Desde el año 2020 varios sacerdotes cubanos y algunos diáconos, desde sus púlpitos incitan a sus feligreses a pronunciarse violentamente en las calles contra el Estado cubano, utilizando la situación económica que aún se vive ante las escases económicas que ha causado la pandemia Covid-19, y el Bloqueo criminal y asesino impuesto por el Gobierno de EE.UU.
Emplean además supuestas violaciones de derechos humanos, para justificar sus vergonzosas posiciones en contra del gobierno de Cuba, a sabiendas que estas no existen.
¿Pero qué se puede esperar de los que sin ruborizarse asumen el papel de Judas Iscariotes traicionando a su fe y al pueblo?
Esas posiciones mantenidas por estos clérigos desde finales del pasado año e incrementadas en los últimos meses, con mayor énfasis a partir de los disturbios del 11 de julio, han llegado a la desvergüenza de apoyar a quienes cometieron actos vandálicos en esos hechos, asumiendo un papel subversivo en el complejo escenario interno de Cuba, signado por una difícil situación económica con fuerte impacto sobre la población.
Con sus conductas traicionan no solo los preceptos de su fe religiosa, sino también la confianza del Santo Padre, al alejarse de la doctrina de la Iglesia Católica y de los llamados de paz y evitación de la confrontación del Papa Francisco.
Nos referimos a Jorge Luis Pérez Soto, párroco de la iglesia San Francisco de Paula, del municipio de Diez de Octubre, en La Habana, Laureano Hernández Sasso, Alberto Reyes Pías, cura en el municipio de Esmeralda, en Camagüey, Castor Álvarez Devesa y Fernando Galves Luis, ambos igual de Camagüey, Roque Nelvis Morales Fonseca de Holguín, Rubén Orlando Leyva Pupo, quien Oficia en Santiago de las Vegas, David Pantaleón, los jesuitas Danny Roque y Eduardo Llorens Núñez, con marcados actos de incitación a la violencia en sus homilías; sermones reconocidos en un debate on line por terroristas como Teófilo Babúm.
También el sacerdote José Conrado Rodríguez Alegre, servil de la mafia terrorista de Miami, escribió el libro subversivo “Resistencia y sumisión en Cuba: El fenómeno de la disidencia en los países totalitarios”, y ha participado en acciones provocativas de la contrarrevolución; de igual manera el laico Dagoberto Valdés Fernández, colaborador de la CIA, escribe artículos subversivos en espacios de comunicación de la Iglesia Católica.
Por otra parte, el pasado año firmaron un mensaje de navidad los once Obispos de Cuba y el Cardenal Juan de la Caridad García Rodríguez, a tono con la estrategia enemiga para promover un cambio de sistema en Cuba, un tanto parecido al año 2018 en el que Álvarez Devesa, Rodríguez Alegre y Morales Fonseca, dirigieron una carta al General de Ejército Raúl Castro Ruz, solicitando elecciones libres.
Estos en el 2017 habían oficiado una misa en la casa de la mercenaria del imperio, Berta Soler.
García Rodríguez, recibió en la Arquidiócesis de La Habana, al tío del contrarrevolucionario Denis Solís, estando este sancionado a ocho meses de cárcel por desacato a la autoridad, quien fue el ente utilizado por el igualmente contrarrevolucionario Luis Manuel Otero Alcántara para desarrollar actos provocativos con el llamado Movimiento San Isidro, como la falsa huelga de hambre en noviembre de 2021.
El encuentro fue facilitado por el sacerdote Kenny Fernández, párroco de la Iglesia de Madruga, provincia Mayabeque. A la par que Dionisio García, Arzobispo de Santiago de Cuba, visitó al contrarrevolucionario José Daniel Ferrer, donde este protagonizaba otro show mediático en apoyo al Movimiento San Isidro.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba se pronunció rápidamente a través de un comunicado en relación a los hechos del 11 de julio de 2021, defendiendo el derecho a “manifestarse” y en contra de supuestas medidas del gobierno cubano que afectan a la población. Y los curas Eduardo Llorens, de la Arquidiócesis de La Habana y Reyes Pias, reavivaron publicaciones en las redes sociales llamando a la desobediencia civil.
En tanto que el Vaticano ha sido blanco de ataques mediáticos y presiones por parte de contrarrevolucionarios radicados en el exterior, como Alexander Otaola Casal, por las sanciones a las que fue sometido ante sus provocaciones del pasado 24 de octubre en las inmediaciones de esta sede, y el propio Papa Francisco ha sido criticado por los congresistas Maria Elvira Salazar, Mario Díaz-Balart y Carlos Jiménez por su posición respecto a Cuba, así como presionan a la iglesia católica para que se pronuncie contra la Revolución cubana..
Todos los sacerdotes mencionados cuentan con un amplio dossier donde se reflejan sus servicios en interés del Gobierno de EE.UU. por derrocar la Revolución cubana utilizando métodos violentos, ahora, más cerca del 15 de noviembre y la pretendida marcha ilegal promovida por el “archiconocido” Yunior García Aguilera, y en apoyo a estos propósitos, tratan de dar una imagen de pacifistas y hacer aparecer como violento al Estado cubano y sus instituciones del Orden Interno; entidades integradas por el pueblo.
Tratar de neutralizar la respuesta del pueblo, confundir, engañar, y lograr sus fines de ganar espacios públicos para crear el caos, el desorden, como mandan los manuales del Golpe Blando, en función de demandar el restablecimiento de una sociedad capitalista en el país.
En ese sentido, el 11 de noviembre los Obispos Católicos de Cuba firmaron un mensaje solapado que encubre a quienes pretenden subvertir el orden y la tranquilidad a través de una supuesta marcha pacífica, para lograr un cambio de sistema:
…” todo cubano debería poder expresar y compartir libremente y con respeto, sus opiniones personales, su pensamiento o sus convicciones, incluso cuando disienta de la mayoría”… …” La violencia contradice la voluntad de Dios, pues Cristo ha asegurado: “Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt. 5,9)”… …”Cualquier acto de violencia entre nosotros, ya sea física, verbal o sicológica, hiere gravemente el alma de la nación cubana y contribuye todavía más al pesar, al sufrimiento y a la tristeza de nuestras familias”…
En el mismo desconocen los impactos negativos en la población cubana del Bloqueo y la pandemia, así como los esfuerzos del Estado cubano por palear tal situación, y claman indulgencia para quienes cometieron vandalismo, amenazaron, y agredieron a militares y civiles el 11 de julio:
…”Pensamos que hace falta implementar mecanismos donde, sin temor a intimidación y represalias, toda persona pueda ser escuchada y se encaucen las insatisfacciones ante las duras realidades cotidianas que agobian a tantos, especialmente a los más empobrecidos y vulnerables”… …”Es imprescindible la implementación de los cambios necesarios, tan largamente deseados, que favorezcan una vida digna y feliz para todos los hijos, aquí, en esta tierra nuestra”… …”¡Cuánto agradecerían tantas familias cubanas y la misma Iglesia, y cuánto disminuiría la tensión social, si hubiese un gesto de indulgencia para los que aún permanecen detenidos por los acontecimientos del pasado verano!”…
A la par, los sacerdotes Alberto Martín Sánchez, Castor Álvarez Devesa, Alberto Reyes Pías, Rolando Montes de Oca Valero, Lester Zayas Díaz, Jorge Luis Pérez Soto, Jorge Luis Gil Orta, Fernando Gálvez Luis, Kenny Fernández Delgado, Ramón Rivas, Danny Roque Gavilla, José Conrado Rodríguez Alegre y el diácono Maybgl Gómez Hernández, firmaron una carta dirigida a las autoridades civiles y militares, miembros de la Policía Nacional Revolucionaria, miembros de la Seguridad del Estado, y a …”todos aquellos que en estos días han sido convocados para reprimir la marcha ciudadana del 15 de noviembre”… en la que de manera hipócrita piden “justicia, libertad y paz”, y manipulan los acontecimientos refiriendo que muchos de los manifestantes del 11 de julio …”fueron golpeados, detenidos, denigrados. Muchos están siendo juzgados y condenados duramente sin haber hecho el mal”…
Igual tratan de hacer ver al Estado como violento: …”En estos momentos el gobierno está haciendo lo imposible para que la población desista de la manifestación pacífica programada para el 15 de noviembre. Hay un llamado masivo al enfrentamiento violento.
Hay citaciones y advertencias a muchas personas que han expresado su adhesión a esta convocatoria.
Y no estamos de acuerdo con eso, no queremos violencia, rechazamos la orden de combate, los palos entregados en los centros de trabajo, las convocatorias a “ejercicios de defensa”…
…”No golpees a los manifestantes porque tanto ustedes como ellos viven entre tanta escasez y miseria. No los calumnies como mercenarios, porque tanto ustedes como ellos tienen padres, madres, amigos, conocidos, que lo dieron todo por un ideal y que hoy no tienen nada.
No les impidas marchar pacíficamente porque tanto ustedes como ellos quieren vivir sin miedo a decir lo que piensan, sin miedo a ser vigilados, sin miedo a “caer en desgracia”.
No arrestes a ningún cubano por expresarse en paz, por soñar, por sentirse con derecho a vivir en una Cuba de todos, por sentirse con derecho a participar en su construcción”….…»a ti que sientes la tentación de responder con violencia a la violencia»…
Casi al unísono con las referidas publicaciones, aflora un video en el sitio subversivo “Aéropago Cubano: Pensamiento Social de Inspiración Cristiana” donde aparecen haciendo similar llamado a no actuar a las fuerzas de la Seguridad y el Orden Interior, los clérigos Pérez Soto, Rolando Montes de Oca, Kenny Fernández, Lester Rafael Zayas Díaz, Jorge Luis Gil, Reyes Pias, y el diacono Maykel.
Este último da a entender que llama represión y violencia a las capturas realizadas por tropas especiales del Minint a varios de los vándalos de los sucesos de 11 de Julio que se resistieron a la detención, y se contradice al reconocer los actos de violencia en que incurrieron al saquear violentamente tiendas, dañar autos policiales, del PCC, Gobierno, agredir a militares y civiles, como se refleja en el video, cuando siempre han defendido el criterio de que fueron manifestantes pacíficos.
Nada, que aunque se vistan de pacifistas sus almas están forjadas con sentimientos violentos. Han cambiado sus sotanas por las ropas infames de defensores de los que odian y no fundan.
Por: Manuel Moya Blanco
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