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De aquellos días de pesadilla y crimen, entre abril a julio del 2018, guardo los mensajes de uno de los grupos a los que pertenecí, y hoy quiero mostrarles cinco que seguramente muchos de ustedes recordarán.
Son mensajes que, vistos a tres años de los horrorosos sucesos, pueden hacernos reír o llorar, y también llevarnos a la pregunta de: ¿Cómo llegamos a alcanzar ese nivel de locura, pues hasta gente que creíamos inteligente se vio envuelta?
Envolvieron a la mayoría en la GRAN MENTIRA y la mayoría respondió cual lo programado en la guerra psicológica, distribuyendo cada patraña, de buena fe, creyendo que de esa manera contribuía positivamente.
Hoy, en año electoral, aquellos dañinos, mas divididos, sin organización, sin partido, sin bases partidarias, sin pueblo, y por tanto sin posibilidades de ganar elecciones, lo único que les queda, es llevar a nuestro país al caos que tanto desean, pues en su estúpido razonamiento, solo destruyendo el país, es que podrían obtener el poder.
¡Pero no podrán! Estamos mejor preparados y esta vez, solo un ingenuo o un idiota podría creer en sus patrañas.
Les mostraré solamente cinco ejemplos de los que leímos en 2018.
Mensaje recibido el 16 de junio:
"Un comunicado oficial por parte de Coca Cola avisa que no consuman Fanta, por qué le echaron ácido muriático y ya van 8 muertos. Ojo, es un comunicado oficial, avísale a la familia por protección"
Mensaje recibido el 2 de junio:
"Un doctor del Lenin Fonseca que no quiso dar su nombre por miedo me pidió que les comunicara que en la morgue del hospital hay 327 cuerpos de estudiante masacrados, que los que tengan hijos desaparecido vayan a reconocerlo pues en las próximas horas van a incinerados. Trasmitirlo".
Mensaje recibido el 15 de junio:
“Hay un video de whatsapp que se lanzará mañana que se llama Martinelli, no lo abran pues al hacerlo conecta el celular automáticamente con el Carmen y la cámara graba todo lo que haces o hablas. Divulgarse"
Mensaje recibido el 21 de junio:
"Dijeron en la televisión que una señora de la CIDH que venía para Masaya a investigar, la detuvieron los paramilitares en el coyotepe a las 7:30 de la mañana, y aunque ella se identificó la mataron y la metieron en una valija y no se sabe para donde la llevaron, en la OEA dijeron que la habían desaparecido"
El último de los mensajes que les mostraré me llegó el 14 de junio a eso de las 7 de la noche, justo cuando uno de mis amigos, vecino de la cuadra, me visitaba. El también era miembro del grupo de Whatsapp y el mensaje entró a nuestros celulares al mismo tiempo.
- Ya lo viste - me dijo mi amigo - me cae diacachimba esto.
Y nos pusimos a reír. En esos días, mi amigo, estaba a punto de la locura por la guerra psicológica y por los casi dos meses de horror y encierro obligado que vivimos la población.
Los masayas éramos una de las pocas poblaciones completamente aislada, secuestrada, sin capacidad para mover un carro más allá de dos cuadras, ciudad repleta de tranques, basura acumulada, moscas, zancudos, barricadas y bandas de delincuentes caminando libres por todas las calles.
Caminar a pie era correr el riesgo de, por lo menos, ser asaltado por alguno de los delincuentes borrachos o drogados en cualquier sitio y especialmente en los tranques. (Aún no comprendo cómo el gobierno pudo aceptar que, por casi dos meses, solo por darle gusto a la tal CIDH, un grupo insignificante de vándalos, cometiera tanto crimen). Debido a esto, mi amigo no había podido dormir en las últimas tres semanas ni siquiera con las pastillas que el dueño de una farmacia le había conseguido.
Decía el mensaje:
"Se esta avisando que no hay que tomar agua del chorro porque el ilegítimo régimen Ortega murillo, ordenó que le echaran un químico al agua para dormir a la gente y matarlos dormidos".
- Me voy a tomar cuatro litros y me voy a la cama – dijo mi amigo, soltando una carcajada que seguramente le arrancó la mitad del estrés acumulado.
Y continuó diciendo: -Qué lástima que esta verga es mentira, pues si no, yo hasta sería capaz de llamar al Canal 4 para agradecerle a Ortega por evitarme este hijueputa insomnio.