¿Te has preguntado alguna vez cómo se determina el cambio que se aplica cada domingo en los precios de las gasolinas y el diesel? Hoy queremos aclararte esas dudas.
Con frecuencia leo o escucho comentarios como “el precio del petróleo está a X precio, ¿por qué aquí los combustibles cuestan tanto?.
Entonces, lo primero que debés tener claro es que si bien el precio del barril de petróleo y el precio de sus derivados están correlacionados, son independientes entre sí, es decir que no se mueven necesariamente igual ni en la misma proporción.
En el caso de los precios internacionales el precio del crudo varía según la demanda global presente, los niveles de producción, reservas o inventarios acumulados, la demanda futura y la situación geopolítica de los países productores.
El precio de sus derivados, por su lado, si bien incluyen en su estructura el precio del petróleo, adicionan impuestos, niveles de inventarios, condiciones climatológicas en los principales países consumidores, costos de transporte y logística.
Por ello es que cuando hay eventos climáticos de gran impacto en países productores (como huracanes u olas de frío en Estados Unidos), el precio internacional de la gasolina, gasóleo y otros derivados, aumenta.
¿Y en Nicaragua? Los precios internacionales son la base para determinar el comportamiento de los precios locales, pero no es lo único.
En el país los precios de los combustibles no son regulados, sino que son fijados libremente. Aunque no hay una ley o reglamento que lo indique, la petrolera que fija los precios de todos los combustibles que se comercializan tienen la política de que los precios cambien todos los domingos, mientras en otros países se hace de forma quincenal (como en El Salvador), o la variación es mensual (como en Costa Rica).
¿Cómo se define si va a bajar o a subir en Nicaragua?
Según han informado las empresas distribuidoras, el mecanismo para definir si este domingo subirán o bajarán los combustibles –y cuánto– es hacer un promedio de los precios internacionales según la herramienta de análisis de precios de Platts (división de la multinacional McGraw-Hill, que mide el pulso al mercado financiero de futuros del sector energético mundial), específicamente los precios del Golfo de México (EE.UU.) del jueves y viernes de la semana previa, y de lunes, martes y miércoles de la semana en curso.
La diferencia entre el promedio de esos cinco días y el promedio de las cinco cotizaciones analizadas la semana anterior, es lo que debería aplicarse al precio del domingo y es el dato que enviamos cada semana a nuestros suscriptores del boletín “El Medidor de los combustibles” antes de difundirlo en redes sociales.
Especialistas en la materia como el ingeniero César Arévalo, han señalado múltiples veces que en Nicaragua se aplica con rezago o en menor proporción estas diferencias, en perjuicio de los consumidores.
¿Por qué no se usa de referencia el precio del petróleo solamente?
Nicaragua no produce toda la gasolina y diesel que consume, la compra internacionalmente –en su mayoría– ya refinada, por lo que no podría guiarse por el precio del llamado oro negro.
Para que te des una idea: entre enero y noviembre de 2018 (dato más actualizado), del total de la llamada factura petrolera del país, sólo el 36.1% fue petróleo crudo (a procesar acá), 59.74% llegó en forma de gasolina regular, gasolina súper, diesel, fuel oil, gas licuado, gasolina de aviación, entre otros; y el 4.16% de la factura fueron lubricantes. (Aquí podés comprobarlo)
¿Qué más incide en la fijación de precios locales?
Según han analizado exfuncionarios de petroleras y analistas del sector ante medios de comunicación y en dependencia de los precios internacionales y el análisis sobre los precios de 2017, se puede inferir que el precio final de los combustibles que consumimos en Nicaragua se compone por el precio del producto en su puerto de origen (FOB) , flete marítimo y seguro , gasto de muelle y costos de internación , pérdidas de almacenamiento del producto, gastos de terminal, gastos de transporte terrestre , otros gastos y el margen de ganancia que aplica el importador. Todos esos rubros componen la mayor parte del precio final de los combustibles que consumimos en Nicaragua.
Un 23% corresponde a impuestos locales (ISC, Fomav e INE); el 3% representa el transporte terrestre (mientras más lejos de la capital, más alto este flete) y aproximadamente el 17% es el margen de ganancia bruta de la petrolera en las gasolinas y se estima un 12% en el caso del diesel, cifras que incluyen los respectivos márgenes de los concesionarios de estaciones de servicio, gastos operativos de la compañía e impuestos a pagar por las utilidades.
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