¿Qué cómo me siento en este arranque de semana? Me siento mal, me siento despojado, me siento robado por la barbarie que le hicieron a nuestro Román “El Chocolatito” González, víctima de esa mafia que atrincherada en el boxeo perdió todo escrúpulo y que atenta con licencia para matar contra un deporte que pienso debería ser juzgado por tecnologías digitales que se sumaron a las voces de los más connotados comentaristas internacionales para denunciar el inmerecido y descabellado fallo a favor del “Gallo” Estrada.
Qué humildad la de nuestro “Chocolatito” agrandó su inmensamente gigante estatura cristiana y moral para responder a quienes le robaron la victoria y le despojaron sus títulos con indignación de guerrero, pero con mansedumbre de sabio, lo qué, para mí, lo consagra indudablemente como el más grande atleta y deportista de todos los tiempos en Nicaragua por el que por supuesto sentimos un gran y profundo orgullo patrio.
Nuestro “Chocolatito” debe saberse amado y querido. No tiene que demostrar nada a nadie, sus puños lo hicieron por él para retener y preservar el más grande de los títulos, ser el campeón sin corona, no desde la parcialidad que nos permite la misma tierra donde nacimos sino ante aquellas voces que denunciaron que el “Gallo” Estrada ganó por jueces evidentemente comprados, a lo mejor hasta por el narcotráfico, pero jamás producto de sus puños.
Es decir, el “Chocolatito” ganó “perdiendo” y el “Gallo” perdió “ganando”. Fue tan contundente con su victoria el “Chocolatito” que tuvo también para partirle las tapas a esos impostores de nuestra nacionalidad, que a pesar de haber deseado desde antes de la pelea el fracaso del nuestro, al final muchos de ellos, seguramente como una reacción hipócrita, no tuvieron más remedio que aceptar que el sandinista Román “El Chocolatito” González venció.
Tenemos “Chocolatito” para rato y al final de todo esto, teniendo a Dios por delante, nuestro mejor atleta de todos los tiempos, recibirá justicia porque el que las hace las paga.
La sabiduría es un cúmulo de conocimientos que se distingue por el uso prudente y sensato que hacemos de ellos.
La sabiduría se nutre a partir de experiencias propias y ajenas cuando inciden, como maestra de la vida, en las personas teniendo como fundamento dos grandes componentes; la memoria y la experiencia. La sabiduría confiere al individuo herramientas para el acertado discernimiento entre aquello que es bueno y aquello que es malo.
Aquel que tiene la dicha de contar a la sabiduría como un altísimo valor para abrirse paso en la vida siempre estará preocupado por actuar bien, por saber sortear los obstáculos, por determinar qué decisión, por muy dura y compleja que sea, evite el mayor daño colateral a la amistad, a la familia, a la empresa, a la sociedad o al país porque lo contrario sería ignorar, precisamente por falta de sabiduría, que todos nuestros actos tienen consecuencias.
Tener sabiduría es saber comprender nuestras propias capacidades para pelear una batalla o simplemente no pelear esa batalla, es decir nunca un esfuerzo será válido si nadamos contra corriente si nos metemos a problemas innecesarios y de ahí la gran diferencia entre el sabio y en necio, pues mientras la sabiduría nos dota de moral para perfilar, antes que cualquier cosa el bien, el necio, con una visión oscura de los hechos, pensando en la maldad, reacciona con fuerza bruta o se lanza sin para caídas al abismo solo para demostrar en su ignorancia que puede hacer cosas que otros no y que no pasará nada como consecuencia de sus acciones.
Hay una frase muy evocada que dice que “justicia tardía no es justicia” y está dirigida a la complejidad de algunos procesos que muchas veces hacen chicle causas que quisiéramos ver resultas de entrada, pero que terminan o siendo largas o a lo mejor el castigo nunca fue el que esperábamos y a muchos nos ha pasado.
La justicia no solo castiga, sino que también reivindica y aunque tarde siempre llega, no importa por qué medio, pero siempre llega y los primeros en saberlo deben ser los que infringen la ley.
Nadie, absolutamente nadie se llame a engaños. De este mundo no nos vamos sin pagar con la seguridad que el cobro por lo que hicimos al otro lado de la vida será más grande para aquel que vea la gloria o para aquel que seguramente concluirá en que jamás debió nacer.
Digo todo esto porque al fin la pornográfica y golpista boliviana Jeanine Áñez, fue detenida este sábado por las autoridades del país que quiso destruir y regalar al imperio cuando fue el rostro prominente junto a gorilas del ejército, de la policía, de empresarios privados y de la socialité más alta de la burguesía para lanzarse contra la democracia boliviana y desconocer, solo porque así lo dispuso la O.E.A., del tristemente célebre Luis Almagro, la victoria reeleccionista del ahora exmandatario Evo Morales, en noviembre de 2019.
La Fiscalía Departamental de La Paz giró órdenes de aprehensión por los delitos de "terrorismo, sedición y conspiración", en contra de Áñez y sus exministros Arturo Murillo de Gobernación; Luis Fernando López de Defensa; Álvaro Coimbra de Justicia y Rodrigo Guzmán de Energías. Asimismo, se ordenó aprehender a Palmiro Jarjuri, quien era comandante de la Armada; Jorge Gonzalo Terceros, excomandante de la Fuerza Aérea; y el general Gonzalo Mendieta, excomandante del Ejército.
Recordemos que tras las elecciones del 20 de octubre de 2019, en donde Evo Morales obtuvo una ventaja de más de 10 puntos sobre su principal contendiente, Carlos Mesa, la Organización de Estados Americanos (OEA), del tristemente célebre Luis Almagro, cumpliendo orientaciones de sus jefes imperiales, publicó un polémico informe preliminar argumentando presuntas irregularidades en el proceso, y el propio Luis Almagro, llamó a anular los comicios.
En medio de las fuertes protestas en Bolivia tras los resultados electorales, Evo anunció unos nuevos comicios. No obstante, la presión de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional lo obligaron a renunciar a la Presidencia el 10 de noviembre de 2019.
Tras el golpe de Estado, el depuesto presidente Evo Morales huyó a México para salvar su vida y Áñez, quien en ese momento era la segunda vicepresidenta del Senado de Bolivia, se autoproclamó presidenta interina del país, en una sesión legislativa sin quorum.
Hay quienes aún no caen, pero son actores políticos que fueron parte del golpe de estado porque aquella trama orquestada por los Estados Unidos fue también una circunstancia que consideraron propicia para lanzarse contra el modelo plurinacional fundado por Evo Morales que estuvo al frente de ese país durante 14 años ganando elecciones una tras otras en las que siempre sus enemigos quedaron lejos.
Por supuesto que hay sobradas razones para que toda esa mafia que consumó el golpe de estado contra Evo Morales piense que van tras ella.
Ya acusan que esto es una cacería de brujas, que está desatada una persecución política o cualquier dislate desesperado, pero lo cierto es que la democracia tiene sus propios mecanismos y que en salvaguardo de su propio interés es legítimo que quienes destruyeron Bolivia respondan por sus actos porque el golpismo de ese país nunca tuvo más interés que el de hacerse del poder por la vía criminal.
Recuerdo una foto de Evo Morales en las horas posteriores al golpe de estado donde en un escondite se le observa tirado en el suelo, en un lugar humilde, tratando de chatear bajo una sábana lila que le caía como mosquitero.
Aquella foto le dio la vuelta al mundo y se burlaban los golpistas por la escena porque representaba para ellos la gráfica del enemigo vencido, de aquel que los había derrotado varias veces, la del indígena que había logrado colocar a Bolivia como la nación líder en América Latina con un crecimiento cerca del 10% anual.
Que curioso hoy Evo Morales está de vuelta en su país organizando al Movimiento al Socialismo para conducirlo a más victorias electorales y con el pleno goce de sus derechos, con la frente en alto, con un mundo que sabe que fue víctima y nunca victimario, pero ahora el turno le llegó a la golpista y pornográfica Jeanine Áñez que cuando supo que en la puerta de su casa de habitación estaba la autoridad, que se la llagaba a traer, estuviera como estuviera, se escondió como rata bajo unas láminas de cartón, apostando a que no la encontrarían, pero no fue así porque quien las hace las paga.
Yo no voy a ser hipócrita y decir “pobrecita” porque es mujer. Ella actúo criminalmente no contra alguien, lo hizo contra su país. Jeanine Áñez cumplió las órdenes imperiales del Tío Sam que cuando una vez más se supo vencido y desenmascarado por el pueblo indígena que rescató y retomó su destino, otra vez traicionó a los que puede mascar, pero no tragar, mientras que el nuevo presidente boliviano Luis Arce Catacora se dedicó a poner la casa en orden, a priorizar el restablecimiento de la estabilidad y cumplidas esas premisas entonces sí, como ahora lo hace, a buscar justicia porque lo que los golpistas le hicieron a Bolivia no tiene perdón entre la inmensa mayoría de los Bolivianos.
Cuando la victoria de Luis Arce Catacora en representación del MAS rescata la democracia boliviana, la golpista y pornográfica de Jeanine Áñez pide al imperio visas de residentes para ella y para 300 más de quienes le acompañaron en su locura y entonces los que te usan y después te escupen como bagazo le cantaron cero y más tarde está misma tipeja ve frustrado un intento por abordar un avión privado y huir, intento que por supuesto fue fallido.
Los bolivianos, a la luz de los acontecimientos de las últimas horas, deben seguir haciéndose la pregunta: ¿Y para estos golpistas que ahora están presos y a punto de ver el inicio de sendos procesos judiciales, después de todo, pensaran que lo hecho valió la pena?
Esta misma pregunta me la hago yo y se la hago también a los golpistas que hace casi tres años atentaron criminalmente contra la democracia, la economía y la estabilidad de Nicaragua.
A diferencia de lo que está sucediendo en Bolivia donde los golpistas están cayendo uno a uno, aquí fueron amnistiados y andan libres, sí, pero finalmente presos en sus propias culpas y en sus propios fracasos, lo que no significa que la indiferencia de los nicaragüenses hacía ellos, deje de ser un acto de justicia y que ese concepto de que “quien las hace las pagua” está muy cerca de caerles encima con todo el peso que demanda el asesinato, la tortura, el saqueo, las violaciones y el terror que causaron para cumplir las órdenes del imperio norteamericano que les sigue financiando pero que los tiene en proceso de abandono.
¿Qué tan cerca está el momento en que todos estos salvajes golpistas o terroristas criollos de abril de 2018 tengan para pagar?
Esto está tan cerca como el 7 de noviembre de este año. Una fecha que está a la vuelta de la esquina porque a partir de ese momento la cuartería politiquera de Nicaragua va a ser demolida y el peor castigo de estas miserias humanas será ver el despegue meteórico de una revolución en paz de cualquier pretensión imperial por ver a nuestro país colgado como el número 53 en la bandera de las barras y las estrellas.
Por: Moisés Absalón Pastora.