Nicaragua: La CIA entrenando a los traidores y cobardes a la Patria.

Nicaragua: La CIA entrenando a los traidores y cobardes a la Patria.

Nicaragua: El exilio dorado



Hay gentes que ya eran famosas antes del 18 de abril por su conocida capacidad de negación sobre cualquier tema que representara seguridad, estabilidad, desarrollo, paz, reconciliación, democracia, derechos civiles y otros temas que fueran propios de la atmósfera política que también respiramos otros y que siendo una inmensa mayoría siempre saludamos positivamente porque así crece el país y con él los ciudadanos.

Los que en el otro polo llamaban represión al orden, desorden a la estabilidad, pobreza al desarrollo, violencia a la paz, hipocresía a la reconciliación, dictadura a la democracia, esclavitud a los derechos civiles y muerte a la vida, lo hicieron siempre por cualquier medio sintonizado en la línea de su misma negatividad y no solo se expresaban, sino que hacían actos, manifestaciones en muchas modalidades y nunca se les reprimió por eso y jamás cayeron presos por eso porque aquí damos cátedra de tolerancia.

Después del 18 de abril siguieron haciendo lo mismo, pero ya no como políticos, desde diferentes siglas, sino como cabecillas de un golpe contra el estado, en el que ya sabemos qué pasó y qué hicieron y muchas de esos, muy connotados, que aún están por acá, andan tranquilos por las calles gozando de la anormalidad del país, en restaurantes, en cantinas, en centros comerciales o en otros lugares sin que nadie les haga nada.

Hay otros, sin embargo, que sí están presos con procesos abiertos o condenados y la gran mayoría de ellos son pobres personas que fueron empujadas por la mentira a tomar una decisión irracional y equivocada, estimulados por la paga, a ejecutar actos criminales y delictivos por los cuales están pagando, mientras los gamalotes disfrutan la dulce vita.

Todos debemos tener claro que todo estado en salvaguardo del interés nacional y de sus ciudadanos tiene una guía que se llama marco jurídico que tipifica y castiga los delitos en los que consientes o inconscientemente podemos incurrir sin que exista espacio para argumentar desconocimiento de la ley y en consecuencia si las hice debo ser penalizado porque la ley es dura, pero es la ley.

Lo anterior lo manifiesto porque hay quienes después de venderse, como los John Rambo, los que, en la parte más tenebrosa del golpe terrorista contra el estado, salían “coordinando” acciones como si fuesen “comandantes” de una pretendida insurrección, que duró lo que una mazorca de maíz en las tapas de un chancho, pero que después que todo aterrizó y se liberó al país del secuestro que le impusieron, entonces decidieron huir, con todos los delitos los tienen encima, a vivir de un dorado autoexilio, mientras aquí quedan los tontos útiles quienes creyeron sus mentiras y de los que solo se acuerdan para mencionarlos en sus ruedas de prensa en el exterior donde viven una vida palaciega.

Yo viví el destierro en la década de los ochentas, sé lo que es estar en un país que no es el tuyo, donde te das cuenta que para unos el exilio es dorado y para otros negros, donde hay dirigentes que están en la misma condición tuya solo porque están en el mismo país pero los “dirigentes” tienen buenas casas, tienen un estatus legal y migratorio de asilado político, tienen buenas asignaciones, viajes a otros países para conspirar desde la suntuosa comodidad de grandes hoteles, gastos de representación, vehículos con choferes y hasta guardaespaldas, de estos conocí a muchos, unos ya muertos y otros todavía vivos, que se daban la gran vida a nombre de los combatientes de la “contra” y era tan buena aquella vida, que ni la que hoy viven es mejor que aquella.

Yo conocí el destierro o exilio de la otra cara, la del refugiado, la del clandestino, la del que tenía que vivir hacinado en una casa de seguridad pequeña en las afueras de San José donde habíamos hasta 40 combatientes que íbamos y veníamos hacia o del Río San Juan y qué como delincuentes, hambrientos y enfermos entrabamos y salíamos por las madrugadas o sino en las pensiones de octava de donde al menos cinco veces fui llevado preso por la OIJ para escuchar de los carceleros tiquillos frases tan lacerantes que reducían tu dignidad a la condición de cucarachas. Muchas veces tuvimos que pasar días en aquellas ergástulas porque los que estaban cómodos en su exilio dorado, en sus oficinas alfombradas con aire acondicionado, no tenían tiempo para tramitar nuestra excarcelación.

Traigo esto a colación, que es parte de la lucha que por la libertad de este país hicimos muchos, que nunca hemos pedido ni un palmo de tierra para que nos sepulten, pues es la fecha y ni casa propia tenemos, y lo digo porque hay un buen grupo de forajidos, que huyeron al imperio o hacia Costa Rica, que les dieron las con dulces y a cambio de ir a mentir a esos países con el cuento de exaltarlos como líderes, hoy están probando las amargas porque a muchos les quitaron de la boca las asignaciones y ahora no saben qué hacer.

Esos prófugos de la justicia que salieron en desmandada tras el desmantelamiento del golpe de estado ya no ladran con la misma intensidad desde afuera, apenas se hacen notar. Ahora se quejan de estar abandonados no solo por los cabecillas que se quedaron con lo mejor del botín, sino que ahora se sienten ignorados por aquella prensa de la gusanera de Miami o se San José, Costa Rica, que pronto se dio cuenta que lo de ellos, los golpistas tranqueros, siempre fue puro aire.

Varios de estas malos nicaragüenses, que se declararon perseguidos, para conseguir el estatus de asilados políticos, en su momento convertidos por el imperio en embajadores itinerantes de la mentira están ahora en el limbo porque al no convencer a las autoridades migratorias de la gusanera de Miami de ser merecedores aunque sea de un permiso de trabajo, hoy no saben qué hacer porque ni tienen para comprar un pasaje para que vuelvan como perros con la cola entre las patas al país que incendiaron, ni tampoco se ven bien recibidos por quienes los entuturutaron para que se fueran porque aquí la cosa está más que dura para un montón de suspirantes que no quieren más competencia que la que ya tienen en el mundo de fracasados que habitan.

Aquí hay un individuo pinguinisticamente conocido que se quedó loco diciendo que aquí ellos, los fracasados, nos tienen locos, a nosotros los que recuperamos la libertad y que para construir la idea de que era un super perseguido de la “dictadura” se fue a Miami aprovechando la visa que siempre le mantiene al día la embajada americana, pero sucede que este siendo un vivián profesional se puso a hacer negocios sin tener visa de trabajo y dejó pasar más de los seis meses de permanencia legal en la gusanera y al ser descubierto migración lo agarró y lo puso a fuego manso para deportarlo y entonces el más tapudo de los pingüinos quiso apelar a su condición de “salvador de Nicaragua” para que lo dejaran allá y entonces le dijeron que de “salvador” no tenía nada y que iba deportado. 

El pingüino del que hablo, en medio de sus caracterizados llantos, llegó a un arreglo y convino venirse por sus propios medios para que no se supiera, en realidad que a pesar de ser lame botas de sus amos imperiales, allá en el imperio no lo quisieron y así fue que regresó en medio de sus caracterizados llantos y esperado en un show prefabricado por el Chano Aguerri y Juancho Chamorro entre otros para darle algo así como una imagen de importancia que jamás ha tenido.

Hay muchos cabecillas del golpe que tras ser derrotado por el pueblo de Nicaragua salieron huyendo y en su gran mayoría se fueron a Costa Rica y solo a San José Costa Rica la poca cosa, la brosa de la maleza. Pero los que se fueron a Miami utilizaron a la gusanera como puerto central de sus periplos internacionales.

Entre esos afortunados que se dieron el lujo de recorrer el mundo, acompañado hasta de esposas, se encuentra el mitómano de Félix Maradiaga. Fue tanta la brutalidad de hacerse notar y de venderse mediáticamente como paladín “salvador” que nunca ha sido tan libre como ahora, que el actor de la saga me están persiguiendo y me ataca Firulay, que con el alma desgarrada se fotografiaba al pie de la Torre Eiffel, anunciando un periplo que se extendería por Italia, España, Inglaterra, Portugal y otros teniendo que ver cómo conciliaba el sueño en esos insípidos hoteles de siete estrellas donde a su mente venía el dolor de una Nicaragua que efectivamente aun sufre pero por la mano criminal de este viajante que ahora está aquí, como venadito entre su huerta, aunque aun disfrutando de los millones de dólares que por sus manos han pasado y ha montón.

Mientras todos estos disfrutaron de la dulce vita hasta acompañados de sus conyugues para que no sentirse afectados por la soledad de la Venecia, italiana, del restaurante giratorio en la cúspide la Torre Eiffel en un partido en vivo del Real Madrid en Santiago Bernabeu, aquí hay terroristas presos olvidados a los que no apoyan ni con un cigarro

Mientras estos viajeros, a costo de la tragedia que provocaron a Nicaragua, y que de “líderes” solo tienen el mote, llevaban sus mentiras a Washington y de vuelta venían con la paga para seguir destruyendo el país, sin que la “dictadura” les diga nada, aquí están las esposas, los hijos y las madres de cada de uno de esos presos, que ya no llevan el pan nuestro de sus días a quienes están muriéndose de hambre y ninguno de esos empresarios que se metieron a políticos, ni ninguna de esos vividores de los Organismos no gubernamentales, ninguno de esos periodistas y comentaristas que juegan a independientes, se han dignado ni siquiera a dar una palmadita en la espalda a quienes sufren por esos terroristas presos que fueron envalentonados para que incurrieran en delitos por los que hoy están pagando porque reincidieron después de la amnistía que dejó claro que no habría repetición.

El oposicionismo es un inframundo y hasta ahora se están dando cuenta de ello porque hay quienes se construyeron imágenes de “líderes” que ni tuvieron ni tendrán jamás.

Un líder debe generar confianza para saber dónde va y hacia donde nos lleva y estos son traficantes de la mentira en medio de un mercado persa.

Un líder hace que los demás se sientan importantes y valorados, pero estos degradaron el desarrollo del país y del ciudadano con lo que hicieron.

Un líder tiene que lograr que todos y cada uno estén fuertemente comprometidos con el mismo objetivo y estos lo que hicieron se coludieron con el interés extranjero para tratar de hundirnos y eso nunca pudo ser un objetivo del nicaragüense.

Un líder tiene que ser cercano, ser uno más, no estar por encima del resto sino a su lado y estos lo que hacen es dispersar a la gente porque nadie que tenga sentido común quiere estar cerca de ellos.

Un líder fomenta la unión de todos los integrantes y les hace ver que juntos son mucho más fuertes, pero aquí estamos frente a un monstruo de varias cabezas que se muerden entre sí en un afán eminentemente protagónico.

Un líder debe dar ejemplo y ser el primero en exigirse a sí mismo, pero estos no, estos lanzan a otros a morir por ellos y cuando la ven venir huyen cobardemente al imperio.

Un líder debe tener la capacidad de tomar decisiones complicadas en los momentos difíciles o claves, pero no saben ni cómo se llaman y solo hacen lo que les dice Washington.

El líder deberá hacerse responsable de las consecuencias que provoquen sus decisiones y sus actos y si se equivoca asumirá el error, pero estos quieren marchar por la libre, sin pedir permiso para hacer cualquier cosa sin asumir sus actos.

Un líder debe saber cómo motivar a los demás, pero estos lo único que inspiran es lástima y pena ajena porque además de que no saben cómo se llaman, lo que generan es vergüenza porque desgraciadamente nacieron aquí.

Por: Moisés Absalón Pastora.

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