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El concepto de “Derechos Humanos” que luego de ser promulgado en 1948 por la naciente Organización de Naciones Unidas ( Declaración Universal de los Derechos Humanos) es muy claro e inequívoco, pero…ha sido también manipulado por las élites del poder del capitalismo global.
Y los nicaragüenses sufrimos en carne propia la manipulación de ese conjunto de preceptos altruistas y filantrópicos que fueron pensados para garantizar la convivencia, la paz, el desarrollo y la libertad de los seres humanos.
El capitalismo con su enorme poder económico e ideológico ha corrompido incluso a las Organizaciones Internacionales llamadas a velar por los Derechos Humanos, prestándose (o alquilándose) para convertirlos en armas políticas de desestabilización de gobiernos desafectos de los yanquis y el poder del Sistema.
Pese a todo, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, encabezado por el Comandante Daniel continua mostrando al mundo el verdadero concepto -llevado a la práctica- de Derechos Humanos.
Y para muestra tomemos como ejemplo la política energética: Noventa y nueve por ciento de cobertura eléctrica nacional alcanzado; cambio sustancial en la matriz de generación eléctrica que al día de hoy llega a setenta por ciento de generación a base de recursos renovables y vamos por más.
Cuidar la economía del país y la “economía chiquita”, la de cada hogar nicaragüense es prioridad para el sandinismo y eso quedó demostrado ayer con el importantísimo anuncio oficial de la suspensión de las alzas del precio de los derivados del petróleo (gasolina, diésel y gas licuado), independientemente del volátil comportamiento del mercado de hidrocarburos a nivel internacional.
A propósito de esto, acá les dejó un artículo que escribí hace algunos años y que hoy más que nunca tiene vigencia.
¿DERECHOS HUMANOS?
El teléfono celular de la mujer sonó en la pequeña y ahumada cocina de la finca, su semblante palideció y gesticulando y gritando a sus hijos corrió, loma abajo, al gran potrero del rio.
Al rato sus chavalos aparecieron cargando a un hombre que sangraba de la cabeza, la cual lavaron en el grifo de agua potable del patio.
La señora campesina encendió la luz del oscuro aposento para buscar un trapo y usarlo como venda, pues la herida de su esposo era profunda. La rama carcomida por el comején del viejo guapinol cayó sobre el desdichado sin darle tiempo a esquivarla, ahora había que correr para salvar la vida.
Salieron del monte, pasaron por el caserío de Liberia, ahí sus niños ya alertados, salieron de su escuela a ver a su maltrecho viejo.
El profesor se ofreció a llevar al herido en su moto hasta la carretera. Sería rápido, pues los cinco kilómetros de trocha estaban cubiertos de macadán y el nuevo puente aseguraba el cruce seguro del río San Jerónimo.
Llegaron a la carretera de concreto hidráulico donde esperaron muy poco, pues un bus de pasajeros proveniente de Siuna se detuvo al pedido de parada.
Santa Rita estaba más cerca y aunque ahí hay un Centro de salud con camas y atención medica permanente, la señora prefirió llevar a su maltrecho marido al hospital público de Mulukukú, donde “hasta quirófano hay”.
“Derechos Humanos” son dos palabras que llevan juntas un par de cientos de años. Pero durante miles de años los derechos sólo fueron para los poderosos. Los esclavos y los bajos estamentos de las sociedades antiguas y medievales no existían como sujetos del Derecho.
Algunos iluminados “descubrieron” que había un “Derecho Natural” (Vida, Libertad, Propiedad, Búsqueda de la Felicidad, etc.) venido de los cielos. Con el advenimiento de la sociedad pre capitalista surgió la necesidad de aflojar un poco el nudo, popularizar los derechos, ampliar la base sobre las cuales se construyeran y consolidaran las relaciones mercantiles.
Y entonces surgió la gran concesión de los poderosos: A los “Derechos” se le anexaron “Humanos”, “Del Hombre”, “Del Ciudadano”.
Los grandes documentos de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica, de la Gran revolución francesa, los preámbulos y articulados de las revolucionarias Constituciones políticas de Europa, acunaron -con hermosa caligrafía- los altos y profundos preceptos de Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Luego vino la abolición y penalización de la ya no redituable esclavitud y con el tiempo, se incorporaron los derechos de la mujer, las niñas, los niños y otros grupos humanos con derechos específicos y un montón derechos civiles, políticos, económicos, sociales, culturales…
Un frondoso árbol de Derechos Humanos, resguardado con cientos de Leyes, Declaraciones, Convenios, Tratados, Convenciones, Pactos y Acuerdos, todos tutelados por poderosas Organizaciones multinacionales, regionales y lo más importante: Por las Potencias mundiales que no dudan destruir con bombas a aquel país que no respete estos Derechos.
Pero es importante mencionar un "detalle": La promulgación de estos derechos no ha sido nunca una graciosa y voluntaria concesión del Estado burgués (salvo en aquellos raros casos, como el mencionado de la Esclavitud, donde las élites avizoraban mayores ganancias con menos costos), pues para que la ciudadanía, principalmente los trabajadores gozaran de tales legislaciones, antes tuvieron ellos mismos que luchar en las calles e inclusive, derramar su sangre como lo hicieron los mártires de Chicago, las 100 obreras textileras de Nueva York y millones de asalariados, desempleados y luchadores sociales durante generaciones alrededor de todo el mundo.
Al final, estos Derechos Humanos han resultado ser muy importantes para el mundo, la Sociedad humana y los individuos de todo el planeta. Teóricamente hacen del mundo un lugar mejor, digno para vivir en paz, progresar y criar a nuestros hijos. Teóricamente.
El problema no reside en ellos mismos, pues la evolución del pensamiento crítico, político y filosófico, la praxis social, la necesidad de la convivencia pacífica como premisa para la sobrevivencia de la especie, la democratización de las Relaciones Internacionales, la globalización e interdependencia económica de las naciones, la conciencia ética han superado la egoísta empresa de crear un mundo-mercado de compradores y vendedores, regido por una avalancha de Leyes y preceptos huecos, pero sí está urgido de un código que gobierne el buen comportamiento entre los seres humanos.
El problema está en los que se han erigido como sus oficiosos aplicadores, sólo porque ellos “pensaron” esos Derechos, porque ellos financian su aplicación (aunque, convenientemente, muchos de estos “policías internacionales” no sean firmantes de esos Tratados) y para ello crean intrincados sistemas de control, que llegan hasta el nivel local (las llamadas “Comisiones de DD HH) dirigidas a control remoto desde la "Cities" del Poder fáctico.
El problema es que estos países poderosos e interesados instrumentalizan la justeza de la lucha por la observación y aplicación de los Derechos Humanos como arma política, como una nueva "doctrina" de sojuzgamiento para re-alinear, castigar o destruir a gobiernos desafectos, poco “obedientes” o que ellos los consideren un peligro para sus intereses o los intereses del Sistema, que viene siendo lo mismo.
Nicaragua está "probando" hoy en día esa cruda realidad.
El mundo, está siendo bombardeado por una gigantesca campaña de desprestigio (usando el tema de los Derechos Humanos) contra el gobierno sandinista.
Cientos de millones de mensajes han fluido por la Red, llevando contenidos prefabricados, construyendo matrices de desinformación y calumnias, con el objetivo de convertir en monstruos a nuestros líderes, con el ánimo de liquidarlos o al menos apartarlos del Poder constitucionalmente adquirido.
Los Derechos Humanos en su prístino y grandioso espíritu filantrópico y social, busca el bienestar, la convivencia pacífica, la solidaridad, el progreso individual y social, sin exclusiones de ningún tipo.
Esta es la interpretación del concepto de Derechos Humanos que sin mucha fanfarria, con humildad y vocación humanitaria, desde hace trece años guía el quehacer del gobierno sandinista.
A la par de un robusto cuerpo de Leyes, la modernización de nuestros venerables Códigos jurídicos, la homologación con los sistemas jurídicos más modernos del mundo, la profesionalización y actualización del personal y el acceso de toda la población a la justicia y a la defensa tutelada de sus derechos, el sandinismo entiende la defensa de los Derechos Humanos (de todos los nicaragüenses) como la democratización y gratuidad de los Servicios públicos, la educación y salud inclusiva y de alta calidad, la cobertura nacional de las obras de infraestructura pública, el acceso a los servicios de primera necesidad como el agua potable, los alimentos básicos, el cuido y preservación del Medio Ambiente, la recreación y el deporte para una vida sana y tantos aspectos más de la vida de los seres humanos, que al final, son el centro de atención de un buen gobierno.
Recuperándose de sus heridas, el hombre de la finca cerca del caserío de Liberia, en la RACN, agradece “primero a Dios” por haber tenido acceso a una red telefónica y haber podido alertar a su mujer del accidente; tener agua potable para lavar sus heridas, luz eléctrica para facilitar las cosas, un maestro solidario que además de educar bien y gratuitamente a sus hijos está entrenado para servir; un camino en buen estado y el puente para vadear el rio, una carretera de “primer mundo”, un transporte eficaz y barato y un hospital cercano, equipado técnica y profesionalmente, dónde además, la medicina es eficaz y también gratuita.
Este hombre de campo y trabajo (recuperándose de su herida en el hospital de Mulukukú) tal vez ni siquiera sepa qué cosa son los tales "Derechos Humanos", pero lo que sí sabe, es que tiene una buena mujer y un buen gobierno.
Edelberto Matus.