Cerca de la frontera brasileña-paraguaya se asentaron sobre una colina, donde se mantuvieron alrededor de 200 años, frente a una montaña misteriosa.
Reportes de los años 1930-1940 dicen que bajo esa montaña se descubrió una edificación subterránea con inscripciones rúnicas nórdicas y entradas selladas con un tipo de concreto desconocido que no pudo ser quebrado ni con dinamita.
Sorprendentemente, los Nazis pudieron haber investigado esa construcción. Para ser verificados, estos hallazgos requieren mayor investigación moderna, pero parece que las autoridades y la arqueología académica no quiere revelar lo que hay ahí. Vikingos en América: ¿asentamiento nórdico en Paraguay?
La historia contemporánea sí ya tiene aceptado que los vikingos llegaron a América antes que Cristóbal Colón en 1492.
Pero llegaron sólo a Norteamérica (en Canadá), según historiadores.
Sin embargo, se han descubierto varias anomalías arqueológicas en Sudamérica (como el caso de unos perros momificados de origen danés hallados en tumbas incas en Ancón, Chile).
El antropólogo francés-argentino Jacques de Mahieu (¡un neo-nazi!) indagó este tema de contacto entre vikingos y sudamericanos.
Él investigó el área de Amambay, Paraguay y su historia recogida dice que en 1085, el rey Canuto II de Dinamarca envió navíos preparados para una «expansión occidental».
Estos daneses medievales habrían llegado a Santos, Brasil, adentrándose hacia Paraguay, hasta asentarse en la región de la montaña Itaguambype.
Pero más adelante, en 1250, los aborígenes atacaron y vencieron a los vikingos, que tuvieron que escapar.
Sorprendentemente, dentro de la montaña Itaguambype, se encontró una inscripción rúnica del tipo nórdico europeo.
Leyenda de Ipir, un rey vikingo en Paraguay Llegada de los vikingos a América, de Marshall, H. E. (Henrietta Elizabeth), 1876 (Public domain).
En las décadas de 1930 y 1940, Fritz Berger, un ingeniero mecánico alemán-checoslovaco realizó algunos hallazgos arqueológicos fascinantes en Paraguay, aunque polémicos en su veracidad.
El gobierno paraguayo creó la Agrupación Geológica y Arqueológica (AGA) para que Berger trabajara ahí.
Y en el contrato se mencionaba la leyenda del Rey Blanco de Amambay, un posible vikingo: “En aquellos días reinaba en esta región un poderoso y sabio rey llamado Ipir.
Era blanco y llevaba una larga barba rubia. Con hombres de su raza y guerreros indios leales a él, vivía en una comunidad situada en la cima de una montaña.
Poseía armas temibles y tenía inmensas riquezas en oro y plata.
Sin embargo, un día fue atacado por tribus salvajes y desapareció para siempre”.
En una carta de mayo de 1940 dirigida a una amiga en Munich, Alemania, el ingeniero avisó que conocía de la existencia de túneles subterráneos de 130 kilómetros en el territorio del Cerro Corá (cercano a la montaña Itaguambype). Vikingos bajo la montaña Yvyty Pero Cerro Guazu en la cordillera Amambay. (Public domain) Berger, junto con el ejército paraguayo, investigó el monte Yvyty Pero («Montaña Calva» en idioma aborigen local) y llegó a descubrir «un trozo de oro en forma triangular, que parecía ser la esquina rota de una mesa» y «un bastón con cabezal de oro».
Se excavaron 18 metros y ahí se toparon con una gran losa de concreto reforzado que no pudo abrirse ni con dinamita.
Y ahora viene algo «bomba»: en esa época, los Nazis enviaron barcos militares a una base naval de Argentina y el mayor Pablo Stagni de la Fuerza Aérea Paraguaya estuvo ahí.
Lo que se especula es que los Nazis llevaron algún taladro más potente para penetrar el misterioso concreto, que según Berger estaba hecho de: «un material definitivamente artificial (…) desconocido para la ciencia».
Nunca pudo ser perforado, así que el proyecto se abandonó en 1944.
Algo que parece conspirativo es que hasta estos días, esa área de Amambay está militarizada y cerrada para el público.
Tal vez están escondiendo el secreto de esa montaña. Toda esta historia enredada revela que ese rey vikingo Ipir había llegado a Paraguay antes del siglo 11, pero fue expulsado por los nativos, así que tuvo que esconderse junto con su ejército, bajo el suelo de Yvyty Pero, la Montaña Calva.
Hay que destacar que los Nazis le daban crédito a la creencia de sociedades bajo la Tierra, quienes usaban un tipo de energía esotérica llamada «Vril».
Tal vez pensaron que los vikingos habían encontrado una entrada hacia la Tierra Hueca en Paraguay.