisis provocada por la covid-19.
En ese marco, se fomentaron protestas para desestabilizar al Gobierno e intentar así darle a la Isla el golpe final (un nuevo intento fallido que generó malestar y sufrimiento en el pueblo cubano, pero que no logró doblegarlo).
En el capítulo dedicado a Cuba en la propia web de la NED, se muestra la lista de los recursos que, durante el año 2020, ese organismo ha destinado a promover la desestabilización.
Según los datos difundidos por la NED, durante ese año se invirtieron más de cinco millones de dólares (5 077 788) con ese propósito, a los que hay que sumarles los recursos aportados a las ONG y fundaciones que no aparecen en el capítulo de Cuba, pero que actúan contra la Isla y, también, agregarles los fondos canalizados a través de la Usaid y de otras organizaciones similares.
Reproducimos la larga lista que la NED publicó el 23 de febrero de 2021, en su sitio web, en el que detallan las ONG y fundaciones que recibieron dinero para intervenir en Cuba durante 2020 (con cifras que van desde los 20.000 a los 650.000 dólares).
Plataforma Internacional de Derechos Humanos en Cuba (para las relaciones ue-Cuba): $87.253
Cubalex (para denuncias de violaciones de DDHH): $150.000
Fundación Cartel Urbano (para convertir a artistas de hip hop en líderes): $110.000
Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (para reducir la Violencia de género): $ 500.000
Libertad de información (para nuevas formas de informar): $80.000
Editorial Hypermedia Inc.: $93.941
Centro Latinoamericano para la No violencia: $48.597
Instituto de Comunicación y Desarrollo: $79.300
Transparencia Electoral: $74.945
Investigación e Innovación Factual a.c. (para redes regionales de medios): $ 74.000
Observatorio Cubano de Derechos Humanos: $150.000
Libertad de información (para cobertura deportiva): $50. 000
Agora Cuba Inc. (para información): $75.860
Asociación Diario de Cuba: $215.000
Libertad de información: $72.000
Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, Inc.: $126.000
Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa: $146. 360
Libertad de información (medios periodísticos): $56.500
Cultura Democrática (para las artes): $49.106
Libertad de información (atención a periodistas y blogueros): $33.180
Dirección Democrática Cubana (sociedad civil): $650.000
Ideas y valores democráticos (para poblaciones marginales): $23.500
Libertad de información (para medios independientes): $75.000
Rendición de cuentas y gobernanza: $120.267
Promoción del uso de datos en el periodismo en Cuba: $91.319
Gobierno y Análisis Político a.c.: $115. 000
Asociación Civil Cronos (para la innovación en el periodismo): $80.000
Libertad de información (trabajo en redes sociales): $50.000
Instituto Interamericano de Derechos Humanos: $95.000
Libertad de información (pensamiento crítico): $99.980
Centro para la empresa privada internacional: $309.766
Instituto Prensa y Sociedad: $70.523
Fundación Espacio Público (medios independientes): $108.000
People in Need Slovakia (para la sociedad civil): $60.000
Clovek contra tisni, o.p.s. (para medios periodísticos): $150.882
Instituto Político para la Libertad: $85.000
Arlenica, Arte, Lenguaje e Investigación para el Cambio Social, un Suplemento: $11.940
Centro por una Cuba Libre (para derechos humanos): $80.000
Instituto de Informes sobre la Guerra y la Paz (iwpr): $145.230
Grupo Internacional para la Responsabilidad Social Corporativa en Cuba (apoyo a los sindicatos independientes, los trabajadores autónomos y los derechos laborales): $230.000
Vista Larga Foundation Corp (para escritores y artistas): $83.000
Ideas y valores democráticos (para la intervención en diversos sectores): $71.339
Tomado de Granma / Imagen de portada: Lacoste.
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