El título de este pequeño artículo de opinión parece un contrasentido, una broma, un oxímoron que pone de manifiesto una mente burlesca, inclusive, adversa al sandinismo sin embargo y desafortunadamente, guarda una gran dosis de realidad.
A las sombras de grandes acontecimientos políticos (donde se incluyen revoluciones y profundas luchas anti sistémicas) no es difícil identificar a individuos que siendo parte activa al lado de los pueblos, han terminado afiliándose al bando combatido. Eso se llama traición.
Me trataré de explicar con un ejemplo histórico de nuestra realidad nacional: El general Mena traicionó a su propia lucha, abandonando a su suerte a su brillante subalterno, el general Benjamín Zeledón, quien pagó con su vida la lealtad a su patria.
También ha habido traidores en el entorno de los grandes líderes.
Aunque nos parezca difícil de comprender, dentro de militancia sandinista (altamente comprometida política e ideológicamente con la lucha del FSLN) ha habido algunos casos de traición de personajes muy cercanos a probados líderes de nuestra Organización (Fausto Amador, por ejemplo) sin embargo, los líderes como el Comandante Carlos, supieron tomar distancia de tales desertores de la causa del pueblo.
No obstante, hay una forma menos obvia pero más ruin de abandonar principios y lealtades: Permitir que en el entorno o más comúnmente, en la familia de destacados dirigentes o cuadros de alto nivel aparezcan individuos que se conviertan -ideológica y virtualmente- en enemigos del proyecto revolucionario y los objetivos de la justa lucha del pueblo trabajador.
Lo vimos en los años ochenta, en los noventa y ahora después de abril del 2018.
Hijos y familiares de importantes líderes y funcionarios sandinistas (hijos de miembros de la antigua Dirección Nacional, Órganos del Partido, hijos de altos cargos del Estado, gobierno, especialmente del Ejército, Policía Nacional, etc.), abiertamente se han puesto al lado de los adversarios y enemigos del FSLN y el gobierno sandinista.
Me refiero no a los hijos de aquellos “sandinistas” que se pasaron con todo y mochila al bando contrario a la Revolución y al pueblo, sino a aquellos familiares de hombres y mujeres que hasta hoy se declaran fieles al Frente Sandinista y al Comandante Daniel.
Omitamos a las personas familiares de militantes de base olvidados por nuestra dirigencia y cuadros intermedios, abandonados en su lucha contra las dificultades económicas y enfermedades y centrémonos en aquellos casos en que sus padres han vivido de manera cómoda o inclusive, lo más parecido a al modus vivendis de cualquier gran burgués del mundo capitalista.
Familiares, sobre todos hijos e hijas, que han usufrutuado el alto nivel de ingreso y vida de sus padres sandinistas, asumiendo el consumismo capitalista como una forma “merecida” de vida, asistiendo a colegios y Universidades exclusivas de nuestro país y el extranjero, vistiendo, divirtiéndose, comiendo, transportándose como verdaderos nuevos ricos, pero sobre todo, desdeñando la educación revolucionaria, la humildad sandinista, divorciándose de la fidelidad a la lucha por el Socialismo en que crecieron y creyeron sus padres y convirtiéndose en adversarios de la clase trabajadora.
Hay muchísimos ejemplo, pero nos quedaremos con el más reciente, “alumbrado” por las “noticias” de los medios de desinformación de la derecha:
El caso de Mariángeles Eugenia Delgado Lindo, una furibunda joven golpista, hija de un destacado empresario sandinista de nombre Ajax Delgado, que sin hacer memoria de que de donde viene su alto nivel de vida se ha lanzado desde abril del 2018 en contra de nuestro gobierno y el FSLN.
La pregunta obligada apunta al porqué de tal actitud y sobre todo, por qué su padre sandinista ha permitido tal “disidencia”.
Es obvio que en las muchas familias sandinistas de altos niveles de ingreso han olvidado la transmisión de los principios revolucionarios hacia la familia y han permitido (según lo que observamos) un libre albedrio displicente que ha conducido al reenclasamiento social de sus hijos y familiares.
Al final, eso no detiene la lucha de nuestro Partido por la profundización de la Revolución, pero sí hace necesario que el pueblo trabajador, el proletariado nicaragüense, el sandinismo, de base no se deje arrebatar jamás el protagonismo de la Revolución, pues son los trabajadores los únicos que por sus intereses y conciencia de clase “llegarán hasta el fin”, como lo dijo el General Sandino parafraseando a los clásicos del Marxismo-leninismo.
Edelberto Matus.