
Por sus propias características, la monarquía es una institución antidemocrática que viene a la clase dominante y a la derecha como anillo al dedo.
Qué se herede sin más elección, que se mantengan los privilegios de su entorno y la clase dominante, que se le exima de cualquier responsabilidad penal amparándose en la propia Constitución, y que defienda con empeño el capitalismo, la religión católica y el Régimen del 78, convierte al rey en el portavoz perfecto de la reacción.
Horas después del previsible, aburrido y mediocre discurso navideño donde faltaron alusiones a su corrupto padre, a la precariedad, al paro, a las colas del hambre y el precio de la luz, y donde prolongó el silencio sobre el apoyo que dio a la represión en Catalunya, la derecha (en todos sus pelajes) sale a alabar sus dichos con notas de prensa y tuiters que parecen escritos hace diez años.
Un teatro con un guión repetido que rezuma el temor a que la Corona esté más tocada de lo que ellos mismos creen y con toda una generación preguntándose reyes para qué.
https://insurgente.org/un-rey-para-la-derecha/