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La inedia: otro de los espectáculos de la iglesia católica


La palabra “inedia” proviene del latín “in”, que significa “no” y “edo”, que significa “comer”; o sea, “no comer”.

  Es utilizada para referirse a un supuesto ayuno místico absoluto practicado por los ascetas.

En otras palabras, una persona que practica la inedia es porque teóricamente deja de consumir todo tipo de alimento (e incluso bebidas) durante un período de tiempo muy prolongado, superior al que puede soportarse normalmente. 

«En la Antigua Grecia y en Roma era un método de suicidio de personas de alto rango.» [1] 

Y ya desde entonces, se sabía que si se dejaba de consumir alimentos y líquidos, una persona sólo podía durar, como máximo, unos siete días.

A lo largo de la historia ha habido varias personas que han practicado la inedia, principalmente como una expresión fanática de sus creencias religiosas o ideológicas. 

Algunos hindúes han afirmado que los alimentos y el agua no son necesarios, ya que es posible mantenerse con vida exclusivamente con cierta “energía vital” que ellos creen que contiene el aire, y que llaman “prana”, de la cual creen alimentarse a través de la respiración.

 En este caso la inedia es conocida también como “respiracionismo” o “aerivorismo”, y está considerada por la comunidad científica como una pseudociencia letal.

Modernamente es conocido el caso de la australiana hija de migrantes noruegos Ellen Greve (n. en 1957), quien utiliza el seudónimo de Jasmuheen, autora del libro "Viviendo de la luz", siendo ella una supuesta practicante de la inedia. Su libro la hizo merecedora del premio sarcástico “Ig Nobel de Literatura” en 2000, una parodia del verdadero Premio Nobel. 

Después de haber sido empleada de banco, Greve se dedicó a realizar seminarios “esotéricos” de supuestos “conocimientos” que habría recibido del difunto alquimista francés Conde de Saint Germain (1693-1784)… Pero al final, a Ellen le ha ido mucho mejor que como empleada de banco, porque «ha conseguido una fortuna con sus conferencias y la venta de sus libros, donde expone las maravillas de "vivir de la luz".» [1]

Ellen Greve «sostiene que no ha comido nada durante cinco años a excepción de algunas ocasionales galletas de chocolate. 

Asegura que se nutre por la "energía pránica" en la atmósfera; sin embargo, en 1999 «fue retada por el programa televisivo australiano “60 Minutes”, a recluirse sin ningún tipo de alimento ni bebida en la habitación de un hotel, bajo continua viginancia médica. 

Ella se deshidrató y perdió peso, y a los cuatro días interrumpió el reto aceptando la recomendación médica. «Ellen declaró que la contaminación que llegaba desde la calle limitaba los nutrientes que podía obtener del aire fresco.» [1] Desde entonces, ha rechazado otras propuestas para probar con monitoreo médico su falta de consumo de alimentos.

Lo cierto es que la práctica de la inedia, cuando no es una farsa montada para estafar o simplemente engañar, no es más que un grave trastorno psicológico-alimenticio peligroso para la salud, y que «ha producido al menos 4 muertes en los últimos 20 años.» [1] 

La última practicante del “respiracionismo” «fue una mujer suiza de 50 años, identificada con el seudónimo Anna Gut, quien en 2012 fue encontrada muerta por sus hijos un mes después de haber declarado seguir la abstinencia. 

Había visto la película Vivir de la luz y estaba leyendo el libro de la respiracionista australiana Ellen Greve». La autopsia confirmó su muerte por inanición. [1]

Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con la iglesia católica? – Bueno, en primer lugar, como hemos señalado en otras ocasiones, a “Dios” parece agradarle mucho que sus adoradores se humillen y mortifiquen dejando de alimentarse. Por eso sus creyentes practican frecuentemente ayunos para que los complazca con algún deseo. 

Pero además, ciertos sujetos que más bien podrían considerarse anoréxicos, al parecer ganan protagonismo, prestigio y admiración entre los demás creyentes, y en el caso de la iglesia católica, eso puede servirles de mérito para convertirlos en “santos”.

Este es el caso de la venezolana Laura Alvarado Cardoso, quien adoptó el seudónimo de “María de San José” al convertirse en monja, y de quien se dice que a los 24 años «ofreció a Dios un ayuno total y absoluto por la conversión de su papá, Don Clemente Alvarado» [2]. 

Según se cuenta, el padre de esta chica, fanática religiosa, no compartía sus absurdas creencias, y un día cayó muy enfermo. 

Laura le ofreció a su “Dios” «un ayuno total y absoluto» a cambio de la salud de su padre, y según parece, este sádico ser supremo, que tenía todo el poder para simplemente sanar al señor antes de ese ofrecimiento, aceptó gustoso el morboso y enfermizo trato.

Las autoridades católicas afirman que desde aquel día de 1899, María de San José «no tomó alimento alguno, sólo la Sagrada Eucaristía.» [2] 

Supuestamente estuvo así durante diez años, hasta que el cura Vicente López Aveledo le pidió que mitigara aquella abstinencia. 

Y la monja, «Por sus votos de obediencia así lo hizo» [2], comiendo desde entonces sólo dos veces al día muy livianamente, y «Para mortificarse tomaba jugo de naranja amargo.» [2] 

Así, según ella, agradaba a su dios “Dios”, más interesado en la mortifiación de sus adoradores que en sus buenas acciones.

La iglesia católica, a la que le gusta tanto este tipo de espectáculo enfermizo, afirma que la inedia es un “don sobrenatural”, y ha declarado “beata” a Laura Alvarado, con la intención de convertirla en “santa”, exhibiendo morbosamente su cadáver de alguna manera conservado, afirmando que es mágicamente “impoluto”.

[Godless Freeman]
[Crédito de imagen: Aleteia]



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